
Una persona ordenando el congelador (Imagen de archivo) iStock
Ni bolsas ni tuppers: el sencillo truco para ordenar el congelador sin tener que comprar más cacharros
Una forma económica para reutilizar envases que permite tener el congelador mucho más organizado.
Más información: El truco para que los cubitos de hielo se congelen antes y tarden más en deshacerse
La gravedad hace que los alimentos en el congelador, si no se almacenan debidamente, acaben acomodándose de manera que, cuando tenemos que mover las cosas para sacar algo que nos hace falta, es imposible volver a colocar todo como estaba. Si el congelador es pequeño, es muy posible que, después de sacar algo, sea imposible meter lo que había antes. Y qué rabia da eso, ¿verdad?.
Mantener el congelador ordenado es fundamental para optimizar el espacio, conservar los alimentos en buen estado y facilitar el acceso a los productos. Si no lo hacemos así, habrá alimentos que se queden ahí muchísimo tiempo y acaben por deteriorarse, porque, aunque la congelación prolonga la vida útil de los alimentos, eso no quiere decir que vayan a durar para siempre. En cambio, con una buena disposición de los productos, se optimizará el espacio, pudiendo guardar más cosas, se agilizará el proceso de planificar y cocinar las comidas y se reducirá el desperdicio alimentario.
Los trucos de siempre para mantener el congelador ordenado
Uno de los métodos tradicionales más efectivos es organizar los alimentos por categorías. Agrupar los que son del mismo tipo, como carnes, pescados, verduras, pan, postres y comidas preparadas, nos permite encontrarlos con más rapidez y evita que, en un día de prisas, saquemos algo que no era lo que queríamos sacar, yo una vez saqué un trozo de atún rojo pensando que eran recortes de carne de ternera para caldo y no quiero recordar el desastre.
Otro método clásico es usar un sistema de rotación similar al que se utiliza en almacenes y cocinas profesionales. Esta forma de mantener el orden en el congelador se basa en una técnica que se conoce como FIFO, siglas de "first in, first out", que significa "primero en entrar, primero en salir", esto es, se trata de consumir antes lo que lleva más tiempo dentro del congelador.
Consiste en colocar los alimentos como los colocan en los supermercados, los nuevos que se congelan se sitúan en la parte posterior del congelador y se adelantan los más antiguos para consumirlos antes. Esta estrategia ayuda a reducir el desperdicio de alimentos y garantiza que los productos se utilicen dentro de su período óptimo de conservación.
Otro truco de abuela muy popular es utilizar tuppers que se puedan apilar. Los envases cuadrados o rectangulares permiten aprovechar mejor el espacio en comparación con las bolsas o recipientes de formas irregulares. A veces no caemos en estos detalles, pero los tuppers redondos son grandes enemigos de los congeladores pequeños, porque entre ellos siempre habrá espacios vacíos en los que no se puede guardar nada.
Algunos frigoríficos combi tienen una bandeja de congelación rápida que está pensada para que los alimentos que se congelan en bolsas se endurezcan con una forma plana que facilite su posterior almacenamiento en los cajones o baldas del congelador. Poder apilar los alimentos evita que queden dispersos y facilita la visibilidad de todo el contenido del congelador.
Etiquetar correctamente los productos -y acordarse de mirar la etiqueta de lo que vamos a sacar- es un hábito esencial para el mantenimiento del orden... y para evitar estropear caldos de carne con trozos de atún, por ejemplo. Utilizar etiquetas con el nombre del alimento y la fecha de congelación evita confusiones y facilita la planificación de comidas. También, ya puestos a anotar, se agradece apuntar el peso o el número de raciones que contiene cada envase para evitar descongelaciones innecesarias.
Finalmente, mantener el congelador libre de hielo es clave para facilitar su organización y aprovechar al máximo el espacio y la eficiencia del motor. La acumulación de hielo y escarcha en las paredes de éste resta volumen de almacenamiento y hace que el motor tenga que trabajar más, con el consiguiente aumento de la factura de la luz. Descongelar y limpiar el interior al menos dos veces al año ayuda a evitar esto y nos da oportunidad de revisar los alimentos que tenemos almacenados. Durante este proceso, se puede reorganizar el contenido y descartar aquellos productos que hayan superado su tiempo recomendado de congelación o planificar el uso inmediato de aquellos que lleven mucho tiempo.
Un truco para tener el congelador ordenado sin tener que comprar tuppers
Para congelar alimentos que tienen líquido como caldos, salsas o cremas de verduras, hace años que uso un truco sencillísimo, con coste cero y con el que tampoco necesito tener envases ocupando espacio en la cocina. Se trata de reutilizar los cartones de leche, la mayoría de las veces, lo que hago es pasar la leche que tengo en la nevera a una botella de cristal y aprovechar ese para congelar lo que necesite. Estos envases están magistralmente diseñados para contener líquidos ocupando el mínimo espacio cuando se apilan y nos servirán para tener nuestra congelador lleno de "ladrillos" congelados que son muy fáciles de manipular.
Reutilizar los cartones de leche vacíos para congelar alimentos como caldos o guisos no solo es una idea práctica, es también muy sostenible. Estos envases, una vez bien lavados y secos, permiten almacenar líquidos en el congelador de forma segura y compacta. Además, al ser de cartón revestido, ayudan a proteger los alimentos mejor incluso que otros materiales, lo que contribuye a mantener su calidad.
Otra ventaja de este método es que los cartones pueden cortarse con facilidad para extraer el contenido congelado sin necesidad de esperar a que se descongele dentro del envase, puesto que después de darles este uso, los podremos tirar. Sin embargo, es importante asegurarse de que los cartones no tengan fugas antes de llenarlos y evitar llenarlos hasta el tope, dejando un pequeño margen para la expansión del líquido al congelarse. De esta manera, se reduce el uso de envases plásticos y se le da un segundo uso a un material que, de otro modo, iba a ir directo a la basura.