La mayoría de los gallegos somos un poco como los lagartos, vemos salir unos rayitos de sol y nos falta tiempo para coger la toalla y salir corriendo a disfrutar del astro rey, y es que quien sabe… igual después de ese día no vuelve a salir el sol en una semana.

En una de esas nos vimos hace un par de fines de semana, que hizo un tiempo fabuloso y el padre de mi chico decidió que nada de quedarse a comer en casa el domingo, así que allá que nos fuimos a comer bajo el solete. Para no complicarnos la existencia, decidieron comprar churrasco de costillas ya cocinado. Día de lujo, la verdad.

Otra cosa que nos pasa a los gallegos es que en reuniones con comida de por medio no sabemos calcular, y se saca comida como para una boda. El día del churrasco no iba a ser menos, así que después de la comilona campestre sobró casi un costillar entero y, no sé por qué, decidieron por unanimidad que me lo tenía que traer yo.

¿Recalentar churrasco al día siguiente? Casi que no, eso seguro que se reseca mucho.

¿Escabeche de churrasco? Estuve tentada, eh.

Al final decidí que lo mejor iba a ser una empanada y fue un acierto.

Preparación de empanada de churrasco

  1. Lo primero es hacer el relleno, para ello en una cacerola ponemos a calentar el aceite y hacemos un sofrito con las cebollas cortadas en plumas, los pimientos en dados y los ajos prensados. Cuando estén blanditas las hortalizas las apartamos a un lado, agregamos el pimentón, lo disolvemos bien y mezclamos todo. Rectificamos de sal, añadimos la carne cortada en trozos pequeños y dejamos un par de minutos al fuego.  Finalmente lo escurrimos bien y reservamos todo el jugo que suelte el sofrito. Lo dejamos enfriar.
  2. Para hacer la masa,
    1. Ponemos la harina en un bol, echamos la sal a un lado y la levadura desmenuzada al otro.
    2. Hacemos un agujero en el medio de la harina y echamos los líquidos (un huevo batido, el jugo del relleno, el vino blanco y el agua).
    3. Mezclamos con una cuchara hasta que empiece a formarse una masa, la pasamos a la encimera y seguimos amasando con las manos.
    4. Separamos la masa en tres porciones, una pequeñita para la decoración final, una más grande para la base y otra algo más pequeña que la base para la tapa.
  3. Encendemos el horno a 210ºC y mientras coge temperatura cortamos un papel de horno algo más grande que la bandeja (en mi caso una rectangular de 25×36 cm) y sobre él estiramos la base procurando que quede lo más fina posible. Una vez estirada, pasamos a la bandeja el papel y la masa y acomodamos bien.
  4. Colocamos el relleno sobre la base y, sobre otro papel de horno estiramos la tapa. Colocamos la tapa sobre el relleno, retiramos el papel y sellamos bien los bordes presionando con los dedos.
  5. Con la porción pequeña que habíamos reservado hacemos alguna decoración y la ponemos sobre la tapa.
  6. Pincelamos con huevo, abrimos un pequeño agujero en el centro, la pinchamos por varios sitios y la horneamos durante 25-30 minutos a 210ºC.
  7. Cuando esté lista la sacamos y la dejamos enfriar sobre una rejilla.

Resultado

Hacer una empanada es una muy buena forma de reciclar sobras, principalmente cuando se trata de alimentos que se resecarían mucho al recalentarlos ya que el sofrito les aporta mucha jugosidad. Está buena templadita o fría.

Si vais con prisas podéis usar una masa comprada de buena calidad, si es así os saltáis el paso número 2, pero no os olvidéis de escurrir el relleno.

Y para terminar, una pregunta, ¿qué hacéis vosotros cuando sobra carne de una barbacoa?

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