Paco Laguna (guitarra), Fernando Sánchez (batería), Fortu Sánchez (voz) y Juan Luis Serrano (bajo), miembros originales de Obús. Foto: Daniel Cruz

Paco Laguna (guitarra), Fernando Sánchez (batería), Fortu Sánchez (voz) y Juan Luis Serrano (bajo), miembros originales de Obús. Foto: Daniel Cruz

Música

Obús, pioneros del heavy en España: "Mucha gente cayó por la heroína, pero a nosotros nos daban repelús las agujas"

Los miembros originales de la banda, que se reúnen para un concierto único este sábado en Madrid, repasan su historia, su relación con Vallecas y su eterna rivalidad con Barón Rojo.

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En un diminuto polígono entre la A-2 y el aeropuerto de Barajas, copado por un gran grupo de concesionarios y talleres de coches, una discreta puerta metálica en un callejón conduce a los míticos locales de ensayo de Papi. No los busquen en Google Maps, porque en el mundo digital no existen.

Son los locales “más duros y oscuros de Madrid”, como dice un viejo roquero en una de las pocas menciones a este lugar que se pueden encontrar en Internet. Desde mediados de los 70 se forjó allí una parte importante de la historia del rock madrileño.

Allí nos recibe Obús, una de las dos bandas pioneras y más emblemáticas del heavy metal español. La otra es Barón Rojo, a quienes les une desde sus comienzos una rivalidad de proporciones bíblicas.

Mientras Malasaña se erigía en epicentro de la chispeante y desenfadada Movida de la juventud burguesa, desde Vallecas Obús se convirtió en estandarte del rock duro de los barrios obreros periféricos de Madrid.

Al mismo tiempo, consiguieron arrasar incluso en el mainstream de la época: su primer éxito y la canción más conocida de su repertorio es “Va a estallar el obús”, con la que alcanzaron el número 1 en Los 40 Principales, cuando todavía no era una emisora, sino un programa de la SER. Entre sus canciones más emblemáticas también se encuentran “Vamos muy bien” o “Te visitará la muerte”.

Reunión irrepetible

El motivo de esta entrevista es la reunión de los cuatro miembros originales de Obús por primera vez en más de dos décadas. Fortu Sánchez (voz) y Paco Laguna (guitarra) —que continúan con la banda junto a nuevos miembros—, más Juan Luis Serrano (bajo) y Fernando Sánchez (batería), que la abandonaron en 2004 y 2010, respectivamente.

Será en un único concierto que darán este sábado en el Palacio de Vistalegre. Una buena noticia para los amantes del rock, después de una semana trágica marcada por las muertes de Jorge Ilegal y Robe Iniesta.

Para la ocasión lanzaron hace un par de meses una nueva canción, "Siempre hacia delante", acompañada de su correspondiente videoclip. Pero los Obús hacen hincapié en que solo darán este concierto con la formación original. Será, por tanto, una ocasión irrepetible. “La gente se lo pasará de puta madre y sobre todo nosotros. Nos hace mucha ilusión”, asegura Fortu.

“El público que nos vio en sus tiempos podrá reencontrarse con la banda original y para la gente más joven será una ocasión única que no se pueden perder”, añade Paco. “Es un orgullo ver que a nuestros conciertos acuden varias generaciones”.

La iniciativa fue del representante de la banda, David Sanz, de la agencia Calle Underground. Ya lo había intentado en el pasado, y esta vez dijeron que sí. Les hizo una oferta que no pudieron rechazar. Los desencuentros que les habían separado hace años quedaron atrás.

La banda ha estado ensayando varios meses para preparar este reencuentro. La primera vez que se juntaron de nuevo en el local “fue emocionante”, afirma Juan Luis. “Estábamos expectantes por ver cómo sonábamos, y aquello sonaba de puta madre”, celebra Fortu. “Y es normal, porque la experiencia es un grado”.

“Y eso que Juan Luis y yo no tocábamos esos temas desde hacía 20 años, y de algunos hace 40”, interviene Fernando. Algunas, de hecho, nunca las han tocado encima de un escenario. “A veces grabas un disco y algunas de sus canciones nunca llegas a tocarlas en directo”. Otro aliciente y otra sorpresa para el público que acuda este sábado al concierto de Vistalegre, para el que aún quedan entradas a la venta.

Pioneros de las escenografías

Obús fueron unos pioneros en España no solo del heavy metal, también de las escenografías impactantes, siguiendo el ejemplo de sus grandes referentes Judas Priest y Iron Maiden.

