Esta receta está en peligro de extinción en España y es que cada vez es más complicado encontrarla en bares y tabernas, donde antaño era tan popular. Los mejillones tigre son una receta clásica como no hay otra que alcanzó una grandísima popularidad en las tascas de Galicia, País Vasco y Madrid durante el s. XX.

Una tapa de esas que nos saben infancia y nos recuerdan esos bares de los que ya no quedan, en los que el maestro tasquero tardaba nada y menos en ponerte dos cañas, un vino, unas bravas, una ensaladilla rusa o unas aceitunas. Esas en las que tirar el palillo al suelo era más bien un símbolo de cortesía más que de mala educación. En definitiva, ¡bares qué lugares! Sitios maravillosos donde se hacen buenos amigos, reencuentros espléndidos, simplemente se pasa el rato y hasta se firma la Constitución Española.

En los bares y restaurantes somos un poquito más felices y, aún más, si se pueden probar entrantes tan cañeros como unos mejillones tigre, una tapa que hizo y hace feliz a muchos. Su nombre no se refiere a ninguna especie subacuática felina, si no más bien tiene que ver con la capsaicina o, para que nos entendamos, con el picante.

Tradicionalmente se conocían como “rabiosos” porque eran muy picantes. Su nombre degeneró a tigres y su sabor a suave, ya que es verdaderamente difícil encontrar mejillones tigres que piquen. Es un aperitivo, entrante, tapa o pincho que cabe en cualquier comida, celebración o lo que sea.

Siempre es un acierto porque en realidad no son más que croquetas de mejillón. Y… ¿A quién no le gustan las croquetas? O también: ¿a quién no le gustan los mejillones?

Son económicos, tienen todo el sabor del mar y permiten un sinfín de preparaciones e ideas perfectas para todos los momentos. A la marinera, con salsa puttanesca, dentro de un risotto o en salsa vieira con jamón podrían ser algunas de las ideas. 

Se trata de una bechamel tradicional, pero para la que se parte de un sofrito de cebolla, tomate y cualquier picante que guste. A partir de aquí, se puede versionar tanto como se quiera. Es importante seguir las pautas de la receta pues las cantidades son clave para conseguir un resultado cremoso y untuoso, importantísimo para que cualquier croqueta triunfe.

Si sois adeptos a los mejillones tigre, os recomiendo que paséis por el Café Comercial en Madrid, verdaderamente logrados aunque parcos de picante, y también por Taberna Recreo donde las añaden un punto de curry fantástico. 

Cómo hacer mejillones tigre

Ingredientes

  • Mejillones, 1 kg
  • Dientes de ajo, 2 u
  • Cebolla, 1 u
  • Tomate frito, 3 cucharadas
  • Vino blanco, 1/2 vaso
  • Harina, 60 g
  • Mantequilla, 40 g
  • Aceite de oliva suave, 30 g
  • Leche entera, 600 ml
  • Salsa tabasco o sriracha, al gusto
  • Sal y pimienta negra molida, c/s
  • Huevos camperos, 2 u
  • Harina para rebozar, 200 g
  • Pan rallado, 300 g

Paso 1

Lo primero es preparar el sofrito de la bechamel picando la cebolla y el ajo muy finamente y poniendo a dorar primero éste último en una mezcla de aceite y mantequilla derretida. Cuando el ajo empiece a dorarse añadir la cebolla picada y sofreír con un poco de sal hasta que quede muy, muy tierna. 

Paso 2

Por otro lado, abrir al vapor los mejillones, retirando bien las barbas. Sacar de las conchas y limpiar éstas bien reservando las más grandes. Picar la carne de los mejillones con la ayuda de un cuchillo o un robot de cocina. 

Paso 3

Añadir al sofrito la harina, mezclar bien para que se cocine e incorporar el tomate frito. Mezclar. 

Paso 4

Añadir el vino y luego inmediatamente la leche y remover bien haciendo una bechamel densa. Dejar cocinar a fuego suave durante 15 minutos. 

Paso 5

Añadir entonces el picante, sal, pimienta negra y la carne de los mejillones picada, remover muy bien y sacar a una bandeja. Filmar a contacto y dejar enfriar completamente. 

Paso 6

Rellenar las conchas del mejillón con copete, pasar por harina, huevo batido y por último por pan rallado. Ahora es cuando podremos congelar o reservar los tigres en la nevera para el momento de querer freírlos. 

Paso 7

Freír los tigres en abundante aceite caliente, hasta que se doren por todas partes e ir reservando sobre papel de cocina para que éste absorba el exceso de grasa. Si habéis frito los mejillones congelados lo mejor es darles 5 minutos de horno a 160 ºC para que se terminen de descongelar dentro completamente. 

Otras recetas con mejillones