El chef Karlos Arguiñano en su programa.

El chef Karlos Arguiñano en su programa. Cocina Abierta

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El chef Karlos Arguiñano lo deja claro: "Para hacer un puré de patatas cremoso no hace falta ni leche ni mantequilla"

Karlos Arguiñano enseña a preparar un puré de patatas cremoso sin leche ni mantequilla, con solo cuatro ingredientes y apto para veganos.

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Karlos Arguiñano ha vuelto a demostrar que, en la cocina, menos es más. En uno de sus episodios más comentados de Cocina Abierta, el chef vasco ha enseñado cómo preparar un puré de patatas casero, fácil y sorprendentemente cremoso con solo cuatro ingredientes.

Y lo más llamativo: sin utilizar leche ni mantequilla. “Para hacerlo cremoso no hace falta ni leche ni mantequilla”, ha sentenciado Arguiñano, desmontando uno de los mitos más asentados sobre este clásico acompañamiento.

Su receta ha llamado la atención no solo por su sencillez, sino también porque es apta para veganos e intolerantes a la lactosa. Dos colectivos que a menudo se quedan sin alternativas cuando se trata de versiones tradicionales del puré.

La propuesta de Arguiñano prescinde de los lácteos, pero mantiene la textura suave y el sabor reconfortante de siempre, con un truco de elaboración muy eficaz y fácil de seguir.

Solo cuatro ingredientes

El puré de patatas de Arguiñano se hace con patatas, aceite de oliva virgen extra, sal y perejil picado. Nada más.

El chef recomienda elegir patatas harinosas, que son las mejores para cocer y triturar. Y evitar las variedades cerosas que suelen usarse para freír.

También aconseja cocerlas enteras y con piel, en agua hirviendo, para que conserven mejor su sabor y textura.

Un punto importante de la receta está en cómo saber si las patatas están listas.

Arguiñano lo resume así: “El truco es pincharlas con un cuchillo, y si se escurren fácilmente, ya están cocidas”.

Esta comprobación, que parece simple, es la clave para evitar que queden duras o pasadas.

Una vez cocidas (el tiempo aproximado es de 30 a 40 minutos, dependiendo del tamaño), se pelan y se trituran todavía templadas.

Se puede utilizar un pasapurés, un tenedor o incluso un robot de cocina. El resultado debe ser una masa uniforme y suave.

A esta base se le añade una pizca de sal, un poco de perejil fresco picado y un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra, que aporta esa textura cremosa sin necesidad de añadir grasas animales.

Ligero, versátil y para todos los públicos

Esta versión ligera del puré de patatas ha sido especialmente bien recibida entre quienes buscan alternativas saludables o tienen restricciones alimentarias.

Al no llevar leche, nata ni mantequilla, es ideal para personas con intolerancia a la lactosa, para quienes siguen una dieta vegana o simplemente para quienes quieren reducir el consumo de grasas saturadas sin renunciar al sabor.

Además, el puré de patatas es uno de los acompañamientos más versátiles de la cocina.

Arguiñano lo recomienda como guarnición para platos de carne como albóndigas, codillo, salchichas o pollo. Pero también asegura que combina de maravilla con pescados como el bacalao o el salmón, e incluso con mariscos como pulpo, mejillones o gambas.

Otra ventaja de esta receta es su capacidad para adaptarse.

Quien quiera enriquecer el sabor puede incorporar caldo vegetal en lugar de agua para cocer las patatas o añadir una pizca de ajo en polvo o nuez moscada al final.

También es posible sustituir el perejil por otras hierbas frescas como cebollino o albahaca, en función del plato principal.

Cocina sin complicaciones

Arguiñano insiste en que la cocina casera no debe ser complicada ni requerir ingredientes difíciles de encontrar.

Con esta receta lo deja claro una vez más: lo importante no es lo que se le quita, sino lo que se le da.

En este caso, el aceite de oliva y el punto justo de cocción hacen todo el trabajo. El resultado es un puré que no solo conserva el sabor de la patata, sino que además tiene una textura sedosa y agradable, sin pesadez.

En un momento en el que muchas personas buscan recetas sanas, fáciles y baratas, este puré de patatas se convierte en una opción ganadora.

Se prepara en menos de una hora, apenas ensucia, no requiere utensilios especiales y se adapta a cualquier menú.

Como siempre, Arguiñano acompaña la preparación con sus comentarios cercanos y sus consejos prácticos.

“La cocina no tiene que ser complicada para ser buena”, repite. Y en esta receta, sencilla pero llena de sabor, vuelve a demostrarlo con creces.