Tan típico como el salmorejo o el rabo de toro, no hay Córdoba (España) sin mezquita pero tampoco sin flamenquines. La receta de hoy no es la suya 100% porque sustituimos el cerdo por el pollo, pero bien es cierto que conseguimos así una jugosidad deliciosa al emplear los muslos del mismo. Si pensamos en los flamenquines nos acercamos rápidamente al san jacobo pero también a la merluza bella easo, al cachopo y el cordon bleu. En efecto, no deja de ser un relleno de jamón y queso, que en este caso lo vamos a hacer con pollo en su exterior pero que en realidad los puristas lo harían con lomitos de cerdo bien finos. 

Me gusta emplear el muslo o el contramuslo del pollo para estos menesteres porque queda muy tierno y jugoso, mucho más que la pechuga, y también me gusta añadirle algunos condimentos a la carne del mismo para que tenga un poco más de alegría. Incluso podríamos dejar marinando la carne en la nevera durante toda la noche con especias.

Espalmar bien es importante para que quede finito, aunque a mí me gusta un poco más grueso y que queden unos flamenquines de campeonato. Dentro opto por jamón de York cortado muy muy finito y por queso en lonchas, me gusta el Havarti. Vamos, lo que también empleo para un sándwich mixto. 

Cómo hacer flamenquines de pollo

Ingredientes

  • Muslos de pollo deshuesados sin piel, 2 ud
  • Jamón de York, 60 g
  • Queso havarti, 4 lonchas
  • Huevos, 2 ud
  • Pan rallado, 100 g
  • Sal, c/s
  • Tomillo, 1 cucharadita
  • Pimienta negra, 1/2 cucharadita
  • Aceite de oliva para freír, abundante

Paso 1

Disponer el muslo de pollo entre dos láminas de papel film y empalmar hasta que quede fino. Con la ayuda de un rodillo o una superficie pesada y lisa se puede. Cuando ya esté más finito añadir la sal, la pimienta y el tomillo por los dos lados. 

Paso 2

Cuando tenemos un filete bastante uniforme, si utilizáis muslo es más complicado que con pechuga así que siempre podéis cortar con un cuchillo las zonas más gruesas, colocamos el jamón de York por toda la carne, una capa que cubra de manera completa y que vaya a envolver el queso bien. 

Paso 3

Ahora ponemos también las lonchas de queso, teniendo en cuenta que no pueden estar hasta el borde, tienen que ser el corazón de nuestros flamenquines. Podríamos poner lo que quisiéramos en el interior, por ejemplo una majada de frutos secos, un poco de pesto de trufa, sobrasada o membrillo son algunas ideas que se me vienen a la cabeza.

Paso 4

Enrollamos el filete de muslo de pollo haciendo un rulo y apretando para que quede compacto. Nos ayudamos con unos palillos para ello y también con el propio papel film. Los palillos serán la forma de atar la carne y que quede bien enrollado.

Paso 5

Batir los dos huevos con la ayuda de un tenedor o unas varillas enérgicamente. Pasamos por huevo batido y por pan los flamenquines. Repetimos el proceso para que quede una capa doble de rebozado y así asegurarnos de que el queso se queda bien en su interior y no se desmorona. 

Paso 6

Cuando ya tengamos los flamenquines empanados habrá que freír en aceite caliente, pero no mucho para que no quede muy crudo por dentro. Unos tres minutos por cada lado controlado que no se queme. Habrá que ir dándoles la vuelta de vez en cuando y cuando veamos que ya se están dorando y la capa exterior es crujiente podemos ir quitando poco a poco los palillos, teniendo cuidado de no quemarnos.

Paso 7

Retirar cada flamenquín a papel absorbente y si vemos que se han dorado demasiado rápido llevar al horno precalentado a 180 ºC durante 5 minutos para que la carne del pollo se cocine completamente. Servir mejor loncheado porque se ve mucho más vistoso y acompañado de patatas fritas, ensalada o mahonesa. ¡O lo que se quiera!