Una persona cuajando una tortilla de patata (Imagen de archivo)

Una persona cuajando una tortilla de patata (Imagen de archivo) iStock

Saludables

Sin cocer la patata ni freírla en aceite: el truco que uso para hacer una tortilla de patatas sin grasas y sin ensuciar

El resultado es una tortilla de patatas deliciosa que, además, es prebiótica. Otra ventaja añadida es que se cocinan las patatas con antelación, por lo que se puede disfrutar de una tortilla recién hecha en solo unos minutos.

Más información: El ingrediente secreto de Martín Berasategui para que la tortilla de patata quede superbuena: no es cebolla

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Cuando pienso en cocinar una tortilla de patatas sin grasas no lo hago solo por conseguir una versión menos calórica, sino también porque ahorrarme la fritura de las patatas en aceite me ahorra mucho tiempo a la hora de limpiar.

He probado un montón de trucos, con patatas cocidas con y sin piel, que no están malas, pero se quedan algo insípidas.

Cocinar las patatas en el microondas usando sólo unas gotas de aceite tiene el mismo problema que freír las patatas en la freidora de aire, se quedan algo secas y no absorben suficiente huevo, por lo que la tortilla no queda todo lo jugosa que a mí me gusta.

Al final, después de muchas pruebas, mi truco favorito es usar la freidora de aire, pero no para freír las patatas, sino para asarlas enteras con la piel. Así conservan todo el sabor y una textura cremosa que se traslada a la tortilla y queda incluso más rica que con las patatas fritas.

Al asar las patatas con piel en la freidora de aire, se reduce muchísimo la cantidad de aceite utilizada en comparación con la receta tradicional, donde las patatas se fríen en abundante aceite.

Con este cambio, se disminuye considerablemente la densidad calórica y la cantidad de grasas, lo que permite disfrutar de una tortilla más saludable sin sacrificar sabor ni textura.

Tortilla de patatas prebiótica

Aparte de preparar una tortilla con menos calorías al reducir la cantidad de grasas, conseguimos un efecto beneficioso para la salud y que las patatas "engorden menos".

Cuando las patatas se asan y se dejan enfriar antes de su uso, ocurre un fenómeno conocido como retrogradación del almidón, que transforma parte del almidón digerible en almidón resistente.

Este tipo de almidón no es degradado por las enzimas digestivas en el intestino delgado, sino que llega intacto al colon, donde actúa como un prebiótico, es decir, un sustrato beneficioso para la microbiota intestinal.

O, para que se entienda mejor, es el alimento que nutre a las bacterias beneficiosas del intestino, como las del género Bifidobacterium y Lactobacillus, ayudando a su crecimiento y favoreciendo un equilibrio saludable de la flora intestinal.

En el proceso se producen algunas sustancias, como el butirato, que tiene efectos antiinflamatorios, puede contribuir a mantener en buenas condiciones la mucosa que recubre las paredes del intestino.

También se ha asociado con una mejora de la sensibilidad a la insulina y la reducción del riesgo de enfermedades metabólicas.

Ingredientes para hacer tortilla de patatas sin grasas

  • Patatas, 500 g
  • Huevos, 4 ud
  • Cebolla pequeña, 1 ud (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
  • Sal, al gusto

Paso 1

Precalentamos la freidora de aire a 200 °C durante 5 minutos.

Paso 2

Lavamos bien las patatas y las secamos. Las envolvemos individualmente en papel de aluminio y las colocamos en la cesta de la freidora de aire.

Paso 3

Cocinamos las patatas a 200 °C durante aproximadamente 35-40 minutos, dependiendo del tamaño. Para comprobar si están listas, las pinchamos con un cuchillo o palillo; si entra con facilidad, es que ya están cocidas.

Paso 4

Retiramos las patatas de la freidora y dejamos que se enfríen completamente. Esto podemos hacerlo incluso el día anterior a preparar la tortilla y es comodísimo, porque así, cuando queramos comer la tortilla, no se tardará nada en hacerla.

Paso 5

Cuando las patatas estén frías, les quitamos la piel, las cortamos en láminas como cortaríamos una patata cruda para hacer una tortilla con la receta tradicional y las sazonamos al gusto.

Paso 6

Opcionalmente, si queremos una tortilla con cebolla, la pelamos y la cortamos en juliana fina. En una sartén con una cucharada de aceite, la pochamos a fuego medio-bajo con una pizca de sal hasta que esté transparente y tierna.

Paso 7

Calentamos una sartén con una cucharada de aceite de oliva y doramos ligeramente las patatas durante unos minutos. Si hemos pochado cebolla, la mezclamos con las patatas en este momento incorporándola también a la sartén.

Paso 8

Batimos los huevos con una pizca de sal en un bol que sea lo suficientemente amplio. Añadimos las patatas doradas, mezclamos bien y dejamos reposar unos 10 minutos para que las patatas absorban parte del huevo.

Paso 9

Calentamos una sartén antiadherente ligeramente engrasada a fuego medio. Vertemos la mezcla y cocinamos la tortilla durante unos 2-3 minutos por un lado, hasta que los bordes comiencen a despegarse.

Paso 10

Colocamos un plato sobre la sartén y, con un movimiento rápido y seguro, damos la vuelta a la tortilla. La deslizamos de nuevo a la sartén y cocinamos por el otro lado durante 2-3 minutos más. El tiempo es orientativo y depende de cómo le guste de cuajada la tortilla a cada persona.

Y con la tortilla que sobra...

Desayunar el trozo de tortilla fría que ha sobrado de la cena es un placer para muchas personas, pero a otras la tortilla fría se les hace bola. Por suerte, para aprovecharla, no hay ni que comerla fría ni recalentarla hasta convertirla en un ladrillo en el microondas.

  • Tortilla rellena. Solo hay que abrir la tortilla como si fuese un bollo de pan y meter dentro algún relleno que le dé jugosidad, como rodajas de tomate aliñadas; atún y mayonesa; jamón cocido picado con queso tipo Philadelphia.
  • Tortilla rebozada. Cortamos la tortilla en porciones, las pasamos por huevo batido y pan rallado, y las freímos hasta que estén doradas. El resultado es una "croquertilla", un bocado crujiente por fuera y jugoso por dentro gracias al rebozado.
  • "Retortilla". Se corta la tortilla fría en trocitos, que se dejan reposar unos minutos en más huevo batido para que lo absorban y, con esa mezcla, cuajamos una nueva tortilla.
  • Tortilla guisada. Un truco de abuela que es un emblema de la cocina leonesa. Consiste en preparar una salsa rica y sumergir en ella los trozos de la tortilla fría para que se rehidraten y se calienten.
  • Empanadillas de tortilla. Aplastamos la tortilla fría y la mezclamos con queso rallado y salsa de tomate. Rellenamos las obleas con la mezcla y freímos o las pintamos con huevo batido para cocinarlas en el horno o en la freidora de aire.
  • Bocadillo de tortilla. Es el súmmum de la sencillez, pero es que está riquísimo. Y mucho mejor si tostamos el pan ligeramente y lo untamos con un poco de tomate rallado con sal y aceite de oliva virgen extra.