Foto: Sergio Parra

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Teatro

Ana Zamora 'refresca' a Calderón: "Que ya otros se ponen demasiado estupendos con él"

La directora, última ganadora del Premio Nacional de Teatro, estrena en el Teatro de la Comedia 'El castillo de Lindabridis', escrita para una fiesta cortesana en los tiempos del rey Felipe IV.

25 enero, 2024 01:17

La muerte de Alicia Lázaro, en septiembre de 2022, dejó muy tocada la moral de Nao d’Amores. La investigadora y musicóloga era una de las fundadoras de la troupe liderada por Ana Zamora y ejercía como directora musical, una labor crucial en una compañía que hace bandera de la interpretación de partituras en directo. “Nos ha costado casi un año recolocarnos después de este palo”, explica Zamora a El Cultural. La llamada de Lluís Homar para incorporarles a la programación de esta temporada puso en marcha la catarsis cicatrizante tras el duelo.

El director de la CNTC quería volver a contar con Nao d’Amores antes de que se agote su legislatura. Les dio carta blanca. Zamora y Vicente Fuentes, pertinaces buscadores de textos medievales y renacentistas, iniciaron el rastreo. Y tomaron una decisión rompedora de los moldes cronológicos en que se mueven normalmente. La obra elegida para volver al tajo fue El castillo de Lindabridis, de Calderón de la Barca. “Se editó en 1691, aunque se cree que se había estrenado como una fiesta cortesana para Felipe IV en 1661”, informa Zamora, galardonada recientemente con el Premio Nacional de Teatro, un espaldarazo para la original persistencia en un repertorio (el anterior a la eclosión del Siglo de Oro) con escasísima visibilidad en la cartelera.

Nos pareció perfecto porque es un texto barroco que, no obstante, se inspira en una novela caballeresca renacentista de 1555 [Espejo de príncipes y caballeros de Diego Ortúñez de Calahorra] cuya trama se desarrolla en el medievo. Era como si la mirada de Calderón sobre nuestro hábitat y la nuestra hacia él situado en el barroco se cruzaran en el camino. Eso nos motivaba mucho”, dice Zamora. En su opinión, El castillo de Lindabridis tiene un enorme interés porque, si bien es lúdica, no deja de ser muy calderoniana, con esa carga reflexiva y de identidad nacional que todos conocemos”.

[Ana Zamora, Premio Nacional de Teatro 2023: "Hacemos alta cultura para todos los públicos]

El eje central es el viaje de la princesa Lindabridis, que ha de pelear con su hermano para acceder al trono de Tartaria. Para esa empresa, ha de proveerse de un cónyuge que batalle por ella, con lo que, tras su encierro en una cárcel de cristal en la que no envejece, adopta una actitud activa en la búsqueda del hombre. Zamora sabe que una historia así puede ser tildada de feminista pero ella rehúye el término. Le da grima forzar significados al calor de corrientes actuales. Elude asimismo el verbo 'empoderarse’, tan manido.

“Hay que tener mucho cuidado con hacer decir a los clásicos lo que queremos que nosotros digan”, apunta Zamora, que cuenta con un elenco de ocho personas entre actores y músicos: Inés González, Paula Iwasaki, Miguel Ángel Amor... Prefiere dejar que el texto, “que es sagrado y debemos agarrarnos a él como a una tabla de salvación”, hable por sí mismo y que el receptor haga sus propias cábalas. La directora madrileña ‘empadronada’ en Segovia (en el pueblo de Revenga tiene Nao d’Amores su campamento base) quiere ofrecer en cualquier caso un Calderón “más fresco y más inocente de lo habitual, porque con este autor, ya sabemos, muchos se ponen muy tremendos”.