Rafa Nadal tras un entrenamiento en la Philippe Chatrier de Roland Garros.

Rafa Nadal tras un entrenamiento en la Philippe Chatrier de Roland Garros. EFE

Tenis

Rafa Nadal, o cuando una primera ronda en Roland Garros se convierte en toda una gran final

El tenista balear, ganador de 14 títulos en el Grand Slam parisino, debuta este lunes frente a Alexander Zverev en un partido de altos vuelos.

27 mayo, 2024 02:15

Llegó el momento más esperado por todos. El mejor jugador de la historia de la tierra batida regresa a la pista más emblemática de todas en las que se juega sobre polvo de arcilla. Rafa Nadal debuta este lunes en la presente edición de Roland Garros en un duelo a vida o muerte frente a Alexander Zverev

El campeón español regresa a su torneo fetiche tras la ausencia del año 2023, una circunstancia que fue histórica. Desde su debut en el año 2005, cuando recibió su primer título en la Philippe Chatrier de manos de Zinedine Zidane, nunca había faltado a su cita con París. Sin embargo, las lesiones le apartaron de su gran reto. 

Ahora, Nadal regresa a Roland Garros en uno de los momentos más controvertidos de su carrera deportiva. Con las lesiones acechando y el fantasma de la retirada en el horizonte, el balear ha mantenido la duda de su participación hasta última hora.

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Finalmente, y a pesar de la dura eliminación que sufrió en el Masters 1.000 de Roma a manos de Hubert Hurkacz, Rafa Nadal aceptó el reto de retornar un curso más a la capital parisina. Una participación que podría ser diferente a cualquier otra, ya que tiene un cierto sabor a despedida. A último baile. 

El balear tendrá el debut más complicado posible en Roland Garros, ya que se verá las caras en primera ronda frente a Alexander Zverev, actual número cuatro del mundo y reciente campeón en el Foro Itálico. Un primer partido que podría ser el último y que tiene un claro aroma a final, pero más que de Grand Slam, de ciclo.

El debut más complicado

"Estaba jugando al parchís y me dijeron que jugaba con Zverev". Con la naturalidad que caracteriza a Rafa, algo rara avis en los genios, el balear contaba cómo se había enterado de que tendría en Roland Garros el debut más complicado posible. Una vez la organización del torneo confirmó que no iba a ser cabeza de serie a pesar de su imponente historial, era una circunstancia muy probable tener un debut terrorífico.

De hecho, incluso Carlos Alcaraz podría haber sido su rival en el primer partido. A pesar de lo duro de este enfrentamiento, Zverev es uno de los mejores del mundo y viene en racha tras brillar en el Masters 1.000 de Roma, Nadal se tomaba la noticia con responsabilidad y positivismo: "Lo podía esperar. Hay que aceptarlo. A priori no es un buen sorteo, es uno de los peores posibles".

Más allá de esta realidad, será un partido histórico tanto para Rafa Nadal como para Zverev. El balear ha llegado a esta edición de Roland Garros bajo mínimos, castigado por los problemas físicos y con altibajos en su rendimiento. Después de no poder jugar en Montecarlo y perder en su segundo partido en el Conde de Godó, llegó a Madrid, torneo que le llenó de confianza y de buenas sensaciones. 

Sin embargo, después llegó Roma y esa dolorosa derrota frente a Hurkacz que le hizo a Nadal replantearse de nuevo su participación en París. Si algo tenía claro el de Manacor era que no quería ir de comparsa ir al torneo que ha cimentado su leyenda, para no poder competir y para perder en primera ronda sin poder presentar resistencia. Si el cuerpo le respondía mínimamente, era el torneo en el que morir. 

Rafa Nadal durante un entrenamiento en Roland Garros.

Rafa Nadal durante un entrenamiento en Roland Garros. Reuters

El viaje a París ha cambiado totalmente la percepción de Nadal después de lo vivido en Roma, de donde se marchó enfadado y contrariado. Los entrenamientos en la Suzanne Lenglen del complejo Stade Roland Garros han llenado de confianza tanto al balear como a su equipo, los cuales se muestran ahora muy positivos respecto a las opciones de Rafa de doblegar a su primer oponente. 

