Remedios, dueña de un negocio familiar de pizzerías iStock/YouTube
Remedios, dueña de una pizzería en España: "Tenemos 800 pedidos en un día y facturamos 10 millones al año"
Remedios empezó con el negocio en Jerez hace 35 años y todos ellos han sido un aprendizaje continuo. Ahora sigue siendo una empresa familiar con empleados que llevan más de 15 años.
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La historia de Remedios Zambrana como hostelera comienza en los años 80, cuando su madre regentaba Casa Pepa, un restaurante familiar frente a la estación de trenes de Jerez.
Con apenas 14 años, cuando ayudaba a su familia durante los descansos del colegio, la joven Remedios ya había decidido su futuro: "Decido no estudiar y quedarme con mi madre. A mí me gustaba la hostelería", cuenta en una entrevista en el pódcast Talent Hostelería.
Con 20 años y recién casada, sus padres le ofrecieron la oportunidad que cambiaría su vida: montar una pizzería en unos locales que habían comprado a 200 metros de Casa Pepa. "Mamá, yo", insistía cada vez que aparecía un posible inquilino. "No, hija, tú no", respondía su madre. Hasta que finalmente cedió.
Aprender sobre la marcha
Dicen que los empresarios de éxito son los que se lanzan y no temen equivocarse. Remedios, sin duda, pertenece a este grupo. Cuando abrió Marruzella, lo hizo sin conocimientos previos. "Un mes antes de abrir ni sabíamos cómo hacer pizza", confiesa. Pero esa falta de experiencia ni la echó para atrás ni impidió que su proyecto tomase forma.
Era 1990 y en Jerez apenas existían pizzerías con servicio a domicilio. "Cuando abrimos, abre también Telepizza", explica Remedios. La competencia era desigual; por un lado, una multinacional con recursos ilimitados y, por otro, una joven emprendedora sin experiencia.
Remedios de Marruzella
Pero Remedios tenía algo que el dinero no compra: hambre por salir adelante. "Telepizza da un paso y yo cuatro", insiste.
La clave estuvo en entender antes que nadie el potencial del reparto a domicilio. Un encuentro casual con un empresario almeriense le abrió los ojos: "¿Cuántas mesas crees tú que puede haber en Jerez? Si tú haces un domicilio tú tendrías el hueco de la tarde o del mediodía para llevar tu comida a esas 40.000 mesas". Esa conversación se le quedó "clavadísima" y la impulsó a ver su negocio desde otra perspectiva.
También por consejo de un familiar, Remedios empezó a replicar las ofertas más agresivas de su competencia. Una oferta de 2x1 los martes y domingos fue el gesto que los ayudó a catapultar el negocio.
En 2001 abrió Marruzella Fast Food, para separar físicamente el restaurante del servicio de delivery. La apuesta fue radical, empezaron con siete motos compradas de segunda mano, pero pronto fue necesario ampliar la flota. Hoy tienen 32 motos propias solo en Jerez, capaces de gestionar hasta los 800 pedidos que pueden recibir un sábado en hora punta.
El crecimiento del primer negocio llevó a la familia a abrir nuevos locales fuera de Jerez. Cádiz fue la primera gran expansión. Allí realizaron una inversión histórica, un millón y medio de euros para montar un local de 225 metros cuadrados que se convirtió en el buque insignia de la marca.
La inauguración fue un éxito masivo y obligó a homologar procesos y reforzar la estructura de gestión. Años más tarde llegarían Sevilla y el Puerto de Santa María. En paralelo, Marruzella invirtió en el desarrollo de una marca propia y reconocible, rediseñó logotipos y estandarizó envases, servilletas y cajas desde 2001.
También profesionalizaron las operaciones gracias al apoyo de un responsable financiero que les enseñó a controlar compras y mermas: "Inventarios no teníamos", reconocen al explicar que parte de los beneficios se diluían por falta de control. Con el tiempo, la empresa logró estabilizar márgenes y ordenar sus procesos internos.
En 2017 decidieron centralizar la gestión telefónica con un call center de hasta 22 personas, aunque más adelante la aplicación móvil redujo en parte esa necesidad. Aun así, la adaptación es desigual entre ciudades; mientras Sevilla realiza el 80 % de los pedidos online, Jerez continúa generando "6.000 llamadas al mes".
Hoy, la cadena factura "por encima de los 10 millones" anuales entre todos sus locales, "5 solo con el reparto a domicilio", explican. El establecimiento de Jerez sigue siendo el más fuerte: "Este es el cortijo", bromean, al subrayar el peso que tiene en el conjunto de la empresa.
Con la marca plenamente consolidada, la visión de futuro pasa por seguir creciendo con cautela. Aunque reconocen haber valorado la idea de abrir franquicias, afirman que por ahora prefieren mantener el control directo y tenerlo todo "a mano".
La plantilla: clave del éxito
Detrás del crecimiento de Marruzella hay un elemento esencial: la plantilla. Muchos empleados llevan décadas en la empresa: "Llevan 30 años, 28, 32, 34", explican, resaltando cómo esa estabilidad ha permitido consolidar una cultura interna de lealtad por parte de los trabajadores que hace que la rotación sea nula.
Su política laboral se basa en pagar sueldos más altos a los que son habituales en el sector y en un trato cercano al personal: "Verdaderamente la gente que se esfuerza, por supuesto que tiene que cobrar más", explica Remedios.
A esa fidelidad se suma la constante búsqueda de nuevas ideas. Los viajes a Estados Unidos les sirvieron como inspiración para introducir burritos y otros productos que sumaron a una carta que ya era diversa. Alejandro lo resume diciendo que "Somos pizzerías, sí, vale, pero tenemos burritos, baguettes, hamburguesas, sándwich…".