El neón de Changueiro es una declaración de intenciones

El neón de Changueiro es una declaración de intenciones

Vinos

El cambio de vida del exbatería de Efecto Mariposa por el vino: el bar que arrasa en Fuengirola con champán y molletes

Changueiro abre sus puertas como un refugio para el disfrute pausado y la emoción de descubrir vinos diferentes y variedades autóctonas. Así es el nuevo punto de encuentro para ‘winelovers’ en Fuengirola.

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En pleno corazón de Fuengirola acaba de abrir sus puertas Changueiro, un bar de vinos que promete convertirse en el nuevo escondite para quienes buscan beber despacio, conversar sin prisa y descubrir etiquetas con alma.

Su propuesta se aleja del ruido habitual: aquí la protagonista es la copa, acompañada por una carta breve pero honesta de tapas artesanas pensadas para resaltar cada matiz del vino.

Detrás del proyecto está un equipo joven, apasionado por las historias que se esconden detrás de cada botella. Antonio Carlos Miñán, uno de los socios fundadores, es un apasionado de la música que ha sabido integrar su sensibilidad artística en el proyecto.

La carta de Changueiro cuenta con 150 referencias

La carta de Changueiro cuenta con 150 referencias

Músico y melómano, ex batería de Efecto Mariposa y acompañante a las baquetas de Pablo López, Miñán aporta una atmósfera única a este nuevo wine bar. Su visión conecta el vino y la música como experiencias que enriquecen y transforman los sentidos.

“Todo empezó a crearse en nuestra cabeza, tanto en la de Paloma, mi mujer, como en la de Icíar (dueña de La Machina en Málaga) y la mía, cuando salíamos por Fuengirola a tomarnos un vino y veíamos que no existía un sitio como tal”, explica Miñán. “Te sientas en un restaurante y te pides una botella, pero eso de ‘irse de vinos’ aquí es complicado”.

Antonio Carlos Miñán actualizando la pizarra de Changueiro

Antonio Carlos Miñán actualizando la pizarra de Changueiro

Hasta ahora. Porque Changueiro ofrece un sinfín de rutas de copeo sin moverse de la mesa. En la carta conviven etiquetas conocidas con referencias de pequeños productores y una cuidada selección de variedades autóctonas y vinos de autor.

“Esto no es un wine bar, es un bar de vinos, y no le he puesto despacho de vinos porque no me han dejado”, bromea este músico que ha cambiado la batería por el delantal de tabernero. “La música es mi vida, pero el mundo del vino tiene también un punto romántico que me flipa”.

Es difícil elegir un solo vino en Changueiro

Es difícil elegir un solo vino en Changueiro

El ambiente, entre lo rústico y lo contemporáneo, invita a quedarse hasta olvidar la hora. En Changueiro, nombre que viene de la expresión cariñosa que usaba la abuela ponferradina de Antonio Carlos para referirse al aperitivo, la experiencia no se mide por copas, sino por momentos.

Todo por copas y tapeo de calidad

Apenas llevan un mes con el cartel de abierto, pero Antonio Carlos ya defiende una carta de vinos de 150 referencias. “Me he vuelto loco, porque estamos arrancando y luego habrá que sostenerlo”, advierte. Pero confía en lograrlo. “Ojalá esto funcione y llegue a tener el doble. Mientras se vendan y la gente las entienda y las disfrute, yo feliz”.

En Changueiro también hay vermú y tapeo

En Changueiro también hay vermú y tapeo

Su objetivo, asegura, es que los clientes puedan probar cosas nuevas, sin miedo y sin tener que pedir la botella entera. Por eso, lo que más llama la atención es su oferta por copas. “Tengo una pizarra que voy cambiando todas las semanas, con unas 25 referencias, pero podemos servirlo todo, los 150 vinos, por copas con Coravin”.

En España, grandes referencias de Rioja, Ribera del Duero, Rueda o Somontano, pero también cosas interesantes de Ronda o de Priorat. Fuera de nuestras fronteras, vinos de Austria, de Alemania y, por supuesto, de Francia: “Tengo algún burdeos blanco, algún borgoña, Ródano blanco y tinto, Pouilly-Fuissé, Pouilly-Fumé, Sancerre; y luego tengo jereces de Valdespino o Williams & Humbert, de Montilla-Moriles algo de Alvear, y cuatro o cinco tipos de vermú”.

La terraza de Changueiro

La terraza de Changueiro

Los espumosos también tienen un lugar privilegiado en Changueiro. “Tenemos 8 o 10 referencias de Champagne, de Bollinger, André Clouet, Perrot-Batteux, Gonet-Médeville, Laurent-Perrier-Rosé, Larmandier-Bernier, Ayala, Ruinart. Alguna cosa italiana chula también. Y después joyas de las islas, de Tenerife, La Gomera, de Menorca... En fin, creo que no vamos nada mal”, presume Antonio Carlos Miñán.

A pesar de que en Changueiro lo más importante es el vino, para poder disfrutar más y mejor de la copa, la experiencia continúa en el plato. Laterío gourmet, lomo y jamón ibérico, tablas de quesos nacionales e internacionales, e incluso un par de bikinis y tostas inventados por ellos.

“Gildas, anchoas, boquerones en vinagre, molletito de pringá o de carne mechada, la gente se queda encantada”, garantiza Miñán. Mezcla de norte y sur, con un puntito canalla, como el dueño.