Las lesiones no se han marchado, y es que los problemas en el pie, en el abdominal y en la cadera siguen limitando sus opciones. Rafa ha perdido movilidad y eso le hace ser un jugador menos agresivo sobre la pista, circunstancia que se traduce en derrotas, en falta de minutos en activo y en una menor capacidad física para aguantar la gira de tierra batida. Su derecha, su capacidad defensiva y su saque son los puntos de su juego que más sufren esta anómala circunstancia.

Sin embargo, la toma de contacto con la tierra de París ha devuelto las buenas vibraciones a todo el 'clan Nadal', ya que su propio equipo ha visto entrenar muy bien al balear. El conjunto que lideran Carlos Moyá y Marc López destaca que su pupilo ha conseguido encadenar entrenamientos a muy alta intensidad y durante mucho tiempo, algo vital para que el balear llegue preparado para encuentros al mejor de cinco sets. 

Durante estos días, Sebastian Korda, Stan Wawrinka, Mariano Navone y Holger Rune han sido sus rivales en los entrenamientos. Y Rafa ha conseguido vencerlos a todos sin ceder un solo set. Unos resultados que, aunque hayan sido en prácticas, han sido buen termómetro de la recuperación del español. 

"Estas victorias me dicen que no estoy tan lejos. No soy una persona que se suela engañar, soy crítico conmigo mismo. Pero estoy siendo competitivo contra gente buena e importante. Es la primera semana que juego pensando en la pelota. He estado mucho tiempo pensando en qué movimiento puedo hacer y cuál no".

El cara a cara

Rafa Nadal y Alexander Zverev se verán las caras en Roland Garros este lunes por undécima vez en sus carreras. A pesar de ser dos jugadores de generaciones diferentes, el español le saca 10 años al alemán, lo cierto es que se conocen bastante después de tantas batallas. 

Por el momento, el tanteador particular es favorable a Rafa Nadal, quien ha conseguido siete triunfos por solo tres de 'Sascha'. El más recordado de todos ellos fue el último, el cual se disputó precisamente en Roland Garros. Nadal y Zverev se vieron las caras en las semifinales de la edición de 2022 en un duelo súper igualado que terminó de la peor manera posible

Zverev demostró un gran nivel en un primer set que cayó del lado de Nadal en el tie break. Y en el segundo, con 6-6 en el marcador, el alemán sufrió una grave lesión de tobillo tras una espeluznante torcedura que le hizo abandonar y que, a la postre, le tuvo en el dique seco durante más de seis meses. 

El primer enfrentamiento entre ambos se produjo en el año 2016, cuando Rafa venció a su oponente en los octavos de final del Masters 1.000 de Indian Wells. A partir de ahí, el balear enganchó cuatro triunfos consecutivos más en el Abierto de Australia y el Masters 1.000 de Montecarlo del año 2017, y en la Copa Davis y el Masters 1.000 de Roma de 2018. 

Rafa Nadal, entrenando en las pistas de Roland Garros

Rafa Nadal, entrenando en las pistas de Roland Garros Reuters

Hubo que esperar hasta el 2019 para que Zverev consiguiera vencer a Nadal por primera vez. Fue en la round robin de las ATP Finals. Tras ese triunfo, el alemán consiguió dos más, en 2020 en el Masters 1.000 de Paris-Bercy y un año después en los cuartos de final del Mutua Madrid Open. Después, Rafa cortó esa racha con un triunfo en Roma y con el mencionado duelo en Roland Garros que sin duda ambos jugadores estudiarán de cara a la 'final' de este lunes.

Ahora, Zverev tiene la gran oportunidad de maquillar el tanteador a su favor ante un Nadal herido, aunque el alemán no se fía y saldrá a dar el 100%: "Puedo garantizar que Djokovic no quería a Rafa de inicio, ni Alcaraz ni Sinner. Yo tampoco. No voy a jugar contra la estatua, juego contra un ser humano, pero es Rafa Nadal. Espero una gran batalla y me voy a preparar para medirme a su mejor versión".

