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Aprende a cocinar

Cómo organizar la despensa de casa

Os contamos cómo organizar la despensa de casa, todo lo que hay que saber para evitar que las cosas se "pierdan" como por arte de magia.

13 julio, 2015 19:38

Hace algunas semanas os contábamos la mejor forma de ordenar los alimentos en la nevera, pero igual de importante es la organización de la comida que no se guarda en la nevera. ¿No os ha pasado nunca que vais a echar mano a la última lata de atún de la despensa y resulta que caducó hace meses? ¿O que de repente os encontráis con dos paquetes de macarrones abiertos? A veces el disponer de poco espacio lleva a que se guarden las cosas amontonadas y cada vez que traemos algo nuevo lo dejemos encima del montón y nos olvidemos por completo de lo que queda detrás.

Y como la clave está en la organización hoy os voy a contar cómo organizar la despensa de casa para que siempre sepamos dónde está cada cosa.

Cómo organizar la despensa de casa

Hasta hace poco tenía la suerte de vivir en una casa con una despensa como las de antes, de esas en las que puedes entrar por la puerta y te sobran estanterías para colocarlo todo y poder verlo en un solo golpe de vista, pero ahora, aunque afortunadamente sigo teniendo una cocina bastante grande no me queda más remedio que organizarme para guardarlo todo (menaje y alimentos) en los armarios de la cocina.

Cómo organizar la despensa de casa

Cómo organizar la despensa de casa

La mejor ubicación para la despensa

A la hora de elegir qué armarios de la cocina vamos a utilizar como despensa debemos intentar que sean los más alejados de las fuentes de calor evitando que sean los que reciben sol directo a través de la ventana o aquellos contiguos a la zona de cocción, esos mejor dejarlos para guardar el menaje.

Tampoco es aconsejable que guardes la comida en los armarios bajo el fregadero, ese mejor dejarlo para guardar productos y utensilios de limpieza como cubos, barreños, etc.

La mejor forma de organizar la despensa

Parece una perogrullada y que es algo de sentido común, pero luego un día nos encontramos ese frasco de canela en polvo que buscamos durante horas para ponérselo al arroz con leche entre los botes de salsa de tomate, por eso en la medida de lo posible, hay que colocar todos los alimentos junto a otros similares. Las pastas todas juntas, cerca de ellas los arroces y las legumbres, otro grupo de conservas, separando las de pescado de las de verduras, en otro grupo los dulces como mermeladas, miel…, las harinas, los ingredientes para repostería como esencias y demás.

Si quieres hacerlo en plan profesional también puedes pegar un pequeño inventario en el interior de la puerta e ir tachando lo que con sumes y apuntando lo que entra, puede parecer un poco engorro pero os aseguro que si no nos queda más remedio que llenar bastante las alacenas con varias filas o alturas se agradece un montón y, a la hora de hacer la compra solo tendremos que echar un vistazo a la lista para saber lo que se ha terminado.

First in, first out (FIFO), lo más antiguo siempre es lo primero que sale

Siempre que compramos algo de lo que aún nos quede parte en casa, cuando vayamos a colocarlo, debemos dejar siempre delante el antiguo y los nuevos que hemos comprado ponerlos al final. Como excepción puede darse el caso de que hayamos aprovechado alguna oferta de un producto con caducidad cercana y el que tenemos en casa caduque más tarde, si es así, lo dejamos al fondo.

En resumen, que hay que dejar delante lo que va a caducar antes. Y como aún así, más de una vez iremos con prisa y acabaremos dejando las cosas en el primer hueco libre, cada cierto tiempo conviene revisar -por ejemplo cuando aprovechemos para hacer una limpieza general- y colocar donde corresponda todo lo que no esté donde debería.

Etiquetar siempre lo que cambies de envase

Cuando no queda más remedio que apilar en varios niveles, los alimentos que vienen en bolsas de papel o de plástico “sufren” y los envoltorios pueden romperse, para evitarlo se pueden reutilizar botes vacíos de cristal o de plástico para guardar los alimentos que se presentan en envases frágiles, pero no hay que olvidarse de etiquetar los frascos indicando cuál es su contenido y la fecha de caducidad que figuraba en la etiqueta. También es importante que si decides fusionar el contenido de dos envases distintos en un solo tarro compruebes que tienen fechas de consumo preferente similares y anotar en el frasco la que esté más próxima.

Imágenes | IncaseRobert Benner