Como ya os hemos estado informando estos días pasados, desde hoy 24 de septiembre hasta el próximo 5 de octubre se celebra en La Tape Madrid el BeerFest 2014.

Durante el BeerFest 2014 podrás pasarte a disfrutar no solo de buenas cervezas sino también de las tapas más suculentas, como esta tapa de pollo rebozado en corn flakes con reducción de cerveza y miel que hemos preparado especialmente para este evento o esta otra que os traemos hoy.

Que nadie se asuste con este nombre tan extraño, que esto es tan simple como una tostada de pan con una riquísima salsa de queso por encima, pero eso sí, con mucha historia. Su origen se remonta a principios del siglo XVIII y se dice que es una deformación de las palabras Welsh Rabbit  (Conejo galés), nombre con el que se empezó a denominar este plato en sus orígenes y que, según cuenta la historia, surgió como burla de los ingleses hacia los galeses en una época de hambruna en la que en Inglaterra las personas con menos recursos la única carne que se podían permitir era la de conejo, pero en Gales ni eso, en vez de carne tenían que conformarse con comer queso.

Aunque ahora no es frecuente encontrar este plato en las cartas de los pubs británicos, se trata de una comida que era muy popular hace más de un siglo en casi todas las tabernas.

Como en todas estas recetas populares, la evolución ha dado lugar a múltiples variantes fruto de la adaptación de los que la cocinan a lo que tienen más a mano o a sus propios gustos. Nosotros hoy os traemos la más básica, la que lleva solo la salsa, que ya de por sí es una delicia.

Preparación del Welsh Rarebit

  1. En un cazo a fuego medio-alto (9/12), ponemos a derretir 30 g de mantequilla. Cuando esté líquida, añadimos la harina, mezclamos bien y la cocinamos durante un minuto.
  2. Añadimos la cerveza, subimos el fuego a tope, y removemos sin parar hasta que deje de burbujear y tenga la textura de una crema. No serán ni dos minutos.
  3. Añadimos el queso rallado, bajamos el fuego (5/12) y mezclamos bien hasta que el queso se funda completamente.
  4. Añadimos la mostaza y la salsa Worcestershire y mezclamos.
  5. Salpimentamos al gusto de cada uno y reservamos.
  6. Engrasamos una sartén antiadherente con la mantequilla restante y tostamos el pan.
  7. Pasamos las rebanadas de pan tostado a una fuente apta para horno, ponemos encima de cada tostada una cucharada generosa de la salsa de queso y gratinamos en horno precalentado a 250ºC de 3 a 5 minutos (hasta que veamos que la salsa empieza a burbujear).

Resultado

Se trata de una receta contundente no apta para un día de calorazo, sobre todo si, como he hecho yo esta vez le ponéis por encima un poco de cayena molida.

Con las cantidades que os propongo da para unas 20 tostadas, que no hay que hacerlas todas a la vez, ya que la salsa en un frasco con cierre hermético se conserva varios días en la nevera.

Es una buena opción para un día que nos apetece algo tipo pizza, pero no queremos complicarnos la vida amasando y, por supuesto, también lo es si queremos dar salida a una barra pan que haya sobrado de otro día.

Y como no podía ser de otro modo, como acompañamiento, le va bien una buena cerveza. Nosotros esta vez, por hacerlo más internacional aún, lo hemos acompañado de una cerveza negra irlandesa.