
Un guiso de pichón.
Esta es la receta más antigua de la Historia: se remonta a más de 1000 años antes de Cristo
El historiador francés Jean Bottéro, de la Universidad de Yale, descubrió tres tablillas de arcilla con 25 recetas culinarias de alrededor del 1750 a.C.
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A menudo resulta de gran interés conocer cómo era la gastronomía de antiguas civilizaciones como pueden ser los romanos o los griegos antiguos. ¿Y en el caso de Mesopotamia? Una diversidad de pueblos habitaron esta región y se les considera como una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad.
Sin embargo, a pesar de su antigüedad, se poseen datos sobre cómo era su gastronomía: esta era fascinante y rica en historia. Esta se desarrolló en la región entre los ríos Tigris y Éufrates, en lo que hoy en día es Irak y partes de Siria, Irán y Turquía.
Principalmente se conoce cómo era su cocina gracias a un descubrimiento concreto: el historiador francés Jean Bottéro de Universidad de Yale descubrió tres tablillas de arcilla que contienen 25 recetas culinarias, fechadas alrededor del 1750 a.C.
La receta más antigua de la Historia
Como se ha mencionado anteriormente, las recetas más antiguas de la historia se conocen gracias al descubrimiento de unas tablillas cuneiformes y se considera que en ellas se encuentran escritas las 25 primeras recetas de la Historia. Además, están datadas alrededor del 1750 antes de Cristo y procederían de Mesopotamia.
El descubrimiento fue del historiador francés Jean Bottéro de Universidad de Yale, por lo que estas tablillas, de gran importancia histórica, se conservan en esta Universidad de Connecticut, Estados Unidos.
Sandra Lozano, Doctora en Arqueología, especialista en la Edad del Bronce y coordinadora del proyecto Historia en la Bullipedia, publicó, junto a Gabriel Bartra, Civilizaciones antiguas. La génesis de la gastronomía y concedió una entrevista a Gastro SER en donde habla del contenido de estas tablillas: "Son recetones complejísimos, con muchos pasos y una presentación cuidada".
Además, añadía: "No está claro cuál es la primera porque hay tres tablillas. Lamentablemente, están bastante descontextualizadas. No sabemos dónde se encontraron. Alguien las compró en Mesopotamia y las llevó a la Universidad de Yale. Pero se sabe que son del sur de Babilonia y se asume que es una cocina palaciega porque son muy sofisticadas. En una hay guisos de carne y de verdura; en otra, recetas más elaboradas".
En consecuencia, tal y como indica esta historiadora a través de estas tablillas podemos saber que esta antigua civilización ya recurría a recetas que también resultan típicas actualmente y que se basan en la utilización de ingredientes básicos para hacer guisos (carne y verduras).
En cualquier caso, también cabe destacar que se hacían también elaboraciones culinarias más complejas. De hecho, se puede encontrar un ejemplo en el que se describe la preparación de un pichón cocinado con una alta sofistificación, pues se indica que las pechugas se guisan mientras que los muslos se hornean envueltos en una masa.
También cabe destacar que estas recetas encontradas en las tablillas no hacen referencia a cantidades ni proporciones, esto quiere decir que aquellos que las usaban conocían perfectamente las recetas y no necesitan añadir esta información. De la misma manera, esto también les daba un margen a la improvisación.
¿Qué se comía en Mesopotamia?
Debido a estas tablillas conocemos más sobre cuáles eran las recetas o platos que se podían cocinar en esta época de la historia. Y esto pone de manifiesto que la dieta en Mesopotamia era variada y dependía de la disponibilidad de recursos naturales, la estación del año y el estatus social.
Entre los ingredientes básicos se encontraban los cereales, concretamente, el trigo y la cebada eran fundamentales. Estos granos se utilizaban para hacer pan, cerveza y gachas. También las legumbres, caso de lntejas, garbanzos y habas eran comunes en la dieta.
Tampoco podían faltar las frutas y verduras, entre ellas, los dátiles, granadas, higos, cebollas, ajos y pepinos. Y obviamente, la carne y el pescado, aunque no tan comunes como los vegetales, el cordero, la cabra y el pescado de los ríos eran consumidos por los que podían permitírselo. Y además, también incorporaban a su dieta productos lácteos como la leche y el queso, principalmente de cabra y oveja.
Con estos alimentos cocinaban diversas variedades de pan, desde las planas (parecidas al pan pita) hasta las más gruesas y elaboradas, y también hacían muchos guisos y sopas, combinando carne, verduras, y legumbres.
En consecuencia, gran parte de lo que se sabe sobre la gastronomía mesopotámica proviene de estas tablillas de arcilla en escritura cuneiforme, conocidas como las "Tablillas de Yale", que como ya establecíamos anteriormente, contienen algunas de las recetas más antiguas del mundo.
Y en definitiva, la gastronomía de Mesopotamia no solo nos ofrece una visión de los hábitos alimenticios de una civilización antigua, sino también de su economía y sociedad.