Esta receta es clave para cuando tenemos visita y queremos sorprender con un picoteo diferente, cuando entréis en la sala con esta delicia vuestros amigos alucinarán. El pan con queso es tan fácil tan fácil que casi no necesita ni explicación, y con las fotos se describe perfectamente la receta. Si queréis ver otro tipo de pan con queso, os recomiendo que echéis un vistazo a nuestra receta de pan de queso georgiano.

pan de queso 7

La única dificultad que yo tuve fue la de encontrar una buena hogaza de pan, pues sorprendentemente no la tenían en todas partes. Además, quería que fuese densa para que se impregnara bien de los sabores, y que su corteza no fuese excesivamente dura. Al final, encontré ésta en Ahorramás, una hogaza de León. Nosotros éramos 9 y como picoteo principal fue suficiente.

Preparación del pan con queso

Ya veréis lo sencillo que es. En primer lugar, precalentamos el horno a 180º. Cogemos la hogaza y, con un cuchillo de cortar pan (es decir, que tenga una sierra grande) vamos haciendo cortes paralelos, como si fuesemos a lonchear el pan, pero sin llegar a cortar la base de la hogaza. Una vez hecho esto, hacemos lo mismo en la dirección perpendicular, creando una cuadrícula de cortes (lo que tendremos serán columnitas de pan ancladas a la base de la hogaza). A continuación, vamos distribuyendo la mantequilla por las ranuras de forma más o menos uniforme.

Aquí viene la parte divertida. Partimos en tiras las lonchas de queso y las vamos introduciendo en los cortes que hemos creado, tratando de no dejar ninguno sin rellenar. No os cortéis con la cantidad de queso que metáis en las ranuras, os aseguro que cuanto más echéis mejor, es la gracia que tiene éste plato. En mi caso me quedé sin queso y no pude rellenar todos los huequitos, así que os recomiendo primero ir rellenando con una o dos lonchas por corte, y luego, si os sobra, ir añadiendo más queso (incluso podemos echar algunos trocitos por encima sin más).

Una vez esté bien relleno de queso, es hora de añadir los ingredientes extra. Picamos muy finito los pimientos y la cebolleta, y lo distribuimos por encima. Si queréis, podéis incluso meterlo en las ranuras, aunque creo que queda mejor si lo echamos por encima, se hará mejor en el horno. Yo quise haber añadido el champiñón, pero no hubo manera, no me cabía, y el responsable fue el bacon. Os recomiendo que, echéis lo que echéis, siempre incluyáis el bacon. En el horno queda crujiente y le da un sabor riquísimo al pan.

Por último, añadimos pimienta al gusto (o cualquier otra especia que os guste, incluso orégano o albahaca). Ponemos el pan sobre un papel de horno y lo metemos en el horno, con calor arriba y abajo, durante al menos 15 minutos, en función del grosor de vuestra hogaza. Si viéramos que pasados los 15 minutos no está suficientemente derretido y dorado, lo dejamos 5 minutos más, y si nuestro horno dispone de aire, es el momento de usarlo.

Resultado

Es-pec-ta-cu-lar. Sólo se puede definir así. Cuando cogemos un trozo de pan, arrastramos todo el queso fundido, los trocitos de pimiento aromatizan cada bocado y el crujiente bacon le da el toque crujiente final que hará que nuestro invitados se vuelvan locos. Es un aperitivo diferente, calentito y delicioso, que cunde un montón. Os sugiero que, si ya queréis rematar la faena, hagáis vuestro propio pan y lo rellenéis. Es un aperitivo barato y muy rico.

Tiempo: 25 minutos

Dificultad: 1/5

Digestión: 2/5

Precio:  7 €

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