Pet Shop Boys. durante su concierto en la jornada inaugural gratuita de Primavera Sound Madrid, este miércoles. Foto: EFE/Kiko Huesca

Pet Shop Boys. durante su concierto en la jornada inaugural gratuita de Primavera Sound Madrid, este miércoles. Foto: EFE/Kiko Huesca

Música

Pet Shop Boys, premio de consolación en un Primavera Sound Madrid pasado por agua

El histórico dúo de pop electrónico repasó sus grandes éxitos en una jornada inaugural marcada por el anuncio de las cancelaciones del jueves por lluvia 

8 junio, 2023 03:46

Había mucha expectación acumulada ante la primera edición madrileña de Primavera Sound, el buque insignia barcelonés de los festivales de música que se celebran en España. Pero este miércoles la noticia principal no ha tenido que ver con los conciertos de la jornada inaugural gratuita en el Estadio Metropolitano, sino con el anuncio de la cancelación de los conciertos del jueves, primera jornada del festival propiamente dicho, en la Ciudad del Rock de Arganda del Rey, debido a una climatología adversa que promete tormentas en un recinto que ya se encuentra parcialmente anegado por las lluvias torrenciales de los últimos días.

Pet Shop Boys, el histórico dúo londinense de synthpop, ha conseguido levantar un poco los ánimos con un espectáculo en el que Neil Tennant (voz) y Chris Lowe (teclados y programaciones) han repasado los grandes éxitos de una carrera de más de 40 años en los que han vendido varias decenas de millones de discos.

Aunque casi todos esos éxitos son del siglo pasado, el dúo los defiende dignamente sobre el escenario. Algunos de ellos suenan muy parecidos a las grabaciones originales, respetando aquellos timbres ochenteros que en algunos casos han envejecido regular —como esos sintetizadores que imitan coros de voces y trompetas que suenan a lata, aunque paradójicamente en ello resida hoy parte de su encanto—, mientras que otros temas han sido remozados con arreglos más contemporáneos, que en algunos instantes teletransportan nuestros oídos a un club de electrónica un sábado a las 5 de la mañana.

La débil lluvia paró poco antes de que comenzara el concierto (hacia las 22:05, con 15 minutos de retraso) y dio tregua durante la hora y media que duró. Después de mostrar en la pantalla panorámica que atravesaba el escenario la bandera de Ucrania, que fue vitoreada por el público, sonó una base techno para ir calentando el ambiente. No obstante, el concierto comenzó algo lánguido, con los músicos igual de estáticos que las dos farolas de atrezzo de la escueta escenografía, y ataviados con gabardinas blancas y unas máscaras plateadas con forma de "H" cuyos trazos verticales se prolongaban más de un palmo por encima de sus cabezas. El conjunto les daba cierto aire de androides detectives sacados de alguna novela pulp retrofuturista.

Con tres músicos de apoyo, el dúo comenzó interpretando una de sus canciones más conocidas, "Suburbia", que dio paso a "Can You Forgive Her?" y "Opportunities (Let's Make Lots of Money)", uno de sus primeros éxitos, en la que Tennant ya se quitó la máscara, se desprendió de su parálisis inicial y saludó al público sonriendo con los brazos abiertos.

Durante el resto del concierto, el cantante de 68 años se movió por todo el escenario buscando la complicidad del público, y se cambió de vestuario en varias ocasiones. Su inconfundible voz nasal, fina y de naturaleza no demasiado potente, resultó bien afinada aunque en algunos momentos le faltó proyección, quedando algo ahogada entre colchones de sintetizadores y cajas de ritmos.

El primer momento de euforia del público llegó con su conocido popurrí de "Where the streets have no name", de U2, y "Cant' Take My Eyes Off You", interpretada originalmente por Frankie Valli aunque ha tenido incontables versiones en los últimos cincuenta años.

La siguiente canción, "Rent", es uno de los mejores ejemplos de lo irónicas que pueden ser las letras de los 'chicos de la tienda de mascotas': "Te quiero, tú pagas mi alquiler. Soy tu marioneta. Me encanta".

Los londinenses aumentaron la energía con "I don't Know What You Want But I Can't Give It Any More", de 1999, en la que se aprecian las tendencias en la producción del dance pop de aquellos años, con una base rítmica más contundente, que enlazaron con "So Hard", una vuelta a 1990.

El siguiente bloque, con un vestuario compuesto por prendas plateadas (gorra y cazadora para Lowe, otra gabardina para Tennant), incluyó "Left My Own Devices", "Domino Dancing" y un momento más emotivo y pausado con la estupenda "Love Comes Quickly". Después el concierto siguió in crescendo con "Paninaro", su versión del "Always On My Mind" de Elvis (muy coreada, por supuesto), "Dreamland", fusionada con "Heart", e "It's Alright".

La versión de "Go West", de Village People, dio paso a "Vocal", de 2013, una de las mejores canciones de Pet Shop Boys del siglo XXI, con arreglos muy contemporáneos —la discografía de Pet Shop Boys es, en ese sentido, un muestrario de la evolución del pop electrónico—. Esa canción volvió a desatar la euforia del público, que quedó preparado para recibir ese himno absoluto que es "It's A Sin". Aunque Tennant siempre ha dicho que compuso la letra de la canción en 15 minutos y no se la tomó demasiado en serio, su letra (sobre el pecado y la culpa cristiana) y el dramatismo de la música la convirtieron desde su lanzamiento en 1987 un himno del movimiento LGBT+, además de un éxito mayúsculo que la llevó al número 1 del Reino Unido y fue el sencillo europeo más vendido de aquel año.

Tras un breve descanso, el dúo volvió al escenario para interpretar dos canciones más, de las más conocidas de su repertorio: la sofisticada "West End Girls" y "Being Boring". Su siguiente parada será el viernes en la edición portuguesa de Primavera Sound, en Oporto. Aquí, mientras tanto, quedan sus últimos acordes resonando en el aire, a la espera de que el viernes, si el parte meteorológico y el drenaje del suelo de la Ciudad del Rock lo permiten, se reanude la música en esta primera edición madrileña de Primavera Sound.