Fernando Grande-Marlaska, Salvador Illa, Pedro Sánchez y María Jesús Montero en un montaje.

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Política CORONAVIRUS

Preguntas sin respuesta: así aplica el Gobierno el 'método Ollendorf' en sus réplicas a la prensa

Las extensas y embrolladas contestaciones de los ministros a los periodistas evitan arrojar luz sobre muchas de las cuestiones planteadas.

20 abril, 2020 03:46

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Apabullados por el exceso. Así suelen acabar los periodistas que disfrutan del privilegio de poder hacer una pregunta durante las ruedas de prensa de los miembros del Gobierno y del gabinete de crisis de Moncloa.

Pocas de las cuestiones son respondidas de forma clara y directa. Pero las respuestas suelen alargarse durante minutos hasta acabar en un punto muy distinto de aquel desde el que partieron

Aunque los protagonistas de las ruedas de prensa de Moncloa son diferentes cada día, sus respuestas suelen seguir siempre una misma pauta. Dada la insistencia de los comparecientes en alargar sus intervenciones, muchos se preguntan si la verborrea gubernamental responde a una estrategia.

Estaríamos ante lo que se ha dado en llamar el "método Ollendorf", consistente en dar respuestas que nada tienen que ver con la cuestión planteada. Para otros, asistimos a una suerte de filibusterismo, consistente en utilizar el turno de palabra de forma vaga y deliberadamente imprecisa, retorciendo durante minutos el argumento hasta acabar perorando sobre asuntos muy alejados al interés del periodista. 

El mejor ejemplo de ello fue la respuesta de la directora general de Cartera y Farmacia, Patricia Lacruz, a la pregunta de por qué se había vuelto a confiar en la empresa que había enviado decenas de miles de test no homologados al Gobierno. Pero ha habido muchos más casos, como por ejemplo el de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz a una pregunta sobre los ERTE. 

"Es una mezcla de filibusterismo y de incompetencia comunicativa", dice una experta en comunicación política que trabaja para uno de los partidos de la oposición. "Digamos que alargarse en la respuesta, sin más, no tiene por qué ser una táctica deliberada. Pero lo que sí es cierto es que las respuestas están preparadas de antemano y que los comparecientes no tienen espacio para la improvisación".

Censura de preguntas

Las ruedas de prensa de Moncloa tuvieron una primera fase en la que Miguel Ángel Oliver, el secretario de Estado de Comunicación, seleccionaba las preguntas que debían responder los miembros del Gobierno. Dado que estas se enviaban con antelación, el Gobierno podía escoger las más cómodas e incluso preparar las respuestas.

La rebelión de buena parte de los medios, renunciando a tomar parte en unas ruedas de prensa que eran poco más o menos que un mitin preguionizado de los miembros del Gobierno, condujo a un cambio del sistema en favor de las preguntas en directo.

El sistema no es perfecto, puesto que no permite repreguntar cuando las respuestas no se ajustan a lo planteado, pero al menos las preguntas son espontáneas y conllevan un cierto grado de imprevisibilidad, lo que evita que el Gobierno pueda preparar respuestas evasivas con antelación.  

Ahora bien, el Gobierno ha respondido con una nueva táctica comunicativa que le permite esquivar las preguntas más comprometidas. "Es muy probable que los asesores de comunicación de Moncloa estén preparando con antelación un listado de posibles preguntas de los medios", dice el experto en comunicación política con el que habla EL ESPAÑOL.

Menú de respuestas

"Y tras ese listado de posibles preguntas, es muy probable que estén elaborando también un listado de respuestas. Así que las preguntas de los periodistas pueden variar, pero lo que no pueden hacer los miembros del Gobierno es salirse de las respuestas que han preparado para ellos. La táctica es, para resumirlo de forma clara, que aquí no improvisa ni Dios", añade.

La metáfora que utiliza este experto es la de la carta de un restaurante. "Es como si tienes un restaurante con una carta de menú. Los comensales te pueden pedir lo que quieran, pero tú sólo puedes ofrecer las opciones que están en carta. Así que los ministros tienen eso: un menú cerrado de respuestas. Y ya pueden pedir los periodistas el plato que quieran, porque sólo van a obtener una de las opciones previamente establecidas".

Esta es la explicación más verosímil de los rodeos y los arabescos de los miembros del Gobierno a la hora de responder las preguntas de los periodistas. "Por eso dan mil vueltas al responder, sí. Si les preguntan algo que se salga de su listado de respuestas, tienen que dar la vuelta y retorcer el argumento hasta encajarlo en una de las opciones predeterminadas por los asesores de Moncloa". Y de ahí la artificiosidad de sus respuestas