El chef Ramón Freixa en su nuevo Atelier

El chef Ramón Freixa en su nuevo Atelier

Vinos El vino favorito de

La elección de Lorena Loie: el vino aragonés que marca la diferencia en el nuevo Ramón Freixa Atelier

La sumiller Lorena Loie apuesta por un vino único que encarna la esencia del terroir y la autenticidad aragonesa y se convierte en el alma líquida del Ramón Freixa Atelier.

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Entre copas y estrellas Michelin, la historia profesional de Lorena Loie se escribe con sensibilidad y constancia. “Me he dedicado a la hostelería desde siempre”, confiesa con una sonrisa tranquila.

Nacida entre fogones y formada en la sala, gran parte de su vida la pasó en Mallorca, donde descubrió su vocación dentro de la restauración gastronómica. “Fue en DINS, cuando logramos la primera estrella Michelin, donde decidí que el vino iba a ser mi camino”, recuerda.

Aquella etapa marcó un antes y un después: el traslado a Madrid y la apuesta firme por la formación. Autodidacta durante años, Lorena decidió invertir seriamente en su educación, convirtiéndose en la primera de su promoción en el curso de sumilleres de la Cámara de Comercio de Madrid.

Lorena Loie, sumiller Ramón Freixa Atelier

Lorena Loie, sumiller Ramón Freixa Atelier

Desde entonces, asegura, “no he dejado de aprender”. Su inquietud la llevó a The Wine Studio, donde completó el WSET3, y al exigente programa de Court of Master Sommelier.

Hoy, tras cinco años acompañando al chef Ramón Freixa en su trayectoria, Loie busca que cada maridaje sea un diálogo entre cocina y vino. “Mi objetivo es que el comensal perciba esa armonía líquida que completa la experiencia gastronómica”, asegura.

La parte líquida del nuevo Ramón Freixa Atelier

El nuevo Ramón Freixa Atelier abre sus puertas en Madrid como un refugio gastronómico donde la elegancia y la técnica dialogan con el vino en cada plato.

Concebido como un espacio más íntimo y experimental, el restaurante despliega una carta líquida que refleja la misma precisión creativa que caracteriza la cocina del chef.

Bajo la dirección de la sumiller Lorena Loie, la propuesta vinícola se convierte en un hilo conductor que amplifica sabores y emociones. “Cada botella tiene un papel narrativo, acompaña y eleva la experiencia”, explica Loie.

Menú Origen, Ramón Freixa Atelier

Menú Origen, Ramón Freixa Atelier

En su selección, encontramos referencias nacionales e internacionales con un enfoque en autenticidad y equilibrio. Desde pequeños productores con alma hasta grandes clásicos reinterpretados, su carta invita a descubrir vinos que respiran territorio y personalidad.

En este nuevo escenario, la suma entre la cocina de Freixa y la sensibilidad de Loie promete convertir cada velada en un viaje sensorial completo.

La autenticidad de Aragón en la copa

En la carta líquida de Ramón Freixa Atelier hay joyas que se descubren con calma, como si cada una contara una historia. Entre ellas, Lorena Loie se detiene en un vino que considera casi un manifiesto: La Loma y Los Santos, de Bodegas Frontonio.

Cuesta en torno a 80 euros en restaurante, pero, como explica la sumiller, “su valor real está muy por encima del precio; es un vino que emociona por su origen y por su intención”.

Procede de dos parcelas que le dan nombre, y está elaborado con garnacha blanca y macabeo viejas plantadas en los montes aragoneses de Valdejalón. Se elaboran menos de 2.000 botellas, reflejo de una viticultura paciente y profundamente respetuosa.

La Loma y Los Santos, de Bodegas Frontonio

La Loma y Los Santos, de Bodegas Frontonio

De Fernando Mora, su creador, Loie destaca una sensibilidad especial: “Sus vinos son enérgicos, vibrantes, pero al mismo tiempo delicados”. Y añade: “Este blanco tiene una acidez viva que lo hace inmediato, disfrutable ahora, pero con un potencial de guarda fascinante”.

En el Atelier, la sumiller encuentra en él un espejo de la filosofía de la casa: autenticidad, territorio y equilibrio. “Es un vino que habla de lo sencillo y esencial, igual que Ramón Freixa hace desde la cocina”.

Un blanco que representa una mirada hacia una viticultura y vinificación más simples, más honestas, alejadas de esa tendencia actual que, apunta la sumiller, “mira hacia Borgoña”. En lugar de eso, muestra con orgullo la singularidad y la riqueza de los pueblos de Aragón.

“Nosotros tratamos el producto con una visión que me recuerda a la de Fernando Mora”, concluye Lorena Loie. “Una aproximación austera y respetuosa para poder disfrutar al máximo de lo que la tierra y el trabajo nos ofrecen”.