Maruja Mallo: 'Canto de las espigas', 1939. Foto: Maruja Mallo, Vegap, Madrid, 2025

Maruja Mallo: 'Canto de las espigas', 1939. Foto: Maruja Mallo, Vegap, Madrid, 2025

Arte Lo mejor de 2025

Las diez exposiciones del año: Maruja Mallo se quita la máscara y marca el compás

Termina un año marcado por las exposiciones individuales, la influencia del surrealismo y los centenarios, como el del nacimiento del expresionista americano Robert Rauschenberg.

Más información: 2025 en el arte: un año de cuidados y reparaciones

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Las exposiciones de mujeres triunfan entre nuestros críticos. Seis de las más votadas son monográficas femeninas, quizá por el cuidado que se tiene al inscribirlas en nuevas y relucientes páginas de la historia. El aniversario del nacimiento de Rauschenberg y los ecos del centenario del Manifiesto surrealista de Breton, que aún resuenan, han marcado un año donde los clásicos han triunfado: espejos, al fin y al cabo, de lo que somos.

Consulta aquí las votaciones de nuestros críticos.

1. Maruja Mallo. Máscara y compás

Museo Reina Sofía, Madrid, y Centro Botín, Santander

2025, sin duda, será el año de Maruja Mallo. Personaje excéntrico al que solo le definen las metáforas: cruce de luciérnaga y ciempiés, brujita joven con cara de pájaro, nadadora sumergida, monstruo y tragedia... Mucho se ha escrito sobre Ana María Gómez González (Viveiro, 1902 - Madrid, 1995). Dalí afirmó que era “mitad ángel, mitad marisco”, y Lorca que su pintura contenía “toda la imaginación, emoción y sensualidad del mundo”.

La exposición más votada, con mucha diferencia, por nuestros críticos, reconoce en la figura de la pintora y escenógrafa a una precursora del feminismo, la ecología, la magia y el esoterismo; de la hermandad entre razas y pueblos, y de la fluidez de las identidades. Constituyó parte fundamental de la Generación del 27, junto a Rafael Alberti, Salvador Dalí, Federico García Lorca, María Zambrano, Luis Buñuel y Rosa Chacel.

La exposición hace brillar la filigrana pictórica que desarrolló con absoluta profesionalidad, pulcritud y maestría durante toda su carrera, en un completo repaso por sus periodos más importantes: desde su formación en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde fundó el colectivo Las Sinsombrero (movimiento que nace de un gesto de rebeldía junto a Margarita Manso, Dalí y Lorca al quitarse el sombrero en la Puerta del Sol cuestionando las convenciones de la época), hasta su etapa más extensa: la de su emigración a Buenos Aires durante la Guerra Civil y su periplo suramericano.

Un relato necesario, comisariado por Patricia Molins, que reescribe la historia del arte y que aún están a tiempo de visitar: en el Museo Reina Sofía, hasta el 16 de marzo.

Vista de la exposición. Foto: Dolores Iglesias Fernández / Archivo Fundación Juan March

Vista de la exposición. Foto: Dolores Iglesias Fernández / Archivo Fundación Juan March

2. Robert Rauschenberg. El uso de las imágenes

Fundación Juan March, Madrid

Una exposición con un montaje vibrante, lleno de ritmo, ligera, ágil, con buenas piezas, y que celebra, además, el centenario del nacimiento de este artista inclasificable. Robert Rauschenberg (1925-2008) experimentó libremente con las imágenes desde la fotografía, el collage, la danza contemporánea y la pintura.

Como escribió José Jiménez al hilo de la inauguración, “ante la diversidad de medios y soportes expresivos utilizados por el artista, el centro de la muestra, como se puede apreciar por su título, es el papel que juegan las imágenes como núcleo de la pluralidad que predomina siempre en sus obras”.

Esta apropiación de las imágenes resultó enormemente novedosa: por un lado, estuvo acompañada de un singular desarrollo de las técnicas artísticas; por otro, la manera en que las utilizaba se basaba en una falta de jerarquía cercana a su concepto de random order (orden aleatorio), sobre el que el artista reflexionó a principios de los años sesenta.

Rauschenberg abrió su horizonte artístico desde la fotografía hacia el expresionismo abstracto. Una exposición deliciosa en la Fundación Juan March que, por cierto, ya organizó su primera muestra en España en 1985 y que puede verse hasta el 18 de enero.

