Chioma Ebinama: 'WC4TC4U', 2025. Foto: Prats Nogueras Blanchard

Chioma Ebinama: 'WC4TC4U', 2025. Foto: Prats Nogueras Blanchard

Arte

Chioma Ebinama, ternura radical dibujada a las puertas del Apocalipsis

La galería Prats Nogueras Blanchard de Madrid presenta una deliciosa obra sobre papel, de una delicadeza y rotundidad descarnadas que nos reconcilian con el mundo.

Más información: Las diez exposiciones del año: Maruja Mallo se quita la máscara y marca el compás

Publicada

Una de las fabulosas acuarelas de Ebinama muestra a un pájaro negro, quizá un cuervo, cubierto de hormigas rojas. Lejos de parecer un ataque o una invasión intrusiva, los insectos lo abarcan para curarlo. Es lo que se conoce como “baño de hormigas”, o anting.

Chioma Ebinama. What’s coming 4 them is coming 4 U

Galería Prats Nogueras Blanchard. Madrid. Hasta el 13 de febrero. De 8.500 a 15.500 €

Ellas liberan pequeñas dosis de ácido fórmico que actúa como loción desparasitante y antibacteriana. Este es el universo que desea retratar esta joven artista, que mezcla la mitología con el animismo, el imaginario apocalíptico con el cuidado y la empatía.

Nacida en Nueva Jersey en 1988, de ascendencia nigeriana y licenciada en Sociología, con un máster en Ilustración por la School of Visual Arts de Nueva York –aunque vive actualmente en Atenas–, en su obra se funde lo atávico y lo místico, lo queer y lo fluido; lo catastrófico deviene antesala de un mundo mejor.

Chioma Ebinama: 'I saw a sign in the sky', 2025. Foto: Prats Nogueras Blanchard

Chioma Ebinama: 'I saw a sign in the sky', 2025. Foto: Prats Nogueras Blanchard

Su rico imaginario podría describirse como el reverso luminoso de la cubana Belkis Ayón, quien tuvo hace tres años una espectacular exposición en el Museo Reina Sofía. Ambas retratan mitologías precoloniales, con diosas de grandes ojos de cuencas vacías, que miran y protegen al mundo en tintas líquidas y traslúcidas, con ecos de espíritus y deidades primitivas.

Ebinama se ha inspirado para esta exposición –de ocho fabulosas acuarelas y una escultura blanda, un peluche de perro rosa gigante y lloroso– en el Apocalipsis de San Juan. Sus animales teriomorfos inventan nuevas mitologías.

Chioma Ebinam: 'Crow (tired)', 2025. Foto: Prats Nogueras Blanchard

Chioma Ebinam: 'Crow (tired)', 2025. Foto: Prats Nogueras Blanchard

Los cisnes, por ejemplo, simbolizan la unión entre lo sagrado y lo profano. En ella, el fin del mundo deja de ser una amenaza de castigo para convertirse en umbral de transformación: un tiempo para que las criaturas nos arropemos y cuidemos. La hecatombe de Ebinama no es una explosión de fuego, sino una oportunidad por la que todavía es posible inventar formas nuevas de ternura.