
Pimientos del piquillo asados (Imagen de archivo) iStock
Ni ajo ni azúcar: el sencillo truco para que los pimientos del piquillo de bote queden estratosféricamente buenos
Están tan buenos que apetece comerlos a todas horas.
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Los pimientos del piquillo forman parte de ese grupo de conservas que recomiendo a todo el mundo para su fondo de despensa. Se pueden utilizar en un montón de platos saludables para darles color y nutrientes y son fáciles de encontrar en cualquier supermercado.
Hay que distinguir dos grupos, por un lado, los pimientos del piquillo de Lodosa, con Denominación de Origen Protegida (DOP), que se cultivan en Navarra y se caracterizan por su sabor dulce, ligeramente afrutado y su textura firme pero melosa que se consigue mediante el asado y pelado manual. Se producen siguiendo métodos tradicionales, sin usar agua en el pelado para conservar al máximo sus cualidades organolépticas. Son más caros y se encuentran en los supermercados que cuentan con mayor variedad de productos.
Por otro lado, están los pimientos del piquillo importados de China y Perú, que son los más económicos y se encuentran en cualquier súper. Aunque pueden ser similares en apariencia, existen diferencias en sabor y textura. Generalmente, estos pimientos se cultivan a mayor escala y pueden presentar un sabor ligeramente distinto, debido a diferencias en el suelo, el clima y el proceso de producción.
En muchos casos, el pelado de estos pimientos del piquillo que vienen de fuera se realiza mediante un lavado con agua, lo que afecta su intensidad de sabor. Además, su textura suele ser más blanda o fibrosa, lo que los hace menos adecuados para algunas preparaciones en las que la firmeza es clave.
Los trucos clásicos que usan las abuelas
Esta menor intensidad de sabor puede suplirse con algunos trucos que usan las abuelas y muchos cocineros profesionales para potenciar el sabor y mejorar la textura de los pimientos del piquillo de lata o de bote.
Uno de los métodos más sencillos consiste en escurrir bien los pimientos y secarlos con papel de cocina para eliminar el exceso de líquido de la conserva que, especialmente cuando vienen enlatados, puede aportar un ligero gusto metálico. A continuación, se marcan en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra. Esto sirve para realzar su dulzura natural además de añadir una nueva capa de sabor si doramos los pimientos en el aceite. Con el fin de potenciar el dulzor, es común añadir azúcar para facilitar la caramelización y el sabor tostado.
Otra forma de intensificar su sabor, muy usada por cocineros profesionales, es confitarlos a fuego lento. Para ello, se secan bien los pimientos en aceite de oliva junto con ajo laminado y alguna hierba aromática, como tomillo o romero, y se cocinan a fuego bajo durante unos 20 minutos. Con este proceso los pimientos absorben mejor los aromas del aceite y las especias y quedan con una textura más melosa.
Si no queremos tener que "cocinarlos", podemos optar por darles un toque más ácido y fresco, pueden aliñarse con una mezcla de vinagre de Jerez, ajo picado y un poco de sal. Dejándolos macerar en este aliño durante al menos una hora en la nevera, conseguiremos que el vinagre equilibre su dulzura natural y les aporte una mayor complejidad de sabor. Estos pimientos del piquillo aliñados son ideales para servirlos como aperitivo o como guarnición de carnes y pescados.
Finalmente, aunque no sea exactamente un truco para potenciar su sabor, para lo que también están muy bien los pimientos más baratos del supermercado, es para rellenarlos. Podemos rellenarlos con ingredientes que les aporten contraste, como queso cremoso, bacalao o merluza desmigada, bechamel con gambas picadas o carne picada especiada. Una vez rellenos, se bañan con bechamel y se gratinan con un poco de queso rallado. Es una forma sencilla de convertir un bote de pimientos en un plato delicioso.
Fibra baja en calorías
Desde el punto de vista nutricional, los pimientos del piquillo son un alimento muy bajo en calorías, aportan apenas 30 kcal por cada 100 g. Se consideran un alimento libre de grasas y contienen 2 gramos de fibra por cada 100 gramos de porción comestible.
En cuanto a micronutrientes, destaca su contenido en vitamina C, superior al de las naranjas, y los betacarotenos (vitamina A), esenciales para la salud de la vista. El mineral que se encuentra en mayor proporción es el potasio, fundamental para el funcionamiento del corazón.
Mi truco favorito para hacer unos pimientos del piquillo deliciosos
Una de mis salsas favoritas es la salsa Emmy, una salsa picante hecha a base de chiles y mantequilla. Inspirándome en esa salsa, pero sin sumar calorías extra a cascoporro, me gusta cocinar los pimientos del piquillo con una pizca de mantequilla y algún ingrediente picante, como tabasco, sriracha o salsa brava.
Les van fenomenal unas gotitas de salsa Perrins, que aporta todo su umami, aunque puede sustituirse por unas gotas de vinagre. El resultado son unos pimientos mucho más melosos y llenos de sabor que pueden usarse como guarnición de carnes o pescados, quedan increíbles dentro de una buena hamburguesa. Como diría Martín Berasategui, quedan estratosféricamente buenos.
Ingredientes para hacer unos pimientos del piquillo riquísimos
- Pimientos del piquillo en conserva, 1 lata o 1 bote (pueden ser en tiras)
- Mantequilla, 1 cucharada
- Salsa picante (tabasco o similar), unas gotas (si nos gusta muy picante, pues más gotas)
- Salsa Perrins (o vinagre), una cucharadita
- Sal, al gusto
- Pimienta negra molida, al gusto
Paso 1
Escurrimos los pimientos del piquillo y los secamos bien presionando suavemente con papel de cocina para eliminar el exceso de líquido de la conserva. Esto hará queden con mejor textura y más sabor.
Paso 2
En una sartén a fuego medio, derretimos la mantequilla. Cuando esté completamente fundida, añadimos los pimientos y los cocinamos durante 2 minutos por cada lado, moviéndolos con cuidado para que se impregnen bien de la mantequilla.
Paso 3
Incorporamos la salsa Perrins (o vinagre) y unas gotas de salsa picante, ajustando la cantidad según el gusto de cada uno. Salpimentamos y seguimos cocinando a fuego medio-bajo durante un par de minutos más para que los pimientos absorban la mezcla de mantequilla y condimentos.
Paso 4
Retiramos los pimientos del fuego y los dejamos reposar unos minutos antes de servirlos. Se pueden utilizar como guarnición para carnes o pescados o servirlos solos como aperitivo.