Vista de la exposición. Foto: Francis Tsang

Vista de la exposición. Foto: Francis Tsang

3. Warhol-Pollock y otros espacios americanos

Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid

Jackson Pollock fallece en un accidente automovilístico una tarde de agosto de 1956 y su muerte representa el fin de una época. Él fue el último maldito: superado por la presión mediática de ser “el pintor más grande de Estados Unidos”, según Clement Greenberg, o de haber realizado –como sostuvo Piet Mondrian– “la pintura más impresionante que he visto en mucho tiempo”.

Esta inesperada muerte conmociona a un joven Andy Warhol, y a todo EE. UU., y, aunque ya trabajaba en el sector de la publicidad, la vida y, sobre todo, la obra de Jackson le inspiran para experimentar nuevas formas de expresión artística. Una lúcida Estrella de Diego comisaría esta exposición, que nos acompaña por las diferentes etapas e influencias –a pesar de que pudieran parecer antitéticas– que el expresionista abstracto ejerció sobre el padre del arte pop, con préstamos históricos cuyas cesiones se han conseguido con gran dificultad, como ella misma nos contó en las salas expositivas.

Un fértil diálogo entre dos grandes estrellas del arte que han reinventado el espacio pictórico de la contemporaneidad y que están acompañadas por otras figuras, mujeres artistas, como Marisol, Helen Frankenthaler o Audrey Flack. Hasta el 25 de enero.

Vista de la exposición. Foto: Museo Reina Sofía

Vista de la exposición. Foto: Museo Reina Sofía

4. Marisa González. Un modo de hacer generativo

Museo Reina Sofía, Madrid

El día del apagón (parece que haya pasado un millón de años) entrevistamos a esta artista, pionera en la investigación entre arte y tecnología. Hablamos sobre la retrospectiva que se le dedicaba con motivo del Premio Velázquez 2023 y sobre la compleja tarea de seleccionar obra entre más de cincuenta años de producción artística.

Destaca la labor de la comisaria, Violeta Janeiro, ya que lo que Marisa González (Bilbao, 1943) atesora en su estudio del centro de Madrid es inabarcable: imágenes impresas con los primeros faxes, arqueología mediática, fotografías e instrumentos recogidos de la central nuclear de Lemóniz y el registro de un limonero mutante. “Si algo nace y huele a futuro, me tiro de cabeza”, afirmó.

Barbara Kruger: 'Untitled (Forever)', 2017/2025. Foto: Barbara Kruger y  Sprüth Magers

Barbara Kruger: 'Untitled (Forever)', 2017/2025. Foto: Barbara Kruger y Sprüth Magers

5. Barbara Kruger. Another day, another night

Museo Guggenheim, Bilbao

Las diferencias de clase, poder y consumo vertebran la obra de esta creadora icónica, formada en el departamento de diseño de revistas como Mademoiselle, donde aprendió la importancia de la economía de la atención. Cáustica y cercana, seductora pero implacable, Barbara Kruger (Newark, Nueva Jersey, 1945) se arma con fotografías en blanco y negro y frases afiladas en Futura Bold y Helvetica Ultra Compressed, sobre fondos rojos.

Sentencias con las que disecciona, desde hace más de medio siglo, las coreografías del poder. La exposición, que conquistó la arquitectura del museo con unas dimensiones deslumbrantes, bebía de la literatura, del eslogan publicitario o del aforismo.

Vista de la instalación. Foto: Matadero Madrid / Fernando Tribiño

Vista de la instalación. Foto: Matadero Madrid / Fernando Tribiño

6. Cristina Mejías. Lengua en coro, cuenta

Nave 0 Matadero, Madrid

Una espectacular instalación que imagina y dibuja el curso del agua. Modular, dinámica, cinética, inquietantemente viva, recuerda por momentos a los vídeos de Fischli & Weiss, donde un circuito de objetos aleatorios provocaba reacciones en cadena; también a las máquinas autodestructivas de Tinguely o a la energía desperdiciada de Duchamp mientras nos transporta a un patio andaluz.

Cristina Mejías (Jerez de la Frontera, 1986) tuvo que instalar los módulos en un campo de fútbol para probar la deriva de las canalizaciones. Hasta febrero pueden acercarse a Matadero a escuchar el sonido del agua y dejarse hipnotizar por las resonancias de los materiales, las cascadas y los goteos.

