
Andris Nelsons durante un concierto. Foto: Marco Borggreve
Andris Nelsons, maestro de la batuta y cinturón negro de taekwondo: "Dirigir una orquesta tiene algo místico"
El aclamado director letón llega a Madrid al frente de la Gewandhausorchester de Leipzig, la orquesta civil más antigua del mundo, y con el dúo de pianistas Lucas y Arthur Jussen.
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El aclamado director de orquesta Andris Nelsons (Riga, 1978), titular de la Boston Symphony Orchestra (BSO) y de la Gewandhausorchester de Leipzig (GWO), llega a Madrid como parte de la gira europea de esta histórica formación, destacada por Critics’ Choice 2023 como una de las mejores del planeta.
En esta ocasión, el influyente y reputado músico estará acompañado por la soprano Christiane Karg y el virtuoso dúo de pianistas Lucas y Arthur Jussen, quienes debutarán en Ibermúsica interpretando el Concierto para 2 pianos y orquesta en Mi Mayor de Mendelssohn. Antes de los conciertos que liderará este martes y este miércoles en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el maestro letón conversa desde Leipzig con El Cultural sobre su misión de compartir la música con un enfoque innovador.
Pregunta. ¿Qué significados tiene para la Gewandhausorchester el programa del miércoles?
Respuesta. Con estas piezas queremos compartir el ADN de la Gewandhausorchester. Mendelssohn era el Kapellmeister, por lo que interpretar el Doble concierto es una tradición que estamos transmitiendo directamente del compositor al público. También interpretamos la Octava sinfonía de Dvorák, que muestra la intimidad de sus sentimientos a través de momentos muy bellos y otros más dramáticos. Es muy edificante, muestra su originalidad y su orgullo por el folclore de su país, que nunca citó directamente.
P. ¿Qué destacaría de los hermanos de Lucas y Arthur Jussen?
R. He trabajado con ellos varias veces en Leipzig y en Boston, y siempre es un gran placer y una alegría para mí hacer música con ellos, porque son muy apasionados. Lo dan todo, y eso es contagioso.
P. Este martes dirigirá la Sinfonía nº 4 de Mahler. ¿Cuál es su perspectiva sobre esta obra y qué significado tiene en la actualidad? ¿Por qué eligió a Christiane Karg, una soprano con sólida formación operística, para interpretar el cuarto movimiento?
R. La cuarta es su sinfonía más íntima, tiene una orquestación delicada y camerística. El final parece un ascenso a los cielos. Nos recuerda el poder de la música para elevar el ánimo, dar esperanza y consuelo, y transmitir compasión en estos tiempos difíciles. El sonido único y transparente de la Gewandhausorchester capta maravillosamente esa intimidad. Y la voz angelical de Christiane Karg transmite a la perfección esa sensación de ensueño celestial.
P. La Rueca de oro, op. 109 que la precederá relata una leyenda checa estremecedora, un asesinato en el que su hermanastra y madrastra despojan a la joven Dora de ojos, pies y manos para sustituirla como pareja de un rey que se había enamorado de ella. ¿Por qué seguimos necesitando el arte, incluyendo historias tan estremecedoras como esta, para enriquecer nuestras vidas?
R. Esas historias evocan emociones y compasión, y a través de la música y de nuestra imaginación podemos vivir la vida al máximo. La música trata de la vida y la muerte, de la eternidad, los sueños y los momentos terribles, y nos permite vivirlos plenamente. Escucharla genera un momento íntimo, nos permite desarrollar nuestra propia conexión personal con esas piezas. La música es una forma de arte que va más allá del intelecto. Llega a tu mente, a tu corazón, a cada poro de tu cuerpo y te pone la piel de gallina, o sientes agitación, o se te llenan los ojos de lágrimas, o sientes ira, o te da miedo. Es algo que no podemos explicar del todo.
P. ¿Cuál es el papel del director de orquesta? Desde fuera, parece magia...
R. Sí, tiene algo mágico que es indescriptible. Por supuesto, hay muchas cosas que un director puede y debe aprender, desde cómo usar las manos y la cara para comunicar hasta inspirar, dar ideas o cómo dar energía a la orquesta. Pero no todo es cuestión de técnica, tempo o dinámica. Dirigir también puede ser muy subjetivo y hasta místico, pero lo importante es lo que hay entre las notas. Y también vivir el momento y lo que nos transmite la música.
Sonido animal
P. Aunque es tímido, cuando está al frente de una orquesta se desinhibe. Por ejemplo, le gusta resolver problemas técnicos con metáforas o sonidos de animales. ¿Cómo decide cuándo usar un lenguaje breve y profesional y cuándo dar rienda suelta a la imaginación?
R. No hay nada correcto o incorrecto. Para comunicarme utilizo el mundo de la fantasía, pero también un lenguaje más técnico y concreto, y esta combinación me ayuda. A veces las metáforas ayudan a profundizar o a explorar ciertas atmósferas; otras veces, no.
P. Leipzig y Boston, el Viejo y el Nuevo Mundo, están asociados a su arte, que explora la música clásica y la contemporánea. ¿Cómo se refleja ese equilibrio en su elección del repertorio?
R. Para mí se trata de transmitir la tradición y, al mismo tiempo, explorar lo que hacen los compositores hoy en día. La música es un reflejo de nuestro tiempo, de las personas, las ideas, de la vida misma. A la hora de programar, se trata de buscar un equilibrio entre los genios del pasado, del presente y del futuro. La música siempre refleja la historia.
P. ¿Cómo mantiene la motivación?
R. Estando rodeado de música y utilizando todo mi intelecto. Cuanto más te involucras, más te devuelve.
P. ¿Y cómo le gusta recargar las pilas?
R. Ser músico es una gozada y compartir música es mi misión, pero también disfruto de otras cosas muy concretas. Ver países diferentes ayuda, es maravilloso viajar. También he retomado recientemente las artes marciales y ahora tengo el cinturón negro de segundo grado de taekwondo. No se trata solo de una actividad física, es una forma de arte. Me parece interesante. Y por lo demás, todo es música. Aunque los músicos no podemos ni debemos permanecer aislados del mundo; es importante tener un equilibrio con la familia, con las aficiones... Por ejemplo, me gusta coleccionar perfumes, es una afición que tengo. Me encanta explorar cómo cambian en la piel.
P. ¿Qué importancia tienen para usted el arte y la música en tiempos turbulentos como estos?
R. La música es mi misión, mi profesión, mi vida. Exige toda mi energía. Es muy importante mantenerse fresco para tener ideas y sueños, y poder replantearse los conceptos del pasado. Para recargarse, algunas personas necesitan ir al bosque; en mi caso es la familia, el taekwondo, los conciertos. Lo que me recarga es compartir la música con el público e intentar influir en él con un objetivo: la paz.