Reyes y Llull intentan arrebatar el balón a Strelnieks y Theis.

Reyes y Llull intentan arrebatar el balón a Strelnieks y Theis. Daniel Karmann EFE

Baloncesto

El Madrid mantiene su buena sintonía en Alemania

Sufre hasta el final para vencer al Brose Baskets (86-90) en otro gran encuentro ofensivo, con Llull (21) y Reyes (18) a los mandos.

25 febrero, 2016 22:30

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Cuando llega febrero, como avisó Nocioni, el reloj biológico del Real Madrid de Laso se reactiva. Y poco importa la acumulación de partidos en pocos días o la visita a una de las pistas más temibles de la presente Euroliga. Aun con un potente candidato a equipo revelación continental como anfitrión. El baño de masas copero de los blancos en A Coruña tuvo su sufrida reválida en Europa con un importante triunfo ante el Brose Baskets (86-90) en el estreno de la segunda vuelta del Top 16.

La manija del triunfo la llevaron, cómo no, los Sergios. Llull puso los triples incómodos, los que dejan al rival atónito y sin capacidad de reacción (6/8 para 21 puntos). El Chacho se encargó del arte del pase, aprovechando una y otra vez la conexión con Augusto Lima en la pintura. El brasileño, cada vez más adaptado, le tildó de genio hace poco, y el canario ha tomado buena nota del cumplido. A los tocayos y al recién llegado se les unió Felipe Reyes (18), excelso desde el triple como 'cuatro' abierto y decisivo en el carrusel final de tiros libres.

La principal clave del encuentro estuvo, precisamente, en los tiros exteriores. Fueron los que hicieron soñar hasta el final al Brose Baskets, con Wanamaker (16) y Miller (20) especialmente duchos en la materia. El casi irreal buen porcentaje de acierto desde el 6.75 de ambos equipos proporcionó un duelo anotador magistral para el espectáculo, pero castigador para las defensas. El Brose empezó mejor, golpeó después el Madrid, volvieron los locales, hicieron lo propio los visitantes y, así, se gestó un toma y daca constante.

De ahí que los momentos de calma en el electrónico para unos y otros fuesen cortados de raíz a los pocos minutos. En otra escaramuza en las trincheras, el Madrid pudo volver a contar con la aportación de sus secundarios en los momentos decisivos. Como Nocioni, experto en sacar petróleo de su tiempo en cancha. Como Rivers y Carroll, sin defraudar en el perímetro, o Taylor, con los muelles dispuestos para aprovechar los balones teledirigidos del Chacho. Como Ayón, que sí pareció acusar más su MVP en la Copa, pero que reivindicó su muy digno galardón al final.

Para conato de infarto de Laso, que ya avisó de la dureza esperada en los prolegómenos, el Brose Baskets también dispuso sus mejores galas para la ocasión. Además de la dupla Wanamaker-Miller, Strelnieks, Radosevic, Melli y hasta el insaciable Zisis tuvieron la muñeca caliente en las filas de los de Andrea Trinchieri. Ninguno se quedó frío hasta que la intimidación de Ayón congeló a Wanamaker con un tapón poco antes de que la bocina dictase sentencia.

Esa acción fue todo un contrasentido del encuentro. El Madrid, que sobrevivió en tierras germanas gracias a su ataque, resultó vencedor por mantener la templanza atrás a la hora de la verdad. En una pista en la que otros dos 'cocos' como Maccabi y Barça cayeron, los pupilos de Laso obligaron al Brose a vestirse con harapos nada más sonar el bocinazo final. La Cenicienta alemana tuvo que despertarse esta vez mientras el sueño de repetir corona para el actual rey de Europa continúa en liza.