Image: Pintan bastos

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Opinión

Pintan bastos

por Juan Palomo

3 mayo, 2007 02:00

J.M. Caballero Bonald, A. Jodorowsky, Lars Von Trier y Pina Bausch

Caballero Bonald, fiesta perpetua y homenajes sin cuento. Lo de Jodorowsky en Telemadrid, una nueva edición del teatro pánico. Jaume Vallcorba hace las Américas en la Feria del Libro de Bogotá. La Feria Foro Sur censura a un artista "subversivo". Pina Bausch, León de Oro en Venecia. Los discursos según Galiardo. Pintan bastos para el cine español en 2007.

Editores españoles clase A (hablo de Jorge Herralde, de Jaume Vallcorba o de Manuel Borrás, entre otros pocos) han gozado de la energía y la pasión de la Feria del Libro de Bogotá, llena las dos últimas semanas hasta la bandera. Ni el apagón general del otro día en todo el país pudo con ella. Me cuentan que Vallcorba se ha convertido, casi sin querer, en uno de los protagonistas de la Feria (harto difícil entre tanto lector, editor y escritor poblando tantos actos), porque los libros de Acantilado son piezas más que suculentas para los lectores de la otra orilla. Era la primera vez que el editor visitaba la Feria y ya se ha ganado, a golpe de títulos y talento, el fervor de los letraheridos colombianos

Caballero Bonald, marinero en tierra, sigue disfrutando de premios y homenajes. El último es el número que la revista "Litoral" le acaba de dedicar y en la que, entre artículos laudatorios y poemas, destaca uno de José Ramón Ripoll sobre una entrevista imposible y varios juicios incisivos sobre poetas contemporáneos, otro de Benjamín Prado, y su sensación, cada vez que lo ve, "de haber tomado siempre una copa de menos"o el de Benítez Reyes sobre "el emperador Bonald". Nada que ver con el silencio que acompañó los últimos años de su vida a Ernestina de Champourcín, a la que sólo la celebración de su centenario está sacando del olvido. Menos mal que un programa de televisión reivindicó hace unos días su figura, recuperando sus versos. Y eso que la cultura comienza a ser una especie en vías de extinción en la televisión nacional. Porque de lo de Jodorowsky en Telemadrid, reedición cotidiana del teatro pánico, mejor no hablar.

No hace mucho comentaba yo en estas páginas el conservadurismo de las nuevas camadas de artistas jóvenes. Y no es de extrañar, visto lo que le ha pasado al artista Eugenio Merino en la Feria Foro Sur de Cáceres, donde se le retiró una obra, un muy buen trabajo, por su, supongo, contenido subversivo. Y digo "supongo" porque a él no le han dicho nada de nada. Una imagen de la obra ya estaba incluida en el catálogo. ¿No les suena? Ya nos lo decía Sánchez Castillo no hace mucho: al poder le da miedo el arte contemporáneo.

Me comentan en una distribuidora de cine pequeña que este 2007 está resultando especialmente nefasto. Por lo visto, entre los estrenos de cine de autor sólo La vida de los otros (la excelente película de Florian Henckel) ha funcionado en taquilla, mientras el resto sobreviven a duras penas en la cartelera. A muy pocos les ha interesado ver apuestas tan interesantes como El jefe de todo esto, de Lars Von Trier, La flauta mágica, de Kenneth Branagh, o Tristam Shandy, de Michael Winterbottom. Y yo me pregunto qué pasa con la gente cultivada, si es que ya no quiere ir al cine o lo fían todo al dvd.

Lo del Día Mundial de la Danza es también de traca. Mientras por estos pagos sirve para que los artistas ajusten cuentan con la Administración y la sociedad por sus muchas faltas, en Italia aprovechan para festejar el talento de una de las grandes de nuestro tiempo, Pina Bausch, galardonada por el Festival de Danza de la Bienal de Venecia con el León de Oro a la Carrera por haber marcado una "vía original en la expresión escénica del cuerpo".

Y si el cine independiente no está pasando por su mejor momento en taquilla, el cine español ni les cuento. No quiero ni calcular la cuota (que debe de estar en torno al 10 %) pero hay que irse hasta la posición 21 de la lista de filmes con más éxito comercial de este año para encontrarse una producción patria, y no precisamente muy recomendable: El ekipo Ja. Un puesto por detrás se encuentra La caja Kovak, de Daniel Monzón. Pero ni Pudor, ni Concursante, ni Atlas de Geografía Humana, entre otras, han funcionado. Sin estreno de Amenábar o Almodóvar a la vista, el panorama pinta bastante negro para nuestar cinematografía.

No se sabe si es porque todavía está metido en el cuerpo de Fidel Castro, a quien interpreta en I love Miami, pero al bueno de Juan Luis Galiardo cada vez le gusta más soltar arengas. La última, al parecer, tiene lugar en el Teatro Maravillas de Madrid, donde el actor representa con éxito Humo y donde ha tomado la costumbre de, una vez acabados los aplausos con los que premia el público su trabajo y el del resto de compañeros, soltar impunemente un discurso a favor del teatro. Así que están avisados.