
La casa de comidas actualizada que rinde homenaje al recetario catalán: con cocina ininterrumpida y vinos naturales
La casa de comidas actualizada que rinde homenaje al recetario catalán: vinos naturales y cocina ininterrumpida
En Malparit, Leo Chechelnitzky, ofrece una cocina catalana actualizada con aires castizos a la que siempre querrás volver.
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Barcelona es una ciudad donde uno no se cansa de comer bien. La oferta gastronómica crece y se reinventa constantemente, Malparit, la nueva casa de comidas de Leo Chechelnitzkiy, es uno de esos que lo ha hecho de manera singular. Con un nombre provocador y un concepto que oscila entre la ironía y el respeto por el recetario tradicional, este local del Eixample se ha convertido en una referencia ineludible para quienes buscan una cocina sin artificios pero con carácter.
El nombre, que en catalán se usa con afecto para referirse a alguien que siempre se sale con la suya, es toda una declaración de intenciones. Malparit no solo ha logrado posicionarse como un imprescindible en la ciudad, sino que lo ha hecho con una propuesta clara: ofrecer una cocina catalana actualizada, sin perder el alma de las recetas de siempre.
Desde que se cruza la puerta, el espacio divide su personalidad en dos ambientes bien definidos. En la zona de barra, el tapeo castizo y catalán se dan la mano en una carta que invita al picoteo sin prisas. Su vitrina repleta de productos frescas ya presagia una velada para enmarcar. Aquí, los torreznos de Soria conviven con la caña de lomo de pez espada y las croquetas de txangurro, mientras que la gilda triple boquerón demuestra que los clásicos pueden reinventarse sin perder su esencia.

Leo, propietario y Alfredo, chef de Malparit.
Todo ello acompañado de una selección de vinos naturales, con 150 referencias que reflejan el compromiso del restaurante con la viticultura libre y de pequeños productores. Otro de los puntos que fundamentan la propuesta de Malparit y han forjado su identidad.
Al adentrarse en el local, el tono cambia. En el comedor, iluminado por un lucernario cenital, la propuesta se vuelve más pausada y elegante. Aquí, el producto es el protagonista absoluto. Platos como el bacalao a la llauna, las albóndigas con sepia o un cap i pota con el que acabas chupándote los dedos, evidencian la voluntad de mantener viva la cocina de chup-chup, esa que reconforta y emociona con cada bocado. Para los carnívoros, hay cordero, además los cortes premium de ternera y las piezas enteras de pescado de lonja a la brasa, que son otro de sus fuertes.

Algunos de los platos de Malparit.
Cocina sin reloj, placer sin límites
Uno de los grandes aciertos de Malparit es su cocina ininterrumpida, un guiño a la vida social barcelonesa donde el hambre no entiende de horarios. Desde el mediodía hasta la medianoche, el trajín en la cocina es constante, permitiendo que la experiencia gastronómica fluya sin rigideces.
Al mando de los fogones, el chef Alfredo Rodríguez ha logrado una propuesta que equilibra técnica, producto y disfrute. Feher, con experiencia en la alta cocina inglesa, y Rodríguez, con una sólida trayectoria en restaurantes de renombre, han encontrado en Malparit el espacio perfecto para desarrollar una cocina donde lo esencial brilla con luz propia.

El comedor de Malparit.
Y para los que buscan una experiencia aún más personal, la mesa del chef promete convertirse en el nuevo objeto de deseo gastronómico en Barcelona. Ubicada junto a la partida de calientes, permitirá una interacción directa con los cocineros, en un formato pensado para los verdaderos amantes de la buena mesa.
Más allá del humor que impregna su concepto, lo que realmente define a Malparit es su compromiso con el buen producto y su pasión por hacer que la gente coma bien. Porque, como bien diría cualquier comensal al salir de este restaurante: Mira que en són malparits, però ¡que bé que hem menjat!