
La terraza de Palma donde comer como un rey con vistas a la catedral
La terraza de Palma donde comer con vistas a la catedral: volverás por su paella con gamba blanca mallorquina
El Mediterráneo a tus pies desde el corazón de la ciudad.
Más información: Así es el restaurante 'informal' de Andreu Genestra en Palma que recomienda Michelin: con un menú de sólo 38€
En el corazón del casco antiguo de Palma, se esconde otra de sus muchas joyas: la casa-palacio que aloja el Hotel Sant Francesc. El alojamiento soñado para el viajero que busca diseño vanguardista que respire elegancia, confort y arte.
Así se recibirá al huésped, que tendrá que subir a las alturas para descubrir todo el atractivo del hotel, que sin duda lo completa su terraza Singular.
Un rooftop que ofrece una vista privilegiada a la majestuosa catedral de Palma y los tejados centenarios que acarician el cielo, además de una experiencia gastronómica que invita a detener el tiempo, porque te costará poner un pie fuera de ahí.

La terraza Singular a vista de pájaro.
Los rooftops en Palma se han convertido, con razón, en la joya de la primavera y el verano. Con la llegada del buen tiempo, estos espacios elevados cobran vida y se transforman en pequeños oasis urbanos donde se mezcla el relax, la sofisticación y una propuesta culinaria de altura.
Opciones hay muchas, pero esta en particular brilla con luz propia. Se ubica en la azotea del Hotel Sant Francesc, parte del prestigioso sello Small Luxury Hotels of the World.
Desde sus 200 metros cuadrados se domina la silueta de la iglesia de Sant Francesc y, más allá, el perfil inconfundible de la Catedral de Palma. Un escenario perfecto para dejarse seducir por la luz cálida del atardecer mientras la ciudad se tiñe de dorado y se respira la brisa marina.
Pero esta terraza no solo vive de sus vistas. Su propuesta gastronómica es una oda a lo fresco y lo informal, pensada para maridar con la atmósfera distendida que la envuelve y que la comida no pese, solo sume.
Desde ensaladas frescas hasta una jugosa smash burger elaborada con ternera mallorquina, pasando por platos de pasta, incluso arroz y opciones de picoteo, la propuesta está diseñada para atender todos los gustos, necesidades y caprichos.
La experiencia se completa con una carta de cócteles tan variada como cuidada, perfecta para los paladares exigentes. Mojitos, negronis, creaciones con toques isleños y propuestas sin alcohol, todos servidos con una elegancia relajada que es ya seña de identidad del lugar.

La piscina que esconde el rooftop del hotel.
Y si aún hacía falta un detalle para consagrar a este rincón como uno de los favoritos del verano mallorquín, basta mencionar su piscina de 30 metros cuadrados, que convierte la terraza en un refugio para el cuerpo y el espíritu. Todo esto acompañado de una banda sonora suave y envolvente que marca el ritmo de la caída del sol.
Así que si busca un lugar donde comer como un rey con vistas a la catedral, ya lo ha encontrado. Reserve una mesa, pida su cóctel favorito y déjese llevar. Palma, desde las alturas, sabe mucho mejor.