Restaurante EMi

Restaurante EMi

Vinos ESTRELLAS MICHELIN

Así es la bodega de EMi, el nuevo estrella Michelin en Madrid: con 1000 referencias y casi 300 son de champán

La excelencia de Miguel Ángel Millán impulsa el maridaje como arte en el nuevo y flamante estrella Michelin madrileño EMi, con joyas inesperadas y opciones líquidas que desafían lo convencional.​

Más información: Rubén, chef de EMi, nuevo estrella Michelin: "Invertí 500.000 €, pero llevo 15 meses sin cobrar un sueldo"

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EMi se consolida como uno de los restaurantes imprescindibles del año tras ser reconocido en París como “Mejor Nueva Apertura Internacional 2026” de La Liste, uno de los rankings gastronómicos más influyentes del mundo.

El galardón, recogido por el chef Rubén Hernández Mosquero y el sumiller Miguel Ángel Millán en representación de todo el equipo, subraya la proyección internacional de un proyecto que, en apenas cuatro meses, se ha revelado como una de las grandes sorpresas gastronómicas del año.

Este reconocimiento se suma a la obtención de su primera estrella Michelin, recibida este martes en Málaga, que confirma la solidez, personalidad y profundidad técnica de una propuesta culinaria que combina ambición creativa, precisión en sala y una experiencia global pensada al detalle.

Rubén Hernández Mosquero y Miguel Ángel Millán

Rubén Hernández Mosquero y Miguel Ángel Millán

Con esta distinción, EMi ha alcanzado un hito histórico al convertirse en el restaurante que más rápidamente ha obtenido una estrella en España: solo cuatro meses después de su apertura.

"La ilusión y la energía del equipo son lo que hace posible que cada servicio se sienta especial. Este tipo de reconocimientos son un empujón para seguir trabajando con la misma honestidad y respeto por el oficio", ha dicho Rubén Hernández Mosquero tras recoger la estrella.

EMi se afianza así en el mapa gastronómico como uno de los destinos imprescindibles para entender la nueva alta cocina que está marcando el pulso en Madrid.

Alta cocina con sello internacional y raíces personales

EMi es el debut personal del chef Rubén Hernández Mosquero, que tras más de una década en cocinas como Noma, Geranium, Azurmendi, Il Ristorante Luca Fantin en Tokio y Atomix en Nueva York, regresa a Madrid para presentar su proyecto más íntimo.

Ubicado en Vallehermoso, EMi fusiona los principios de la Nueva Cocina Nórdica con técnicas coreanas y japonesas, poniendo el producto nacional en el centro de su propuesta.

Uno de los platos de EMi

Uno de los platos de EMi

El restaurante ofrece un único menú degustación de catorce pases, que refleja las vivencias internacionales y la personalidad culinaria del chef: profundidad de caldos, creatividad en el uso de algas y un fuerte peso de la conservación mediante fermentaciones y encurtidos.

El espacio, de más de 200 m², cuenta con cocina abierta, barra, zona privada y una bodega singular, bajo la dirección del sumiller Miguel Ángel Millán. EMi es la expresión honesta y vital de años de aprendizaje y pasión por la alta cocina.

Una bodega con nombre propio

La carta de vinos de EMi, dirigida por el prestigioso sumiller Miguel Ángel Millán, transforma cada servicio en una experiencia sensorial única y profundamente personal.

Millán, reconocido como Mejor Sumiller del Mundo 2023 por el premio Beronia World’s Best Sommelier de The World’s 50 Best Restaurants y ex jefe de sumilleres en DiverXO, aporta a EMi una mirada libre y coherente, concebida para dialogar con el menú degustación del chef Rubén Hernández Mosquero.

La bodega, una de las inversiones estratégicas del proyecto, sorprende con referencias de gran carácter, joyas inesperadas de pequeños productores y grandes etiquetas históricas, además de una cuidada oferta por copas y opciones no convencionales que abren nuevas posibilidades de maridaje, incluyendo sakes, whiskys selectos y bebidas como tés e infusiones.

En sala, Millán se entrega al comensal con rigor y sensibilidad, y presenta cada botella como una historia evocadora, elevando el vino como lenguaje capaz de emocionar y de profundizar en la propuesta culinaria de EMi, convirtiendo la degustación en un espectáculo inédito en Madrid.

Restaurante EMi

Restaurante EMi

La propuesta de vinos de Miguel Ángel Millán en el restaurante EMi podría definirse como una crónica libre, coherente y emocional, concebida como un espectáculo sensorial en diálogo con el menú degustación del chef Rubén Hernández Mosquero, donde cada botella narra una historia evocadora.

El apunte del sumiller

Dentro de esta propuesta líquida, muy marcada por el enfoque creativo y profundamente personal de Millán, el sumiller coloca en un lugar destacado a los espumosos y los jereces.

“Cuando alguien se pone en mis manos para maridar, lo primero que suelo decir es que los espumosos y los jereces no tienen reglas fijas, sino infinitas posibilidades”, asegura.

En sus cartas de vino, estas joyas de la enología han sido siempre una parte primordial: “Desde el champán, que ocupa actualmente más de un 20% de la bodega de EMi, hasta los distintos jereces que exploramos según el plato, la técnica o incluso el momento de la comida”, adelanta.

Con los champanes, Millán desarrolla una secuencia compuesta por tres referencias distintas con la intención de romper con el mito de lo que él llama ‘copa intrascendental’: “Esa bebida que algunos piensan que se toma casi como un refresco”, aclara.

Todo lo contrario. Según el experto, cada burbuja, cada matiz, invita a reflexionar. “Son vinos con alma, con complejidad y gran diversidad, capaces de acompañar desde aperitivos hasta platos más elaborados si se usan con intención”, defiende.

Miguel Ángel Millán

Miguel Ángel Millán

En cuanto al jerez, Miguel Ángel Millán reconoce que los sumilleres no siempre lo han hecho bien. “Muchas veces ha sido relegado al final de la comida, pero su variedad es impresionante: desde vinos de pasto, crianza biológica u oxidativa, hasta estilos secos, ligeramente dulces o muy dulces”.

Una versatilidad que, asegura, permite acompañar platos en múltiples momentos del menú, “llegando a rincones donde otros vinos simplemente no pueden”.

Un maridaje perfecto

“El caldo de topinambur que servimos en EMi. Es un caldo brutal, con un sabor umami que lo hace intenso y elegante. Lo armonizo con un amontillado sanluqueño, y el resultado es simplemente espectacular”, dice sin miramientos.

Millán presume de que a todos los que lo prueban les impacta la combinación, lo que demuestra que un jerez no es solo un vino de postre: “Puede ser profundo, sorprendente y capaz de elevar un plato a otro nivel. Eso sí, requiere precisión; usado correctamente hace magia, mal elegido puede arruinar la experiencia”.

La invitación del sumiller es sencilla: acercarse a estos vinos sin prejuicios, explorarlos con curiosidad y dejarse sorprender por la enorme diversidad y riqueza que ofrecen. “En cada copa hay historia, técnica y personalidad, esperando a ser descubierta”, concluye.