Hace unos días, revisando el recetario de Cocinillas, me he dado cuenta de que no teníamos aún ninguna receta de mejillones en escabeche caseros y esto no podía seguir así. Es un clásico que nunca pasa de moda y siempre triunfa a la hora del aperitivo. Y es que con una buena cerveza fresquita o una copa de vino blanco frío son una auténtica delicia.

Además, prepararlos en casa es muy sencillo y agradecido, porque se preparan con antelación y se conservan varios días en la nevera, listos para poder servirnos una tapita de aperitivo nada más llegar a casa… eso, si no desaparecen todos en la primera ronda.

La receta que os traemos es la que heredé de mi madre y siempre que la hago alguien me la acaba pidiendo.

¡Vamos a ello que es muy fácil!

Preparación de los Mejillones en escabeche caseros

  1. Lavamos los mejillones bajo un chorro de agua fría retirando las barbas y cualquier resto que puedan tener. Cuanto más grandotes sean los mejillones, antes acabaremos. Aprovechamos para desechar aquellos que tengan la cáscara rota.
  2. Ponemos una cacerola grande de fondo grueso al fuego (12/12) y cuando veamos que coge calor echamos los mejillones (con un poco de delicadeza, que no queremos que se rompan!) y los regamos con medio vaso de vino blanco o de agua. Se formará un vapor que irá abriendo los mejillones. Una vez abiertos, los pasamos a un colador o escurridor grande y los reservamos. El caldo de cocción colado podéis guardarlo o congelarlo para utilizarlo en otra preparación, como un arroz o un guiso marinero.
  3. Picamos las cebollas y el pimiento en cubitos. En una sartén ponemos a calentar el medio vaso de aceite de oliva a fuego (10/12) y sofreímos las cebollas y el pimiento con un poco de sal durante un par de minutos. Bajamos el fuego a (5/12) y las dejamos pochar hasta que estén casi tiernas. Serán unos 10-12 minutos.
  4. Mientras tanto, aprovechamos para retirar la cáscara de los mejillones. Si alguno no se ha abierto, lo desechamos.
  5. Cuando el sofrito esté listo, añadimos la harina y los pimentones, damos unas vueltas para que se integren bien y añadimos el otro medio vaso de vino blanco y el vinagre. Subimos el fuego al máximo y cuando empiece a hervir lo dejamos unos 5 minutos para que se reduzca el alcohol.
  6. Finalmente, añadimos el agua con una pizca de sal, esperamos a que recupere el hervor, bajamos el fuego a 4/12, lo justo para mantener un hervor ligero y lo dejamos 5 minutos más.
  7. Añadimos los mejillones sin cáscara, mezclamos bien y lo pasamos todo a una fuente, preferiblemente de vidrio o cerámica. Dejamos enfriar y guardamos en la nevera tapados con papel film hasta el momento de consumir.
  8. A la hora de servir, una vez fríos, rectificamos de sal si fuese necesario. Lo hacemos en este momento, porque es cuando ya se han asentado los sabores . Hacerlo en caliente nos podría jugar una mala pasada.

Resultado

La clave para triunfar y salir por la puerta grande con esta receta de mejillones en escabeche caseros es la calidad de las materias primas, siento decirlo, pero unos buenos mejillones frescos, el Albariño y un buen pimentón de la Vera son muy importantes. De hecho, si queréis prescindir del Albariño que, en ocasiones, es lo que puede encarecer el coste de la receta (especialmente si lo compráis a propósito para hacerla), podéis cocer los mejillones con agua sola y sustituir el Albariño del escabeche por agua y vinagre a partes iguales. Otras opciones posibles son un Verdejo o un Montilla-Moriles. Pero creedme, es mejor evitar usar un vino en tetrabrick.

En ocasiones, tengo invitados un poco tiquismiquis a los que no les entusiasma encontrar trocitos de cebolla y pimiento por medio. Cuando es así, justo después del paso 6,  es decir, antes de añadir los mejillones, trituro el escabeche y lo paso por un colador chino (podéis ver cómo queda en las dos últimas fotos de la galería) y reconozco que, aunque me da cierta pereza porque es manchar la batidora y el chino, el resultado final es es-pec-ta-cu-lar.

Hasta aquí mi receta familiar de Mejillones en escabeche caseros.