
El restaurante escondido entre prados cántabros donde comer carne de primera a muy buen precio
El restaurante escondido entre prados cántabros donde comer carne de primera a muy buen precio
En un pequeño pueblo cántabro junto a Santillana del Mar, Rubén y Sara han reabierto un restaurante con historia para darle una nueva vida desde la honestidad y el producto. Bienvenidos a Nueva Santuca.
Más información: Ya es oficial: este es el plato típico de Cantabria elegido como el más representativo, según el CIS.
Rubén Álvarez y Sara Blanco no buscaban montar un restaurante de moda ni llenar titulares. Lo suyo fue otra cosa: un reencuentro con lo esencial, con volver a tocar producto, regresar al campo... En septiembre de 2023 reabrieron este restaurante en Arroyo, un pequeño pueblo cántabro a un paso de Santillana del Mar, entre caminos rurales y muy cerca del paso cercano de peregrinos.
Lo que era antes un local con 25 años de historia y otro concepto, se convirtió en su casa y en su forma de vida. Y lo que más nos interesa, también en un templo de las carnes, con excelentes cortes de ejemplares de los pastos cántabros a la mesa, en un lugar que ya es un imprescindible.
Dar nueva vida a un lugar de siempre
Nueva Santuca no es un lugar de paso, es un sitio al que ir ex professo. Con la dirección en Google Maps, llegarás a Arroyo, una pequeña aldea que pertenece a Santilla de Mar y lo harás a n restaurante en el que el entorno tiene mucho que ver. En este rincón de Cantabria, con vistas al verde y sin prisa, la experiencia es completa. Respirar aire puro, pasear por el prado y terminar con una comida sobresaliente. Ese es el plan.

El restaurante ya existía, pero llevaba un tiempo cerrado. Fue entonces cuando Rubén y Sara vieron las posibilidades de darle una nueva vida. Era septiembre de 2023 y juntos, se embarcaron en una aventura que les ha traído muchas alegrías. Rubén nació en Valladolid, pero se ha pasado la mayor parte de su vida viviendo en Cantabria y trabajando en buena parte de sus restaurantes, algunos de ellos en Torrelavega y en otros templos como El Pericote, donde trabajó durante bastantes años. Sara, también con experiencia en hostelería, se encarga de la sala, con una diligencia y pasión que te hacen sentir en casa desde el momento en que te sientas a su mesa.
Una propuesta con la carne como protagonista absoluta
Lo que se cocina aquí es lo que se ha cocinado siempre: platos reconocibles, hechos con mimo y sobre todo, con muy buena materia prima. Trabajan con pescados frescos, carnes del terreno y mucha tradición. Lo mismo puedes disfrutar de un chuletón memorable que de un cocido montañés que entona el cuerpo.
La carta se mueve en esa línea de producto directo, cocina de base tradicional y cero artificio. Desde una rabas de peludín, a mollejas empanadas, pasando por otros tantos como unas croquetas caseras de chuletón, morcilla de Cigales, foie fresco a la plancha... y hasta un revuelto de bacalao con guiños portugueses y producto de aquí.

No faltan tampoco tartares, pero de los ricos. El de vaca lleva carne cortada a cuchillo, brotes germinados, guindilla, cebolla y una yema que lo une todo. El de atún rojo (Balfegó), por su parte, combina tomate, aguacate y cebollino. Ambos son equilibrados y sabrosos. Atención también merece el embutido casero. Curan lomo bajo y lo sirven para disfrutarlo en todo su esplendor o para coronar sus croquetas de chuletón.

Trabajan muy bien la cuchara. Siempre tienen un plato en la carta que suele variar, pero que va desde unos judiones a un cocido montañés. Otro de sus platos más demandados son los callos, que se preparan a la castellana y de forma tradicional, con cecina de León y chorizo de Cigales.

Aunque trabajan pescados (muchos fuera de carta como bonito en temporada, verdel o bocartes), la carne tiene un papel protagonista. Trabajan habitualmente con productos de los pastos cántabros, pero no también con piezas que consiguen de otras zonas, como la vaca vieja gallega, buey mestizo (un cruce entre gallego y frisón) o cualquier carne que consideren de calidad y que llegue a sus manos. "Tenemos chuleteros para todos los gustos, razas de leche y razas de carne con más y menos infiltración, con la maduración justa en cada caso", comentan.

A partir de esta materia prima, ofrecen cortes que van desde el lomo bajo al chuletón, pasando por solomillo (muy interesante el que preparan con queso Bejes) o la chuleta de machorra, vaca tudanca o pinta. Y lo mejor de todo, es que los precios están muy ajustados, para que todos puedan disfrutar de calidad, sin necesidad de dejarse el bolsillo con ello.

En la parte dulce, todos los postres son caseros: flan de queso del Bardal con limón de Novales, tarta de 3 quesos cántabros, torrija de sobao pasiego o helados artesanos Revuelta, que se elaboran en Llanes.
Menú del día, un degustación de vacuno 100% y una bodega que se puede disfrutar por copas



A veces, entre el bullicio de la gastronomía actual, los proyectos que apuestan por lo sencillo y lo bien hecho deben brillar más de lo que lo hacen. Nueva Santuca no busca reconocimiento, busca que hables de él y repitas. Cosa que harás seguro una vez lo conozcas...