Juan Luis Serrano (bajo), Fortu Sánchez (voz), Paco Laguna (guitarra) y Fernando Sánchez (batería), miembros originales de Obús. Foto: Daniel Cruz

Juan Luis Serrano (bajo), Fortu Sánchez (voz), Paco Laguna (guitarra) y Fernando Sánchez (batería), miembros originales de Obús. Foto: Daniel Cruz

Recuerdan aquel obús enorme y motorizado que aparecía en sus conciertos. “Nos montábamos encima y subía hasta el techo, sin barandilla ni nada. Teníamos veinte años…”, cuenta Paco. “Yo los veía a los tres desde la tarima de la batería y pensaba que se iban a matar”, recuerda Fernando. “Montábamos el espectáculo más grande de todas las bandas de rock de la época”, zanja el guitarrista.

“Además era un decorado físico, no había pantallas LED, todo era en relieve, todo hecho de fibra. Ahora todos los conciertos parecen el mismo, con una pantalla detrás y dos a los laterales”, opina Paco.

En esta ocasión, aseguran, tampoco se va a escatimar. “Haremos una puesta en escena como era habitual en nosotros”, afirma Paco sobre este concierto para el que reservaron el Palacio de Vistalegre con dos años de antelación, lo necesario para garantizar un hueco en la apretada agenda del recinto, sobre todo si es, como en este caso, en fin de semana. “Queríamos que fuera un sábado para facilitar a los seguidores de fuera de Madrid que puedan venir”, explica Paco.

Vallecas 100 %

Obús siempre ha llevado a gala su identidad de barrio. “Vallecas siempre ha sido un barrio obrero, de gente currante. Hacíamos mucha vida en la calle, de críos el balón, las chapas. De jovencitos los billares, cervecitas…”, señala Fortu. “Mucha calle, al contrario que ahora”, añade Paco. “Ahora los chavales jóvenes hacen más vida en el interior, con los móviles y las consolas”.

Ya ninguno de ellos vive en Vallecas, están "desperdigados". Fortu reside desde hace 12 años junto al mar, en Aguadulce (Almería); Juan Luis vive en Horcajo de Santiago (Cuenca) desde hace 20; y Paco en Eurovillas, una idílica urbanización rural a una hora de Madrid. El que se ha quedado más cerca es Fernando, que vive en Móstoles.

A Vallecas vuelven de vez en cuando y confiesan haberse quedado "alucinados" con el cambio que ha dado el barrio. "El otro día estuvimos allí y nos quedamos alucinados, parecíamos nosotros los extranjeros”, afirma el cantante. “Pero por mucho cambio que haya habido, nuestro corazoncito está y siempre estará con Vallecas al cien por cien”.

Allí en el barrio dieron, de hecho, uno de los grandes conciertos de su carrera, muy al principio. Fue en el estadio del Rayo Vallecano. “Estábamos grabando el primer disco, no había salido todavía a la venta, y era un festival con grupos que ya habían grabado algunos discos. Estaban Bloque, Topo, Pata Negra… Nosotros éramos una banda desconocida. El público estaba en las gradas porque no estaba permitido pisar el césped, y se volcó con nosotros. Fortu se bajó del escenario y dio la vuelta a todo el estadio. Fue alucinante”, rememora Paco. “El barrio, ahí ya desde el principio, nos respaldó”.

Epidemia de heroína

Cuando empezaron en la música, la heroína hacía estragos en el barrio. “Fue una época muy dura. Todos conocemos a gente que se quedó en el camino por desconocimiento. Muchos murieron por el sida. Incluso gente que trabajaba con nosotros”, relata Paco.

“Nuestra salvación fue la música”, reconoce Fortu. “Y aun así tuvimos suerte, porque también conocíamos músicos que cayeron”, continúa Paco. “A nosotros nos daba repelús todo aquello de las agujas”.

Incluso mientras ellos ensayaban veían a conocidos pincharse compartiendo jeringuilla. “Cuando llegó la información, para muchos ya era tarde”, lamenta Fernando, que vivía en el corazón de Vallecas, junto al estadio.

Un buen día, llegaron al local y todo su equipo había desaparecido. “Los que estaban enganchados, a los primeros que daban el palo para comprar droga eran la familia y los amigos”, recuerda Paco.

Luego, indagando, alguien les dijo que conocía a un perista —los que comercian con objetos robados— que había comprado sus instrumentos. “Como unos pringados, pagamos pasta para recuperarlos”, reconoce el guitarrista.

“Eso sí, por la noche estaban todos de fiesta con nuestro dinero”, añade Fortu. Entonces decidieron que tenían que alejarse del barrio para ensayar y así fue como recalaron en los locales de Papi.