Juan Agirregoikoa: 'Who keeps the zoo?', 2025. Foto:  Sue Ponce / Juan Pérez Agirregoikoa. VEGAP, Madrid, 2025

Juan Agirregoikoa: 'Who keeps the zoo?', 2025. Foto: Sue Ponce / Juan Pérez Agirregoikoa. VEGAP, Madrid, 2025

7. Juan Pérez Agirregoikoa. Guerra, comercio y filantropía

CA2M, Móstoles, Madrid

Chistes como puñales, cowboys en la cuerda floja como democracias a punto de desmoronarse, tigres queer enamorados de los libros y de las mariposas, payasos bailongos que dibujan esvásticas con las piernas. Ese es el universo fantástico de Juan Pérez Agirregoikoa (San Sebastián, 1963), que podemos disfrutar hasta el 11 de enero en el CA2M.

Sus últimos cinco años de trabajo, convertidos en una crítica feroz –aunque formalmente bella, llena de colores brillantes, tiernos animales y fondos emborronados– a las formas de consumo cultural y político en Occidente.

Salvador Dalí: 'Objeto escatológico de funcionamiento simbólico (El zapato de Gala)', 1931/1973  Centre Pompidou, Musée National d’Art Moderne, París. Adquisición con la participación del Fonds du Patrimoine, 2014  n.º inv.: AM 2014-50  © Centre Pompidou, MNAM-CCI, Dist. GrandPalaisRmn / Georges Meguerditchian

Salvador Dalí: 'Objeto escatológico de funcionamiento simbólico (El zapato de Gala)', 1931/1973 Centre Pompidou, Musée National d’Art Moderne, París. Adquisición con la participación del Fonds du Patrimoine, 2014 n.º inv.: AM 2014-50 © Centre Pompidou, MNAM-CCI, Dist. GrandPalaisRmn / Georges Meguerditchian

8. 1924, otros surrealismos

Fundación Mapfre, Madrid

Una exposición de principios de año pero que hizo mella en la memoria de nuestros críticos. José María Parreño escribió aquí sobre esta muestra deslumbrante, que reunía más de 200 obras de 65 colecciones públicas y privadas, destacando el “gran logro de la comisaria”.

Estrella de Diego las ha ordenado en un discurso original y verosímil, que hace brillar cada obra colocándola en una constelación”. Una completísima cartografía del surrealismo inaugurada al poco de celebrarse el centenario, el año pasado, del Manifiesto surrealista de André Breton. Un proyecto enciclopédico y completísimo.

Tarsila do Amaral: 'Obreros', 1933. Foto: State of São Paulo / Romulo Fialdini

Tarsila do Amaral: 'Obreros', 1933. Foto: State of São Paulo / Romulo Fialdini

9. Tarsila do Amaral. Pintando el Brasil moderno

Museo Guggenheim, Bilbao

Tarsila do Amaral (Capivari, São Paulo, 1886 - São Paulo, 1973) es una de las pintoras esenciales en la construcción del imaginario del Brasil moderno y ha sido creadora de una nueva mitología sincretista donde fusiona lo indígena, lo afrodescendiente y la herencia portuguesa junto al cubismo y los movimientos de vanguardia europeos, además de liderar el movimiento antropofágico brasileño.

La exposición del Guggenheim recorrió, en una completa retrospectiva que venía del Grand Palais de París, 150 piezas que se vertebraron entre lo atávico y la más rabiosa modernidad.

Chantal Akerman: 'D’est, au bord de la fiction', 1995. Foto: Chantal Akerman Fdn. / Marian Goodman Gallery

Chantal Akerman: 'D’est, au bord de la fiction', 1995. Foto: Chantal Akerman Fdn. / Marian Goodman Gallery

10. Chantal Akerman. Encarar la imagen

Museo Artium, Vitoria.

Una continuación del proyecto de la Virreina de Barcelona que profundizó en la obra de la importante realizadora belga Chantal Akerman (1950 -2015). Fernando Golvano describió la muestra como “un relato despojado de artificio abierto al azar y a nuestra percepción en el dispositivo espacial de las instalaciones que recorremos, en una sucesión de salas donde se imbrican imágenes y textos”.

Sin guion, atenta al proceso de cada toma y de cada montaje, esta exposición visibiliza sus litigios en la existencia cotidiana y en los espacios que acogen lo extraordinario.