Quiero aclarar, así nada más empezar que esta receta no es mía, si no de mi madre, Pati. Receta y producción en este caso, pues le sale tan bien que creía que lo justo es que vierais la mejor versión posible, aunque siguiendo sus pasos, seguro que me sale igual, pero el pisto es sagrado. Yo me encargo de la redacción y la fotografía, que quería el mejor de los pistos para vosotros.

Y es que mi familia (y yo también pero no puro) es manchega. Y como buenos manchegos hacen un pisto de agárrate y no te menees, pero los mejores tal vez sean el de mi madre y el de mi tío Joaquín. Así que hoy toca que todos nos volvamos un poco manchegos, y nos pongamos moraos a pisto. Aquí lo tenéis.

Preparación

Para esta receta hay que tener mucha paciencia y mucho cariño, pues no queremos que nos salga un sofrito, sino un señor pisto, por lo que os recomiendo hacerlo un fin de semana, o un día que queráis pasar tiempo en la cocina porque os relaja, o simplemente, cuando tengáis tiempo, porque no es de hacerlo en un rato, aunque sí que no implica mayor esfuerzo.

Primero de todo, tenéis que freír en la mitad del aceite total (un 1/8 de litro), un ajo grande picado muy muy menudo y el pimiento que hemos cortado previamente también muy menudo, que añadiremos 1 minuto después de haber añadido el ajo. Todo a fuego muy bajo, y durante unos 15 minutos.

Durante ese tiempo (removed de vez en cuando), vamos a aprovechar para triturar todos los tomates, en la batidora, thermomix, vaso americano, lo que tengáis, pero trituradlo bien. Tras haber pasado el cuarto de hora (vigilad que lo tengáis muy bajo y no se os quemen, porque entonces puede que sean 10 minutos, hay que tener cuidado), es hora de añadir el tomate triturado. Tendremos que estar con el fuego muy bajo (seguimos igual), durante una hora aproximadamente tras añadir el tomate.

Poco a poco vamos añadiendo el resto del aceite (el otro 1/8 de litro) según se vaya consumiendo, de poco en poco, repito, y la sal (tres pizcas) y removemos cada vez. Cuando queden 10 minutos para la hora tras añadir el tomate, en un mortero, majamos el otro ajo con una pizca de comino y añadimos a la sartén, y removemos de nuevo.

Cuando veamos que se ha reducido el aceite (la hora es aproximada) pero no del todo, apagamos el fuego y dejamos reposar durante unos 5 minutos. Listo para comer.

Os recomiendo acompañarlo de pan y un huevo frito (o dos), y para los más carnívoros, una pieza de la carne que os apetezca, va perfecto con cerdo, pollo o ternera. Como diría mi primo “pisto con chichilla”. ¡Qué aproveche!

Resultado

Tiempo: 90 minutos

Dificultad: 2/5

Digestión: 3/5

Precio: 4€

Noticias relacionadas