Carlos Herrera en su visita a El Guardanés.

Carlos Herrera en su visita a El Guardanés.

Actualidad gastronómica

El bar favorito de Carlos Herrera en un pueblo de Cádiz: "El mejor carabinero con huevo y papas que he probado en tiempo"

Los carabineros «al Juli» despiertan pasiones desde El Guardanés, el establecimiento de Luis Miguel Laza en San Roque, templo del producto con un cuarto de siglo de historia.

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Si uno se da una vuelta por el Instagram de Carlos Herrera se dará cuenta de que ya es verano. Aunque el periodista no acostumbre a compartir mucho contenido en sus redes, sus recomendaciones siempre son valiosas y dan una pista de los platos y lugares que ha disfrutado últimamente el sevillano.

Y si hay un plato que es sinónimo de verano es el que componen armoniosamente el carabinero, con huevos y patatas fritas. El mismo que ha fascinado a Herrera, tal y como ha confesado en su perfil de Instagram, al haber visitado el restaurante el Guardanés, en la localidad gaditana de San Roque.

"Mi amigo Luismi y sus hijos me han dado el plato del verano: un carabinero con huevo y papas que resulta ser de lo mejor que he probado en mucho tiempo", asegura el chef sobre los carabineros 'al Juli'.

Carabinero 'al Juli'.

Carabinero 'al Juli'.

El nombre se le pusieron en honor del matador de toros Julián López, conocido con este apodo, quien tras su visita quiso que sus carabineros vinieran acompañados con 'la mejor guarnición', donde la clave está en usar el jugo de la cabeza del carabinero”, como explican desde el negocio.

El Guadarnés, es un pequeño gran templo gastronómico que ha sabido ganarse no sólo el favor del público local, sino también el de ilustres comensales como el periodista Carlos Herrera. Su propietario, Luis Miguel Laza, sabe que el secreto está en lo esencial: producto excelente, preparación honesta y atención cercana.

El Guardanés, en San Roque (Cádiz).

El Guardanés, en San Roque (Cádiz).

Desde hace más de dos décadas, esta casa de comidas con alma ha demostrado que no hace falta parafernalia cuando la materia prima habla por sí sola. El restaurante es pequeño, apenas nueve mesas y capacidad para unos 40 comensales.

Laza y sus hijos, Álvaro y Luis Miguel, atienden personalmente, saludan, recomiendan, preguntan, sirven. No es raro que el propio dueño te acerque las cartas y te sugiera con conocimiento y entusiasmo qué pedir ese día.

Qué se come en El Guardanés

Aunque el carabinero Al Juli ha sido el que ha cautivado la atención de Herrera, en la carta hay medio centenar de platos. Obsesionados por el origen, el pescado llega de Algeciras; la carne de retinto gaditana de Cárnicas El Alcázar, en Vejer, y el pan lo suministra una panadería de Taravilla.

Este respeto por el producto se nota en cada plato. Desde la gallineta al horno con patatas al pimentón, hasta los San Jacobos de rape, pasando por el tartar de atún rojo de Gadira, la casa no necesita alardes.

En invierno, el comedor rústico con paredes de piedra y objetos ecuestres te envuelve en una calidez que va más allá del plato. En verano, el fresco patio interior ofrece un oasis perfecto para disfrutar de las noches gaditanas.

El comedor rústico de El Guardanés.

El comedor rústico de El Guardanés.

Más que un sitio de paso, es un destino al que peregrinar en busca de una buena mesa. Pero siempre teniendo en cuenta que no abren los domingos, algo inusual en la hostelería, pero coherente con el compromiso de Laza por conciliar vida y trabajo.