El viñedo de Méndez Rojo, alcanzado por las llamas.

El viñedo de Méndez Rojo, alcanzado por las llamas. Méndez Rojo

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El viñedo que desafió al fuego en Orense: el milagro de Méndez Rojo en Valdeorras

En plena oleada de incendios que asola los montes gallegos, Valdeorras se ha convertido en uno de los focos de mayor preocupación. Allí, el viñedo de Méndez Rojo ha resistido contra todo pronóstico, erigiéndose como símbolo de esperanza. 

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La comarca de Valdeorras, conocida por ser el corazón vinícola del oriente orensano, vive días de angustia ante los incendios forestales que este verano han devorado cientos de hectáreas de monte y viñedo en Galicia.

El fuego amenaza uno de los mayores patrimonios vitivinícolas de la región, pero entre el miedo y la devastación, una historia emerge como un verdadero milagro: el viñedo de Méndez Rojo logró librarse de las llamas.

Mientras brigadas y vecinos luchan sin descanso por contener los frentes activos, este viñedo intacto encarna un respiro de esperanza para todo Valdeorras. 

“Hubo mucha incertidumbre los primeros días, sobre todo por las noches”, explica a Cocinillas Juan Luis Méndez Rojo. Por las noches, el fuego es todavía más difícil de controlar. La falta de luz impide continuar con la extinción de las llamas, las fuerzas de los equipos antiincendios flaquean y los cambios de viento campan a sus anchas.

“Por el día, con los medios aéreos crees que tienes protegidas las zonas agrarias, pero por las noches vuelve la pesadilla”, añade.

El fuego, a escasos metros de la bodega

El fuego, a escasos metros de la bodega Méndez Rojo

El pasado jueves, cuando el equipo de bodega de Méndez Rojo se disponía a descansar después de un durísimo día pendientes del viñedo que rodea a la bodega, el viento volvía a cambiar.

“Pensábamos que estaba fuera de peligro, pero a los cuarenta y cinco minutos tuvimos que volver a la bodega porque las llamas habían cruzado la carretera y el viento ahora avanzaba más rápido: lo que antes tardaba tres días, tardó tres horas”, recuerda Méndez.

Cuando llegaron, el fuego ya estaba devorando las viñas: “Había avanzado de 7 a 10 metros hacia el interior de la parcela, pero tuvimos suerte, porque aunque entró algo de llama, sobre todo entró calor; pensé que perdíamos las cepas, pero lo que perdimos fue toda la masa foliar y toda la uva”.

Como consecuencia de tan devastador suceso, este año, esa parte del viñedo no tendrá producción, pero el bodeguero mira con optimismo hacia el futuro porque el tronco de las vides consiguió aguantar el ímpetu del fuego.

Llamas alrededor del viñedo.

Llamas alrededor del viñedo. Méndez Rojo

“La planta no se quemó: de las 300 cepas afectadas, habrá una docena arrasada, el resto las vamos a recuperar”, apunta Juan Luis.

Ya están en ello. Se trata de hacer un agujero para poder llegar a la base, a la raíz, e introducir agua y nutrientes. “Ojalá llueva, pero mientras no llueva vamos a ayudarlas”, confía Méndez Rojo.

Viñedo heroico, en sentido literal

“Ayer le pusimos a esta viña El Milagro, porque curiosamente acabábamos de hacer una prueba para una elaboración independiente de esa parcela. Elaboraremos un Mil Ríos, que es la marca que utilizamos en Méndez Rojo, pero un Mil Ríos aún más especial por lo que sufrió esa viña, lo que aguantó, la trataremos como se merece”, adelanta.

Y es que el fuego no se paró en la viña, la lengua llegó a estar a menos de 25 metros de la bodega: “El edificio fue nuestra primera preocupación, había miedo de que lo alcanzaran las llamas; la segunda proteger ese viñedo, porque es al que más dedicación le prestamos, es un viñedo histórico”.

De la pérdida a la autocrítica

A nivel económico, se atreve a adelantar Juan Luis Méndez Rojo, “creo que nos va a afectar este año mucho, entre un 20 y un 30% de producción, pero todo esto es una sensación, no tengo ningún dato concreto”.

A su parecer, la Xunta de Galicia debería compensar esa pérdida, “porque si se disparan los costes del godello, lo único que vamos a conseguir es perder el posicionamiento que estábamos alcanzando”. 

Godello en Valdeorras.

Godello en Valdeorras.

Ayudar al viticultor como prioridad, destaca el elaborador, sin olvidar el problema de la ceniza en el viñedo. “Hay ceniza en todas partes, mucho que limpiar, incluida la uva, con lo cual es pérdida de vendimia, pérdida de viñedo, limpieza de absolutamente todo, y recuperación de toda una zona de viñedo viejo muy valioso”.

Después de la tragedia, llega el momento de deliberar, de aprender de los errores para evitar que vuelva a suceder algo similar. Lo resume Juan Luis: “Espero y deseo que esto sea un cambio, un antes y un después en Galicia, y que a partir de ahora se trabajen de otra manera los montes, desde el cuidado y la puesta en valor, para que esto no se repita", sentencia. “La clave no es ir hacia el fuego, sino proteger para que no venga”.