Putin se atrinchera en Jersón para fijar el frente en el río Dniéper y proteger Crimea

Europa

Putin se atrinchera en Jersón para fijar la nueva línea de defensa en el río Dniéper y proteger Crimea

Las tropas de Kiev sostienen que no van a bombardear la ciudad y que la evacuación forma parte de una "campaña de desinformación rusa". 

20 octubre, 2022 03:00

Nadie sabe con certeza qué es lo que está pasando en Jersón. El miércoles por la mañana las autoridades prorrusas de la ciudad ucraniana pidieron a la población evacuar la ciudad. En cuestión de horas, miles de personas se agolparon en el puerto dispuestas a subir a un barco y dirigirse a la otra orilla (la derecha) del río Dniéper. Muchos no saben a dónde van ni por cuánto tiempo, pero la alternativa se antoja mucho peor. 

Los rusos, que tomaron la capital de la región del mismo nombre en los primeros días de la guerra, sostienen que las fuerzas ucranianas planean lanzar ataques indiscriminados con misiles sobre la población, bombardear la presa de Kakhovka, más al norte, e inundar la ciudad. "La parte ucraniana está reuniendo fuerzas para una ofensiva a gran escala… Existe un peligro inmediato de inundación", aseguró Vladímir Saldo, el gobernador designado por Rusia en la zona. Bajo este pretexto, Moscú calcula trasladar a entre 50.000 y 60.000 personas en menos de una semana para "ponerlas a salvo de los enemigos". 

Ucrania, sin embargo, no ha dado indicios de querer arrasar Jersón, de la misma manera que no lo hizo con ninguna de las otras ciudades recuperadas durante la contraofensiva de Járkov. Según ha explicado al Financial Times Serhiy Kuzan, asesor del Ministerio de Defensa de Ucrania, todo forma parte de una "campaña de propaganda y desinformación" que las fuerzas enemigas podrían utilizar para culpar a Kiev de alguna actuación que está por llegar.

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Hay quien detrás de este movimiento ve la antesala a una retirada militar del ejército del Kremlin. Sobre todo después de que el general de las Fuerzas Armadas rusas, Sergei Surovikin, reconociese en una extraña muestra de debilidad que la situación en Jersón era "difícil". Sin embargo, cuesta creer que Putin haya accedido a abandonar la capital de una de las cuatro regiones que hace poco anexionó ilegalmente

Es todavía pronto para saber cuáles son las verdaderas intenciones de Rusia, pero las probabilidades de que su ejército, en números rojos desde hace semanas y que ha retrocedido kilómetros y kilómetros en tiempo récord, se esté preparando para resistir la batalla campal en Jersón son pocas. Otra opción es que su estrategia se base en desplazar a los soldados que quedan allí y reconstruir sus defensas la orilla este del Dniéper para que las aguas del río sirvan de barrera natural contra el avance ucraniano

De esta manera, Rusia puede ganar tiempo y desplazar la línea de frente más cerca de Crimea, la península anexionada legalmente en 2014 que Putin siempre ha considerado una línea roja que no se puede cruzar. Basta recordar cómo tras la voladura parcial del puente de Kerch el 8 de octubre, Moscú comenzó a atacar indiscriminadamente objetivos civiles en decenas de ciudades ucranianas.

Más allá de la venganza de Putin, la explosión en esa infraestructura clave que conecta Ucrania con Rusia causó graves problemas logísticos a las fuerzas de la ocupación en el sur, que se abastecían con los suministros que llegaban a través de la península. Así, la ofensiva en Jersón puede convertirse en otra derrota militar para el Kremlin. Pero no es sólo eso: si las tropas ucranianas siguen empujando podrían llegar hasta Crimea. 

La ley marcial y refuerzos

Al parecer, la movilización parcial de 300.000 reservistas no es suficiente para frenar las fuerzas ucranianas equipadas con misiles HIMARS y otras armas occidentales. Por eso, mientras comenzaba la evacuación de Jersón, el presidente ruso Vladímir Putin aprovechó para decretar la ley marcial en la provincia, además de en Zaporiyia, Donetsk y Lugansk. 

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De esta manera, Putin aumentaba los poderes de los gobernadores regionales y ordenaba la creación de un consejo de coordinación bajo el mando del primer ministro Mikhail Mishustin para apoyar su "operación militar especial". Según señaló el líder ruso, la intención es que "todo el sistema de administración estatal" -y no sólo las agencias de seguridad especializadas- esté preparado "para respaldar el esfuerzo militar en Ucrania".