Después de la turra, turrita, turra anual por San Valentín con los mejores menús para San Valentín, los mejores vinos para San Valentín, los mejores postres para San Valentín, los mejores restaurantes para San Valentín y todos sus derivados, he llegado a la conclusión de que qué necesidad hay de todo esto cuando, precisamente, el mundo cada vez más está pensado para vivir en pareja y tampoco es que se necesite mucha ayuda para cocinar, comer, beber o ir de restaurantes cuando tienes con quién.

Lo difícil es comprar, cocinar o conseguir mesa en un restaurante si eres uno. Un guiso para uno es complicado si pretendes que salga solo la ración para una persona. Complicado y nada práctico, también hay que decirlo. Así que lo suyo es hacerlo para varios días y resignarte a comer esto varias veces en la semana, invitar a un táper a alguien o hacer intercambio de ágapes con algún compañero de trabajo. Los guisos, en realidad, no son mucho problema para las casas de una persona sola, pero ¿las ensaladas? Las bolsas de ensalada son difíciles de gestionar si vives solo y la solución de comprar las hortalizas a granel si pretendes consumirla sólo en ensalada es menos práctica aún.

En ese caso, es mejor que compres verduras versátiles para poderlas aprovechar en ensalada, como guarnición, en crema o salsas. Te puede pasar que te guste ponerle remolacha a la ensalada, pero tampoco te apetece la idea de estar tres días comiendo ensalada de color rosa. Para estos casos, Clara Villalón dejó esta receta de aprovechamiento de la remolacha haciendo un pesto. Ella remata el plato con un poco de requesón. Si no tienes requesón en la nevera, puedes coronarla con una cucharada de yogur griego natural, sólo o con eneldo, que también lo venden seco y te aguantará mejor.

Si lo que te ha pasado es que se te ha ido la mano comprando calabacines, o estaban en oferta y has cogido más de los que puedes consumir, en vez de con pasta, haz la receta anterior cortando el calabacín tipo espaguetis o fideos. De todas formas, los calabacines son una de las verduras más agradecidas y versátiles, además de ser ricas en proteínas y vitamina C.

Lo puedes tomar crudo cortado muy fino o cocinado, que es perfecto para comidas rápidas, puesto que se hace en pocos minutos. Si te hacen falta ideas, Mer Bonilla, editora de Cocinillas, nos da muchísimas en este artículo.

Los caldos son tus amigos si vives solo. Así que cuando hagas caldo, sé generoso y haz bastante cantidad, como si vivieras en un cuartel. Congela y vive de rentas durante semanas. En este artículo dimos varias ideas para hacer caldos deliciosos.

Y algo que te va a venir como agua de mayo son los sofritos. Haz kilos de verduras sin miedo y congélalo. Te van a dar muchas alegrías a ti y a tus platos de carne, pescado, pastas, arroces e incluso rellenos de empanadillas, como apuntaba en este artículo para hacer el sofrito perfecto Mer Bonilla.

También tienes soluciones más contundentes: legumbres, conservas de pescado y albóndigas. No, no nos referimos a las albóndigas de lata, por supuesto. Cuando las hagas, puedes seguir esta receta de Mer y las congelas. Así podrás ir comiéndolas en bocadillo con la rúcula que te ha sobrado de aquella bolsa de ensalada que nunca se acaba, con espaguetis o acompañadas con el sofrito que guardaste el otro día.