Una de las habitaciones del Kimpton Aysla de Mallorca.

Una de las habitaciones del Kimpton Aysla de Mallorca. E. E.

Cocinillas

El hotel de lujo en un pueblo de Mallorca que conquista por el olfato: "Cuatro olores diferentes para marcar las estancias"

El Kimpton Aysla cuenta con 12.000 especies en sus zonas verdes y el primer spa que Codage, la famosa marca francesa, ha abierto en España.

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Carmen Serna
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Casi todos los hoteles de lujo son conscientes desde hace mucho tiempo de que la memoria olfativa es mucho más duradera que cualquier otra. Por eso, muchos de ellos han creado perfumes especiales para que se identifique rápidamente una cadena hotelera o un hotel en concreto.

Sin embargo, el Kimpton Aysla Mallorca, el primer resort cinco estrellas bajo esta marca en Europa, ubicado en Santa Ponsa (Mallorca), ha ido todavía más lejos y ha sido diseñado por completo para que sean los olores los que marquen el espacio y no al contrario.

De esta forma, cualquier cliente puede saber que se encuentra en el lobby o en una zona de habitaciones o en el restaurantes sin necesidad de abrir los ojos. Simplemente con disfrutar del aroma diferenciado que se respira según el rincón.

La idea de que fuera el aroma el que conquistara a los clientes estuvo presente desde el principio en un proyecto que buscaba ser una extensión de la luz del Mediterráneo y su naturaleza.

En el desarrollo y elección de estos perfumes participaron todos los miembros del equipo pero la idea de marcar un recorrido olfativo diferenciado fue de su director general, Alejandro Bautista, quien siempre tuvo claro que sería la mejor forma de conceptualizar los espacios, junto con una decoración kilómetro cero, con referencias a la tradición mallorquina.

Amenities de Maison Codage.

Amenities de Maison Codage. E. E.

Además, se buscó que las esencias estuvieran vinculadas a espacios naturales exteriores donde se han llegado a colocar hasta 12.000 tipos de plantas en jardines exteriores e interiores, con una curiosa forma de laberinto alrededor del que se distribuyen sus exclusivas 79 habitaciones, todas con balcones privados y espectaculares vistas panorámicas.

En estos espacios internos, se ha optado por plantas medicinales como la cola de caballo que se mezclan entre jardineras con formas tridimensionales elevadas para crear movimiento en el ambiente. Además, hay árboles frutales como el naranjo, el limonero o el granado que se fusionan con varios tipos de jazmines para formar una fiesta de olores perfectamente acompasada con las esencias del interior.

Vainilla y azahar

Pero, ¿a qué huele el Kimpton Aysla para impactar tanto en sus huéspedes? Concretamente a cuatro esencias diferentes las que compartimentan el hotel sin que se interponga un solo muro entre ellas, solo cambios de sala y cambios de ambientadores. La primera es de tipo floral y cítrica para la recepción. La de las habitaciones y el pasillo es mucho más relajada, para preparar al cuerpo para el descanso. En el bar se busca algo más energizante y la relajación máxima llega al aspirar el olor de la piscina interior.

"Para el lobby, se eligió el aroma de azahar de naranja y jazmín porque queríamos crear una primera impresión cálida y envolvente, acorde con la función social y de bienvenida de ese espacio", explican. En las habitaciones se apostó por el té verde y notas frutales, en consonancia con los jardines interiores, mientras que en el restaurante se la han jugado todo al tabaco y la vainilla. Para la piscina, el mejor olor que pudieron encontrar es el ginger mint.

"La diferenciación de los olores no fue casual, sino que es una decisión basada en las emociones que cada espacio tenía que evocar", aclaran.

El pasillo hacia las habitaciones, en mitad de un jardín.

El pasillo hacia las habitaciones, en mitad de un jardín. E. E.

La obsesión por la naturaleza y la calma en este hotel de superlujo se esconde también en uno de principales logros en el mundo wellness: tener el primer centro de la Maison Codage en España, con una piscina cubierta, baños de barro, sauna, cueva de sal y siete salas de tratamientos.

En sus más de 900 metros cuadrados, se puede optar por curas especiales que cuenta con profesionales expertos y recetas personalizados que pueden conseguirse en cualquier local del mundo de la marca Maison Codage. Un atractivo para muchos extranjeros que eligen el Kimpton Aysla Mallorca precisamente por la oportunidad de estar en manos de Codage.

La bodega Saba

Pero como no sólo del olfato se sacian los huéspedes, el Kimpton Aylsa Mallorca cuenta con varios espacios gastronómicos donde se trata de mezclar el buen comer, el buen beber y las vistas a la naturaleza. El restaurante principal es Saba, con influencias coreanas y japonesas, que apuesta con platos de productos kilómetro cero mezclados con sabores y salsas del lejano oriente. Se trata de un local que está abierto a toda Mallorca y, de hecho, es muy utilizado por algunos de los vecinos del hotel.

Además, junto a la barra encontramos la bodega Saba, que ofrece una amplia selección de vinos españoles e internacionales, y que, caída la noche, es el mejor lugar del hotel para pedir un cóctel, para tomarlo bajo el manto de estrellas y el silencio de un espacio donde la ley de la tranquilidad es la que manda en todo el recinto.

Otra de las opciones gastro es el Zayt Pool Club, una especie de mercado bar junto a la piscina donde la comida tradicional mallorquina se transforma en bocados informales llenos de sabor y que se presentan en distintos formatos. Su cercanía a la piscina le obliga a tener una apuesta informal en su carta pero lo más curioso es que platos sencillos como las ensaladas o sus aceitunas son algunos de los más demandados por el intenso sabor de los aliños y la buena materia prima.