El rey en su terreno

A pesar de que los antecedentes de esta temporada de Rafa Nadal no invitan al optimismo, lo cierto es que si en algún lugar del mundo el balear puede resurgir de sus cenizas es en la Philippe Chatrier de Roland Garros. Ahí, el historial del ganador de 14 títulos juega un papel fundamental. Un peso propio que puede cambiar su rumbo en el torneo. 

Rafa Nadal es, con mucha diferencia, el mejor jugador de la historia de la tierra batida y también de Roland Garros. En su carrera, el de Manacor ha disputado 115 partidos en el torneo parisino y ha vencido en 112. Es decir, solo ha cedido en tres encuentros al que hay que añadir una edición más sin triunfo por una retirada por lesión.

En el primero de ellos cayó frente a Robin Söderling en la cuarta ronda de la edición de 2009. Después, su verdugo fue Novak Djokovic en los cuartos de final del año 2015. Al curso siguiente, tuvo que retirarse por lesión cuando debía medirse en tercera ronda a Marcel Granollers. Y su última derrota llegó en 2021, cuando Djokovic, el único jugador que ha conseguido ganarle dos veces, le derrotó en semifinales. 

Nadal acumula un 97% de victorias sobre la tierra de París, por lo que cosechar una derrota en la primera ronda de este año sería un importante borrón en su carrera. Sin embargo, el español se siente con fuerzas y con opciones de presentar batalla en su torneo fetiche y en la pista donde tantas y tantas tardes de gloria ha vivido. 

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Sin embargo, lo cierto es que este historial contrasta con su actual temporada, especialmente en tierra batida. Hasta el momento, Nadal solo ha jugado 11 partidos de los cuales ha ganado 7 y ha perdido 4. Sin embargo, en el único torneo en el que ha conseguido brillar mínimamente fue en Madrid, donde encadenó tres triunfos, su mejor racha hasta el momento. 

En el apartado del polvo de arcilla, Nadal registra 8 partidos con 5 victorias. Es decir, registra un 62% de éxito hasta el momento. Y Zverev no parece el mejor rival para intentar subir esas cifras. En el Conde de Godó, el español venció al italiano Colbolli por 6-2 y 6-3, pero después cayó con De Miñaur por 7-5 y 6-1. 

Más tarde llegó a Madrid y barrió a Blanc (6-1 y 6-0) y mostró su mejor versión ante De Miñaur (7-6 y 6-3) y Cachín (6-1, 6-7 y 6-3). Estas dos victorias, y sobre todo sus sensaciones sobre la pista, llenaron de confianza a un Nadal al que se le veía suelto con la derecha y rápido de piernas. Más tarde, el desgaste de la semana le pasó factura y cayó contra Lehecka por 7-5 y 6-4. 

A pesar de esa derrota, Nadal se marchó de Madrid confiado en que lo mejor estaba por llegar. Sin embargo, Roma fue una pesadilla incluso en su única victoria frente a Bergs (4-6, 6-3 y 6-4). Después llegó el martirio contra Hurkacz (6-1 y 6-3), el cual le hizo replantearse de nuevo su futuro y su participación en París. 

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Esas malas sensaciones parecen ya cosa del pasado y el feeling que le ha transmitido la ciudad de la Torre Eiffel ha sido excelente. No obstante, la piedra de toque de Zverev será la más dura a la que se ha enfrentado en los últimos años. Pero si consigue vencer, su camino podría quedar muy despejado hasta unos hipotéticos cuartos de final donde se vería las caras con Medvedev. Motivos para ilusionarse con el título.

Lo que sí tiene claro Nadal, pase lo que pase, es que no quiere homenajes en París en este 2024, ya que no le cierra la puerta a un último baile en su escenario favorito: "No quiero cerrarme la puerta de cara al futuro". Al contrario que en Madrid, y como ya sucedió en Roma, Rafa no descarta darse una última oportunidad en 2025.