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Adiós al azúcar: el sencillo truco para que las fresas sepan más dulces sin añadir edulcorantes ni calorías extra
Para disfrutar de fresas con mucho más sabor, la ciencia tiene algo que decir.
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No conozco a ningún amante de las fresas que, en algún momento, no haya experimentado cierta sentimiento de frustración al constatar que las suculentas fresas en las que había puesto todas sus ilusiones no saben a nada o son tan ácidas que no se aprecia el sabor a fresa.
Puede que, después de algún que otro juramento, el primer impulso sea camuflarlas en alguna macedonia confiando en que se obre el milagro o macerarlas con azúcar que, sin duda, sería una solución efectiva, pero también bastante impopular en 2025.
Cómo hacer que las fresas más dulces sin añadir azúcar
En los últimos años, el azúcar añadido se ha convertido en uno de los grandes enemigos de la dieta saludable y, si con esa intención habíamos comprado las fresas, el remedio de toda la vida yo no resulta tan idóneo. Aunque no está todo perdido, con muy poco de maña y algo de ciencia se puede potenciar el sabor de las fresas sin sufrir picos de glucosa.
Existen varias formas, que no mucha gente conoce, de potenciar el sabor dulce de las fresas sin necesidad de recurrir a un extra de azúcar o a un edulcorante artificial.
Pimienta rosa o negra
Si las fresas son excesivamente ácidas, la pimienta aportará un ligero toque picante y especiado que contrasta con la acidez de la fruta, haciendo que su dulzor natural resalte más. La pimienta rosa, en particular, tiene un matiz afrutado que combina muy bien con todos los frutos rojos y puede usarse tanto para la fruta fresca como para la elaboración de compotas y mermeladas. Basta con espolvorear una pizca muy pequeña de pimienta, pues no queremos que las fresas piquen, sino que su dulzor se aprecie más.
Sal y ralladura de cítricos
Es el truco que mejor funciona cuando las fresas están aún un poco verdes y resultan insípidas, esas fresas a las que "les falta gracia" o que no saben a nada. Puede parecer extraño añadirle sal a una fruta para que sepa más dulce, pero es que la sal es un potenciador de los sabores, incluidos los dulces.
Para aplicar este pequeño truco, pondremos una fina capa de sal en el fondo de un plato y la mezclaremos con la ralladura de medio limón, media naranja o una lima. A continuación, lavaremos las fresas con cuidado, las cortaremos por la mitad y las colocaremos con el corte tocando la sal durante unos 5 minutos. Luego las retiraremos y las sacudiremos bien para retirar cualquier granito de sal que haya podido quedar. Y ya podremos comerlas o usarlas para lo que tuviéramos pensado.
La sal intensificará el sabor dulce de las fresas y la ralladura del cítrico aportará el punto de acidez que le falte a estas pequeñas golosinas naturales.
Especias
Algunas especias tienen la capacidad de aportar sabor dulce usando cantidades muy pequeñas que no suponen un aumento de calorías. Unas fresas que no estén muy dulces o cuando, simplemente, queremos que una fresas queden más golosas, podemos añadir canela en polvo o vainilla.
Algo menos habitual, pero que también les da un toque muy especial a las fresas es el anís en polvo, cuyo sabor dulzón potencia la dulzura de la fruta sin necesidad de añadir azúcar.
También podemos optar por una mezcla de varias especias, como la conocida como "5 especias chinas" que combina anís, canela, clavo de olor, hinojo y pimienta de Sichuan y resulta deliciosa no solo con las fresas, sino también con otras frutas como la pera o la manzana.
Fresas más dulces sin añadir ningún ingrediente extra
Para rizar el rizo, así como si fuera cosa de brujería, resulta que la forma en la que nos comemos las fresas también afecta a la manera en la que percibimos su sabor.
Si empezamos a comernos una fresa por la punta, estaremos empezando por la parte más dulce y dejando para el final la parte de la corona -donde están las hojas- que contiene menos azúcares. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los receptores del sabor dulce se encuentran en la punta de nuestra propia lengua.
Considerando esto, sentiremos con mayor intensidad el dulzor de la fresa si, al comer una fresa entera, nos la metemos en la boca empezando por la parte de la corona para que la punta de la fresa coincida con la punta de nuestra lengua.
Otro detalle a tener en cuenta es que no se deben quitar las hojas ni el rabito y tampoco trocear las fresas antes de lavarlas, pues su carne es porosa y pueden perder parte de su sabor.
Algunas recetas con fresas sin azúcar
Para terminar, veremos algunos ejemplos de cómo aplicar algunas de estas maneras de realzar el dulzor de las fresas sin añadir azúcar para disfrutar de unos bocados deliciosos:
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Fresas maceradas con zumo de naranja y anís. Cortamos las fresas en mitades o en cuartos si son muy grandes, las mezclamos con zumo de naranja recién exprimido y una pizca de anís en polvo. Dejamos reposar 15-20 minutos y servimos solas o con yogur natural.
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Fresas asadas con pimienta rosa. Colocamos las fresas enteras en una bandeja de horno, espolvoreamos con pimienta rosa molida y horneamos a 180 °C durante 10 minutos. El calor también ayuda a potenciar su dulzor y el toque especiado de la pimienta las hace irresistibles las hace irresistibles.
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Batido de fresas con canela y vainilla. Trituramos fresas maduras con leche o bebida vegetal, añadimos una pizca de canela y unas gotas de extracto de vainilla o vainilla en polvo. Así tendremos un batido naturalmente dulce y aromático sin necesidad de azúcar.
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Fresas salteadas con coco rallado. En una sartén caliente, salteamos las fresas cortadas con un poco de coco rallado y dejamos que se caramelicen ligeramente. Se pueden servir sobre tostadas o acompañar con queso fresco o yogur.