El restaurante junto a la playa más famosa de Valencia donde comer pescados y ostras a partir de 3,2 €

El restaurante junto a la playa más famosa de Valencia donde comer pescados y ostras a partir de 3,2 € iStock

Restaurantes

El restaurante junto a la playa más famosa de Valencia donde comer pescados y ostras a partir de 3,2 €

Tradición, modernidad y ambiente tranquilo para disfrutar de los manjares y la brisa del mar.

Más información: El restaurante junto a la playa más bonita de Valencia con buenas paellas y entrantes a partir de 1,20 €

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Con casi dos kilómetros de arena fina y custodiada por el paseo marítimo que la bordea, la bellísima playa de la Malvarrosa, en el centro de Valencia, es una de las más famosas de la capital del Turia.

Lugar de recreo de la burguesía valenciana desde el siglo XIX e inmortalizada en el cine y la literatura, en obras como Tranvía a la Malvarrosa de Manuel Vicent, este arenal es la simbiosis perfecta entre la calma del Mediterráneo y la vitalidad de una ciudad moderna.

Durante el día, es disfrutada por todos los que se acercan para disfrutar de una jornada de relax disfrutando del agua y del sol y por los que buscan practicar deportes acuáticos.

Por la noche, el ambiente cambia y es ideal para disfrutar de planes de ocio más tranquilos como disfrutar de una cena con productos de la tierra y acabar dando un agradable paseo sintiendo la brisa del mar en la cara.

Un restaurante para disfrutar del mar

El nombre, Agua Salada, es toda una declaración de intenciones de lo que nos encontramos en este restaurante situado en el número 38 de la calle de la Marina, muy próximo a la playa de la Malvarrosa.

Con aspecto de tasca marinera, este restaurante valenciano cuenta también con una terraza en la que disfrutar desde un aperitivo con amigos hasta una cena romántica sintiendo la brisa marina.

Agua Salada, intentando resumirlo, es un restaurante "de producto", donde los manjares del mar se tratan con el respeto que merecen en una carta que combina tradición mediterránea con algunos toques de modernidad.

Con platos en los que el producto se sirve crudo o muy poco elaborado para disfrutarlo en su plenitud, en su cocina utilizan productos frescos de mercados locales.

El mar es su especialidad, pero su relación-calidad precio es realmente interesante, pues Agua Salada es un sitio perfecto para permitirse pequeños lujos a precios comedidos.

Para abrir boca, la comida puede empezar por alguna pieza de su carta de ostras, a partir de 3,2 €. O por alguna de sus latas de caviar oscietra, uno de los de mejor calidad, solo algo por debajo del famoso beluga, que se pueden disfrutar a partir de 20 €.

Para completar los aperitivos, opciones que son picaeta valenciana en estado puro, como las almendras fritas por 2,5 € o una ración de boquerones (9,5 €).

En el apartado de pescados crudos, a partir de 7,8 € encontramos propuestas como un tartar de vieiras en su concha, un  ceviche de corvina al estilo peruano o unas muy apetecibles láminas de atún rojo con grasa de rubia gallega madurada.

Para los que prefieren que el pescado haya pasado por la llama, una ración de sepia con mayonesa de wasabi con caviar de salmón (14,6 €), o un lomo de dorada salvaje con espinacas, mantequilla y parmesano que es puro umami por 16,9 € o las zamburiñas con salsa de soja y jengibre (3,6 €/unidad).

Cuenta también con una carta de minipostres con precios entre los 2,2 y los 2,5 € y una singular selección de cócteles, champanes y vinos.

Su bodega cuenta con varias referencias de blancos, tintos, rosados y espumosos de producción local, así como una interesante representación de las denominaciones de origen más importantes de Italia.

Valencia, mucho más que playa

Para los que la visitan por primera vez, Valencia es mucho más que playa y buenos restaurantes. Es cultura mediterránea y mirada al futuro.

Los puntos más reconocibles de la Valencia moderna son la Ciudad de las Artes y las Ciencias; el Oceanogràfic, el acuario más grande de Europa, y el Hemisfèric, la inconfundible sala de proyecciones en forma de ojo.

Con la mirada puesta en el pasado histórico, encontramos la Catedral de Valencia, un edificio de gran valor arquitectónico con elementos de distintas épocas, desde el románico, hasta el barroco.

En su interior se puede visitar la Capilla del Santo Cáliz, donde según la tradición se conserva el Santo Grial. Desde el Miguelete, su torre campanario, se puede disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.

En la misma zona, el Barrio del Carmen es un entramado de calles estrechas con ambiente bohemio, perfectas para perderse entre cafés con encanto y pequeñas tiendas de diseño local.

Para los amantes de la gastronomía es imprescindible la visita al Mercado Central, una joya del modernismo valenciano construida a principios del siglo XX.

Bajo su estructura de hierro y vidrio se encuentran más de mil puestos donde se pueden adquirir productos frescos, embutidos típicos, mariscos y frutas de la huerta valenciana.

Muy próxima al mercado se sitúa La Lonja de la Seda, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que aún conserva huellas del esplendor comercial del puerto de Valencia en la época medieval.

Los amantes de las zonas verdes no deben perderse el Jardín del Turia, un extenso parque lineal que recorre la ciudad por el antiguo cauce que ocupaba el río antes de ser desviado tras la riada de 1957.

A lo largo del parque se encuentran edificios singulares como el Palau de la Música, puentes históricos y zonas infantiles como el Parque Gulliver.