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Pudding de panettone, una receta para aprovechar los últimos restos de Navidad

Aprende como se preprara este fabuloso Pudding de panettone, una receta para aprovechar los últimos restos de las Navidad.

9 enero, 2018 19:18

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La receta que os traigo hoy es de esas que me apasionan. No me gusta tirar nada y esta navidad tras todos los días de celebración, han quedado unos restos de panettone. Imagino que en vuestras casas a veces ocurre lo mismo. Restos de panettone, de roscón de Reyes, etc. Pues con esta receta de aprovechamiento no tenéis excusas para elaborar un postre delicioso y muy suave. El pudding de panettone que os presento es muy sencillo de hacer y además se come tibio por lo que tenemos que esperar poco para degustarlo. Puede ser el postre o merienda perfecta tras las navidades sin renunciar a todo el sabor propio de la Navidad.

Ingredientes para elaborar el pudding de panettone

  • Restos de panettone, 500 g
  • Leche entera, 600 ml
  • Huevos M, 5 uds
  • Naranja, 1 ud
  • Vino dulce, 30 ml
  • Ron añejo, 20 ml
  • Azúcar blanquilla, 100 g
  • Canela molida, ½ cucharadita
  • Esencia de azahar, 1 cucharadita
  • Azúcar glas, al gusto
  • Frambuesas y arándanos, al gusto

Elaboración del pudding de panettone

01: Cortar los restos de panettone

Cortamos de forma irregular los restos que nos hayan podido quedar de panettone. Éste puede ser con frutas, chocolate, etc. Cualquier resto de panettone que nos haya podido quedar de las fiestas navideñas sería ideal. Una vez cortados, los disponemos en una fuente o bandeja rectangular apta para hornear. Ésta debería ser estanca, es decir no nos servirían los moldes desmontables ya que podría filtrar agua en la cocción posterior al baño maría. Una vez dispuestos en el molde previamente engrasado, reservamos.

02: Aromatizar los huevos

En un bol disponemos los 5 huevos que deben estar a temperatura ambiente. Con ayuda de un rallador, rallamos la naranja sobre éstos. Añadimos también la cucharadita de esencia de azahar, la ½ cucharadita de canela y el azúcar. Batimos ligeramente hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados, y la mezcla blanquee ligeramente.

03: Incorporamos la leche y el resto de líquidos

A continuación y mientras batimos con unas varillas, incorporamos el vino dulce y el ron añejo. Batimos bien hasta que se incorporen estos líquidos y a continuación añadimos la leche. Seguimos batiendo hasta que nos quede una mezcla homogénea y algo espumosa.

04: Hornear

Vertemos la mezcla sobre los restos de panettone que teníamos dispuestos ya en la bandeja. Distribuimos uniformemente presionando ligeramente para ayudar a que el panettone absorba correctamente la mezcla. Así mismo al presionar estaremos asegurándonos de que el panettone llega a todos los recovecos del molde ya que lo hemos cortado de forma irregular.

A continuación, colocamos el molde en otra bandeja de mayor tamaño ya que la cocción de nuestro pudding se hará al baño maría como ya se ha comentado. Agregamos en ésta agua sin que llegue a sobrepasar la mitad del molde donde va nuestro pudding de panettone. A continuación, y con el horno previamente precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo, colocamos nuestra preparación y dejamos hornear unos 60 minutos aproximadamente. A partir de ese momento podéis comprobar con una puntilla si está cocido ya que al sacarlo deberá salir limpio.

En caso de que aun no se haya cocido lo dejaremos unos minutos más. Además, si veis que se os dora en exceso podéis colocar a mitad de cocción un poco de papel de aluminio por encima del pudding.

05: Servir

Una vez horneado dejamos que nuestro pudding se entibie ligeramente. A mi me gusta tomarlo tibio y acompañarlo de frutos rojos. Unas frambuesas o arándanos le sientan genial a este delicioso pudding de panettone. Además, lo ideal es espolvorearlo con un poco de azúcar glas ya que le dará un toque más vistoso cuando lo sirvamos. La combinación ácida de las frambuesas y los arándanos junto con nuestro pudding, hacen de este humilde postre una auténtica delicia.

Resultado

Como podéis ver el resultado es fantástico. Un pudding de aprovechamiento que os aseguro que hará las delicias de todos en casa. Personalmente no me gusta desperdiciar nada y mucho menos en cuanto a los restos de alimentos que quedan en casa por uno u otro motivo. Por eso esta receta es muy apropiada para no desaprovechar nada. Como veis es un postre con bastante esponjosidad, es suave y nada empalagoso que se come solo prácticamente. De hecho, no sería necesario añadirle nada más pero el toque de la fruta como os he comentado le va genial a esta preparación. Así mismo, la cantidad de azúcar que le hemos incorporado al mismo es bastante baja como podéis observar pero no debemos descuidar que nuestro panettone ya lleva azúcar y que después podemos espolvorear algo de azúcar glas si nos parece poco dulce

Como una buena receta de aprovechamiento, no debemos limitarla en cuanto al uso de panettone. Este año me sobro gran cantidad de panettone pero otros años lo he hecho con restos de roscón de reyes, bollos suizos, brioches que habían sobrado, etc.

Como veis las posibilidades son bien variadas para preparar nuestro pudding de aprovechamiento tras la navidad. Además, si no tenéis la cantidad suficiente de panettone no os preocupéis. Obviamente no vamos a comprar otro panettone ya que la receta es de aprovechamiento. Sí que podéis mezclarlo con restos de roscón de reyes o de pan de leche, por ejemplo. Eso sí cuanto más duro esté el brioche, pan de leche, roscón o el panettone mejor. Si lo hacéis con un roscón de Reyes de los que van rellenos de nata, crema, chocolate, etc. debéis retirar el relleno en la medida de lo posible. No obstante, el roscón de Reyes ideal sería aquel que no contiene relleno.

En cuanto a los aromáticos: ron, vino dulce, naranja, canela y esencia de azahar, también podéis jugar con éstos. De hecho con ralladura de limón queda genial también y si no tenéis esencia de azahar podéis usar un poco de extracto de vainilla. Incluso podéis añadir un poco de anís en lugar del vino dulce y el ron añejo. Como veis las posibilidades son infinitas y siempre podemos adecuarnos a los restos que tengamos en nuestra despensa o frutero. A veces ese poco anís que nos quedó de elaborar unas rosquillas le vendrá genial.