Trufa de Manjares de la Tierra.
Los condimentos españoles que conquistan EEUU: "Aquí nadie sabe que somos el primer productor de trufa mundial"
Productos como el pimentón de la Vera, el azafrán de la Mancha y la trufa negra de Teruel han sido protagonistas en el encuentro Spain Fusion Texas para poner en valor el origen del sabor español.
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En Texas, donde la barbacoa es casi una religión y los chiles se miden por grados de fuego y orgullo, un puñado de productos españoles con su carácter propio han sido protagonistas estos días.
Abanderados por grandes embajadores de nuestro panorama gastronómico nacional, han viajado envueltos en historia con la convicción de que el sabor también es una forma de contar quiénes somos.
Spain Fusion Texas, el evento que cada año organiza Vocento Gastronomía junto al ICEX y Alimentos de España bajo el paraguas de Spain Food Nation, ha celebrado su cuarta edición en San Antonio.
En este 2025, los protagonistas no fueron los clásicos jamón, queso y vino, sino los condimentos: el pimentón de la Vera, el azafrán de la Mancha y la trufa negra de Teruel. Tres joyas discretas que, como diría uno de los chefs invitados, “tienen el poder de transformar lo cotidiano en extraordinario”.
Pimentón, azafrán y la trufa que nadie esperaba
Fe Martínez Saiz, directora de Pimentón Orencio Hoyos, observa con una sonrisa cómo los cocineros texanos descubren su producto. “Aquí hay cultura de ahumado, de barbacoa, de marinadas intensas.
Pimentón de la Vera en Texas.
En cuanto prueban nuestro pimentón, lo entienden”. Su aroma a roble y encina, su textura en escamas y su color rojo profundo se integran con naturalidad en el ADN tejano. En un estado donde el humo es lenguaje culinario, el pimentón de la Vera se convierte en un nuevo dialecto.
A pocos metros, el stand de Antonio Sotos, firma manchega de azafrán, atrae a los curiosos con su pequeño “kit de paella con azafrán”.
Azafrán de la Mancha de Antonio Sotos.
Entre los granos dorados y las hebras rojas hay una historia de paciencia: la de las manos que recogen flor a flor, y la de un país que ha hecho del azafrán un símbolo de su cocina. En Texas, donde la abundancia manda, el minimalismo del azafrán —una pizca que cambia todo— resulta casi poético.
Para asombro del público, la trufa negra de Teruel. “Hoy he descubierto que nuestro proveedor de trufa es español”, confesaba entre risas Varin Keokitvon, chef instructor de la Seattle Culinary Academy, una de las instituciones más prestigiosas del país.
El comentario arrancó aplausos y miradas de sorpresa. “Aquí nadie sabe que España es el primer productor de trufa del mundo”, explicaba Pablo Conde, director general de Desarrollo de Negocio Internacional de ICEX.
“Creen que viene de Francia o de Italia. Y por eso es tan importante lo que estamos haciendo en Texas: cambiar la percepción del origen del sabor”.
La empresa turolense Truffles Manjares de la Tierra se llevó uno de los mayores reconocimientos del evento. Sus trufas Tuber melanosporum sedujeron a chefs y sumilleres con su perfume inconfundible, ese que convierte un simple huevo en un plato de alta cocina.
Lubina de Aquanaria.
En un mercado tan competitivo como el estadounidense, donde la procedencia se asocia directamente con el prestigio, que la trufa española empiece a ocupar su lugar en la conversación es casi una pequeña revolución silenciosa.
Texas, nuevo El Dorado gastronómico
En el gran salón de San Antonio, entre stands de vino y mesas de degustación, ha vuelto a nacer una curiosidad genuina por la cocina española.
El chef Juanlu Fernández.
“Texas es una de las economías más fuertes del país y la que más crece. Pero también es un mercado enorme, en el que hay que sembrar mucho”, contaba Conde. Y en ese terreno fértil, el sabor español parece haber encontrado un aliado natural.
Los vinos de Casa Rojo, las anchoas de Cantabria de Conservas Arlequín, los aceites premium presentados por Alfonso Fernández, y las ponencias de chefs como Juanlu Fernández, Xosé T. Canna y Luis Roger (el primer chef español con estrella Michelin en Houston con BCN Sabor y Tradición) completaron la programación.
La última noche, durante el cóctel de cierre en San Antonio, los distribuidores, chefs y periodistas estadounidenses bailaron mientras corroboraban la intensidad del pimentón o la elegancia de los nuevos vinos blancos españoles.
Spain Fusion Texas se ha convertido, tras cuatro ediciones, en una cita imprescindible para el diálogo entre dos mundos culinarios que, aunque distintos, comparten algo esencial: el respeto por el sabor auténtico.