¿Cómo se llama el árbol del níspero? En España casi nadie conoce su nombre verdadero

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¿Cómo se llama el árbol del níspero? En España casi nadie conoce su nombre verdadero

Una deliciosa fruta muy popular en la época estival y muy versátil en la cocina y, sin embargo, poco se sabe acerca del árbol del que se obtiene.

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El níspero es una fruta fácil de comer, con un sabor dulce que recuerda a la miel con un toque ácido. Se consume principalmente en la España mediterránea, donde es más conocida que en el resto del país.

Aunque su presencia es habitual en muchas fruterías durante la primavera, lo cierto es que pocas personas saben cómo se llama realmente el árbol que la produce.

El níspero, un fruto de color anaranjado y forma redondeada u ovalada, crece en un árbol que se llama Eriobotrya japonica, cuyo nombre en español es níspero japonés. Este es uno de los casos en los que el árbol se llama igual que la fruta.

Una fruta con historia y tradición

Según explica la Fundación Española de la Nutrición, el níspero ya se cultivaba hace unos 3.000 años en la región del Mar Caspio.

Hacia el año 700 a.C. llegó a Grecia y siguió extendiéndose hasta Roma, donde llegó alrededor del año 200 a.C., convirtiéndose en un importante cultivo frutal durante el Imperio Romano y la Edad Media.

En España, su cultivo se consolidó especialmente en la Comunidad Valenciana y en la Costa Tropical andaluza, donde el clima mediterráneo favorece su desarrollo.

A diferencia de otras frutas, el árbol del níspero tiene un ciclo particular, florece en otoño e invierno, y sus frutos maduran en primavera.

Esta rareza en su calendario de floración lo convierte en un cultivo interesante, ya que permite disfrutar de fruta fresca en una época del año en la que no hay mucha competencia. Es la primera "fruta de hueso" del año.

Ligera y nutritiva

Desde el punto de vista nutricional, el níspero es una fruta de bajo aporte calórico (69 kcal/100 g). Aporta una buena cantidad de agua (78 %), lo que lo convierte en una opción muy refrescante.

También contiene hidratos de carbono simples, especialmente fructosa y glucosa, así como importantes cantidades de fibra (10,2 g), vitamina A (en forma de betacarotenos), algunas vitaminas del grupo B y vitamina C.

El níspero destaca, además, por su contenido en compuestos fenólicos y antioxidantes, que ayudan a combatir el estrés oxidativo y favorecen la salud celular.

¿Cómo consumir nísperos?

El níspero, a nivel gastronómico, puede utilizarse de varias maneras, aunque la forma más habitual de consumirlo es al natural. Se pela fácilmente con los dedos o con un cuchillo, se parte por la mitad y se extraen las semillas.

Otra forma de consumirlo es en mermeladas, confituras o compotas, ya que su sabor combina bien con cítricos y especias como la canela. También se puede utilizar para preparar salsas agridulces que pueden servir para acompañar platos de carne o pescado.

Consejo Cocinillas

Si vas a pelar muchos nísperos, ¡ponte guantes! Cuando pelamos una gran cantidad de nísperos, es común que los dedos se tiñan de un tono oscuro, casi marrón.

Esto se debe a la presencia de compuestos fenólicos en la pulpa y en la piel de la fruta, especialmente taninos, que al entrar en contacto con el oxígeno del aire sufren un proceso de oxidación.

Esta reacción química, similar a la que oscurece la pulpa de una manzana cortada, da lugar a pigmentos que se adhieren fácilmente a la piel.

Aunque no representa ningún riesgo para la salud, el color puede persistir durante varias horas si no se lavan las manos de inmediato.

A continuación, te dejamos algunas ideas para descubrir el níspero más allá de una pieza de fruta a la hora del postre:

  • Mermelada de nísperos. Pelamos los nísperos, retiramos las semillas y los cocemos junto con azúcar y un poco de zumo de limón hasta que la mezcla espese. Es perfecta para untar en tostadas o para acompañar quesos suaves.
  • Ensalada de rúcula, nísperos y queso de cabra. Mezclamos rúcula fresca con nísperos cortados en gajos, nueces y queso de cabra desmenuzado. Aliñamos con aceite de oliva virgen extra y un toque de vinagre balsámico.
  • Salsa agridulce de nísperos. Pelamos los nísperos y los trituramos junto con vinagre, miel, jengibre, sal y pimienta. Cocinamos la mezcla hasta obtener una salsa algo reducida que puede usarse con carne de pollo o de cerdo.
  • Gazpacho de jengibre. Trituramos nísperos pelados con tomate maduro, pepino, pimiento, ajo, aceite de oliva, vinagre y sal. Colamos la mezcla y la servimos muy fría.