Las mesas de Kiosko Moret.

Las mesas de Kiosko Moret. Foto cedida

Restaurantes

Un kiosco Patrimonio Nacional convertido en restaurante: así es el nuevo 'picoteo fino' de Madrid con vistas a la Casa de Campo

La última apuesta de Grupo Trafalgar recupera un rincón exquisito en una de las zonas más exclusivas y bellas de la capital.

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Deambular sin prisa por el Paseo del Pintor Rosales de Madrid es uno de los planes espontáneos más agradables que puedes hacer en la capital.

Esta calle reúne dos importantes pulmones verdes de la ciudad, el Templo de Debod y el Parque del Oeste, y es una de las áreas más exclusivas y señoriales, con enormes edificios firmados por arquitectos tan prestigiosos como Luis Gutiérrez Soto (artífice de Cine Callao y Teatro Barceló, entre otros).

Caminando por sus adoquines no es raro encontrarse a personalidades como Antonio Carmona, Eugenia Silva o Alejandro Aménabar, vecinos del barrio. De hecho, nosotros mismos nos cruzamos con Pedro Almodóvar antes de llegar al nuevo place to be de la zona: Kiosco Moret.

Abierto en octubre, este restaurante es la última apuesta de Grupo Trafalgar, el cual también está detrás de la gestión de locales como Macao, Bar Trafalgar o Bar Vergara.

Como su nombre indica, Kiosco Moret (P.º del Pintor Rosales, 11) se ubica en un coqueto kiosco antiguo de estilo neoherreriano (estética sobria y monumental, con proporciones simétricas y decoración mínima), restaurado siguiendo las indicaciones de Patrimonio Nacional.

Sus paredes acristaladas y abatibles son un gran acierto para acomodarse a todos los climas: en verano, retraídas, dejan correr la brisa entre las mesas, y en invierno, cerradas, protegen del frío sin renunciar por ello a unas deliciosas vistas del frondoso entorno natural, protagonizado por pinos, abetos y magnolios.

Moret con las cristaleras abatidas y vistas al Parque del Oeste y la Casa de Campo.

Moret con las cristaleras abatidas y vistas al Parque del Oeste y la Casa de Campo. Foto cedida

Al entrar a Moret te recibe una vitrina con botellas de destilados y vinilos de The Police, Bee Gees y Frankie Goes To Hollywood, aunque no alcanzo a ver ningún tocadiscos en la sala.

El ambiente es francamente cómodo y acogedor, de esos en los que apetece alargar las sobremesas todo lo posible.

De hecho, si hace buen tiempo, al acabar puedes probar a moverte a Palacete Rosales, el espacio contiguo a Moret. Una terraza descubierta "que recupera la esencia del kiosco de la música proyectado por Luis Bellido en 1923", explican desde Grupo Trafalgar.

Las anchoas con pan brioche y mantequilla ahumada.

Las anchoas con pan brioche y mantequilla ahumada. Foto cedida

Picoteo fino en el 'Park Avenue' de Madrid

No nos apetece ponernos creativos y vamos a lo seguro: croquetas de jamón ibérico, anchoas sobre brioche y mantequilla ahumada, la ensaladilla Moret y unos montaditos de milhoja de patata y steak tartar de vaca como entrantes al centro.

Todo bastante en su punto, aunque sentimos que a la ensaladilla le falta algo de alegría pese a los alcaparrones, que son mi debilidad. Por fortuna las croquetas no defraudan, muy crujientes y sabrosas, de esas que te ponen contento.

Como principal elegimos la pluma ibérica a la brasa con chimichurri casero (mejor pedir el chimichurri aparte para que no eclipse el sabor de la carne) y de postre, el tiramisú de Baileys.

Desde el establecimiento, presumen especialmente de clásicos de Trafalgar como las gildas, el bikini de lacón ahumado y queso compté o el tataki de ventresca. Y califican de "imprescindibles" las ostras, las zamburiñas acevichadas, el pastrami de wagyu y los crujientes de tartar de gamba.

Platos de la carta.

Platos de la carta. Foto cedida

Pero Kiosco Moret no es sólo restaurante: el local también ha querido sumarse a la tendencia de las coctelerías y ofrece tragos de autor como el Bloody Moret, el Negroni del Oeste o el Rosales Spritz. Una buena idea para terminar una velada o para quienes sólo quieran un pequeño aperitivo.

Moret revitaliza este rincón de la alta burguesía madrileña y brinda la oportunidad de hacerte sentir del barrio aunque sea sólo por unas horas. "Si no puedes comprar un piso en Rosales, siempre podrás tomar un cóctel en Moret", bromean.