La palabra empanadillas seguro que, al menos en España, de forma semejante a lo que ocurre con unas croquetas, despierta en nosotros una nostalgia muy especial que sólo se logra con la comida.

Soñamos con fuentes y fuentes de empanadillas de atún con tomate y huevo duro; de carne; de pulpo, de sobrasada y cebolla o un sinfín de preparaciones más. Algunas recetas tradicionales de toda la vida y otras más modernas que harían maldecir a tu abuela: gyozas japonesas o hasta de patata con guisantes y curry al más puro estilo de la India o Tailandia.

Aunque inconscientemente nos remontemos a nuestros recuerdos, la historia de las empanadillas tiene una herencia que va mucho más allá de la cocina de nuestras madres y abuelas. Su origen es persa y, al contrario de lo que ocurre en España, no se trataba de una receta de aprovechamiento, sino que era un bocado muy selecto y un auténtico manjar.

Poco a poco, y gracias al florecimiento de la época Andalusí, la empanadilla se extendió por toda la Península Ibérica adaptándose a nuestros ingredientes, costumbres y paladares tal y como Juan Vallés cuenta en su manuscrito Regalo de la Vida Humana (s. XVI) llamándolas empanadillas de sartén y elaborándolas en sus versiones dulces (de crema pastelera, que de hecho fueran las primeras referencias) o saladas (de huesos de caña e higadillos de ave).

El mejor ejemplo de esta evolución de masas con rellenos es la receta de hoy: empanadillas de queso, brócoli y chorizo. Un invento árabe, pero con ingredientes muy nuestros y únicos de España.

La clave para unas buenas empanadillas es un relleno tierno y jugoso, pero sobre todo es muy importante contar con una buena masa casera y prescindir de esas obleas artificiales y llenas de aditivos que hay en los supermercados. En esta ocasión, no hemos hecho una masa de empanadillas al uso, sino que hemos vuelto a hacer la masa de la empanada de pulpo que tanto furor causó en su momento, pero utilizando el aceite resultante de sofreír las verduras y el chorizo. 

Cómo hacer empanadillas de chorizo y brócoli al horno

Ingredientes

  • Cebolla, 1 ud
  • Puerro, 1 ud
  • Brócoli, 1/2 ud
  • Chorizo, 250 g
  • Queso en lonchas para fundir tipo Havarti, 200 g
  • Aceite de oliva virgen extra, 150 g
  • Sal, c/s

Para la masa

  • Aceite de oliva del sofrito, 100 ml
  • Harina, 240 g
  • Leche, 100 ml
  • Sal, 7 g
  • Huevo (para pintar), 1 ud

Paso 1

Precalentar el horno a 200 ºC. Pelar y picar la cebolla y el puerro en cuadraditos muy pequeños. Agregar el aceite en una sartén y pochar la cebolla junto al puerro con el fuego bajo y una pizca de sal hasta que esté transparente, removiendo de vez en cuando. 

Paso 2

Cuando la verdura esté sofrita, después de 15 minutos más o menos, agregar el chorizo cortado en cuadrados pequeños y sin piel. Rehogar 5 minutos y apagar el fuego.

Paso 3

Colar el sofrito de chorizo y aplastar bien para que las verduras suelten todo el aceite. Reservar el aceite para la masa.

Paso 4

Juntar la harina con la leche y el aceite de las verduras. Añadir una pizca de sal e integrar todo bien. No se trata de amasar (no tiene que desarrollarse el gluten) sino que, simplemente, hay que mezclarlo todo hasta obtener una masa homogénea que no se pegue a las manos. Dejar reposar 15 minutos, no hará falta taparla porque tiene mucha grasa y no se seca.

Paso 5

Mientras la masa reposa, separar en ramilletes pequeños el brócoli. Colocarlo en un colador y cocinar al vapor, tapado, durante 5 minutos. Mezclar con el sofrito de chorizo que habíamos escurrido de aceite.

Paso 6

Separar una bola pequeña de la masa. Estirar con el rodillo y dar forma redondeada con un cuchillo. Colocar queso al gusto y una cucharada de sofrito de chorizo y brócoli; humedecerse los dedos y plegar la masa con mucho cuidado de que no se rompa. Cerrarla con ayuda de un tenedor.

Paso 7

Pinchar las empanadillas con un tenedor y pintarlas con huevo batido. Colocarlas sobre un poco de papel sulfurizado y hornear 15 minutos a 200 ºC.