Preparación: 10 min  Cocción: 15 min  Dificultad: 1/5  Raciones: 2  Precio: > 4 €

Ingredientes

  • Huevos M, 3
  • Carne picada de ternera, 250 g
  • Especias al gusto (*)
  • Pan rallado
  • Sal
  • Aceite para freír

Estos huevos escoceses, huevos a la escocesa o Scotch Eggs, que no sé por qué se llaman así porque su origen es inglés no escocés, son un plato típico en los picnics ingleses y, junto con los huevos benedictinos, son protagonistas de los brunch, esos desayunos tardíos tan de moda ahora.

La receta original de huevos escoceses se hace con carne de salchicha, pero yo por aligerarlos un poco para que no resulten demasiado pesados los he hecho con carne picada de ternera, que también quedan muy ricos.

Preparación de los Huevos escoceses

En verdad los huevos escoceses no son más que una superalbóndiga rellena con un huevo duro, así que se trata de una receta muy fácil de preparar.

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Reservamos uno de los huevos para rebozar y cocemos los otros dos en agua tal como os explicamos en el post de el tiempo necesario para cocer un huevo duro perfecto. Yo los he dejado solo 7 minutos, aunque cuesta un poco de trabajo pelarlos, porque luego se seguirán cocinando dentro de la carne.

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Sazonamos la carne picada con sal y las especias elegidas y formamos dos bolas. En la foto veis tres porque yo he usado más cantidad y he congelado una de las bolas para usarla otro día en otra receta.

Aplastamos las bolas hasta tener un círculo de unos 15 cm de diámetro.

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Pelamos los huevos duros y los colocamos en el centro de la carne, cerramos dejando el huevo dentro y pasamos por pan rallado, huevo y de nuevo por pan rallado.

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Ponemos a calentar el aceite a fuego alto y freímos cada una de las bolas, hasta que estén doradas por fuera, bajamos el fuego y las dejamos dos o tres minutos más a fuego mínimo para que se termine de hacer la carne por dentro.

Escurrimos sobre un papel absorbente y servimos.

Resultado

Estos huevos escoceses suelen tomarse fríos acompañados de ensalada y relish (que es un encurtido de frutas y verduras en trocitos pequeños), aunque calentitos también están riquísimos cuando el rebozado exterior está aún crujiente.

Yo en esta ocasión los he servido con ensalada de lechuga y pepino cuando aún estaban templados y estaban deliciosos.

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