Heavy en prime time

Juan Luis recuerda que les llamaron para decirles que habían encontrado su equipo mientras grababan una actuación en el programa Estudio Abierto, de José María Íñigo, en TVE.

Corría el año 1983. Era un programa de máxima audiencia que se emitía los sábados, y ellos se empeñaron en llevar su escenografía. “Nuestro anagrama, unas escaleras, unas calaveras… Nos dijeron que podíamos si se montaba y desmontaba dentro de tiempo. Los técnicos lo cronometraron y nos dieron el permiso”, recuerda Paco. También lo hicieron en el célebre 1, 2, 3.

“Después de aquello las señoras nos veían por la calle y nos decían: ‘Vosotros sois la orquesta esa que salió por la tele. ¿Esos pelos son vuestros?’, y cosas así”, recuerda Paco entre risas.

“Por aquella época llegábamos a una aldea en Galicia para tocar y pensábamos que no iría ni Dios a vernos. Y por la noche en el camino desde el hotel hasta la sala veíamos un kilómetro de coches llegando al concierto. Fueron años increíbles”, recuerda Juan Luis.

Orígenes

Juan Luis y Paco son los dos miembros de Obús que empezaron con el proyecto. Paco había estado con Fernando y Fortu en otro grupo que se llamaba Union Pacific. “Eran los dos músicos con mejor reputación de Madrid”, asegura Juan Luis, y les invitaron a que se unieran a la banda.

“Desde que nos juntamos, en seis meses sacamos nuestro primer disco y fuimos número uno en todas partes, incluso en Los 40 Principales”, recuerda el guitarrista de la banda. “Un promotor, Tony el Rubio, nos consiguió el pabellón del Real Madrid, que era el recinto de referencia. Allí había visto unos meses antes a AC/DC, a Iron Maiden, a Queen... La gente pensaría que estábamos chiflados, pero el pabellón se petó. Había colas para entrar, la poli con los caballos… Fue una pasada”.

“A las cinco de la tarde, Javier Gálvez, nuestro mánager, y Tony el Rubio fueron a los puntos de venta para hacer el recuento de las entradas anticipadas, y solo llevábamos 1.400. Pero a las ocho, vinieron Luis Soler y Tino Casal [productores de su primer disco] y nos avisaron para que saliéramos a ver cómo estaba la calle. Las colas daban la vuelta a la manzana”, rememora Juan Luis.

El célebre Tino Casal, de hecho, uno de los personajes más originales y visionarios de la música española de aquellos años, fue una figura clave en la carrera de Obús, tanto en el plano musical como en el estético. "Para mí, Tino Casal, aparte de productor, fue un gran amigo", relata Fortu. "Quedábamos en el estudio o en el local de ensayo para preparar los temas, pero también me iba de fiesta con él. Fue como un hermano y nos enseñó mucho a toda la banda. Le quería mucho, le sigo queriendo y espero que desde arriba siga orgulloso de nosotros".

Barón Rojo, eternos rivales

Obús no fue la mejor banda de heavy metal español “junto” a Barón Rojo, sino “contra”, aclara Fernando. A pesar de que han pasado muchos años, ese pique sigue intacto. “Barón Rojo siempre han querido ser los números uno, pero siempre han sido los segundones”, afirma sin tapujos Fortu. “Siempre hemos sonado muchísimo mejor”, añade Juan Luis.

Fernando revela el origen del eterno pique: “La rivalidad empezó en la oficina de nuestro mánager, Javier Gálvez, que era el mánager de rock por excelencia en este país. Al principio a Barón Rojo les gustábamos, pero cuando vieron que les empezábamos a comer la tostada fueron a la oficina de Javier y le dijeron que eligiera a una de las dos bandas, que no querían compartir oficina de contratación. Pero Javier, que tenía los huevos muy gordos, les dijo que a él nadie le decía con quién debía o no debía trabajar, y los largó".

Hubo un tiempo en el que no podían ni pisar las mismas tablas. "En el estadio de Alcorcón tocamos las dos bandas el mismo día ante 20.000 personas y para que no hubiera problemas nos pusieron dos escenarios separados", recuerda el guitarrista de Obús.

A pesar de esa feroz rivalidad, después de aquello los dos grupos han compartido escenario e incluso giras, una en los 80 y otra recientemente. "Y todavía estamos abiertos a coincidir encima del escenario, en eso no hay ningún problema", asegura Fortu. "Esa rivalidad mola, porque te motiva para mejorar todavía más, es como el Madrid y el Barcelona".