Jaime de los Santos, diputado en el Congreso y autor de 'El evangelio según Caravaggio'. Foto: Diego Radamés/Europa Press

Jaime de los Santos, diputado en el Congreso y autor de 'El evangelio según Caravaggio'. Foto: Diego Radamés/Europa Press

Letras

Jaime de los Santos, político y escritor: "Era necesario ajustar cuentas con todos los difamadores de Caravaggio"

El diputado e historiador del arte publica su segunda novela, donde recrea la biografía del pintor barroco a través de los ojos de Pasolini.

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Es innegable que la obra de Caravaggio estremece nada más verla. El maestro del claroscuro sumerge al espectador en un mundo de tinieblas y en un realismo del que es difícil salir ileso. A menudo, las crónicas sobre el pintor aluden a historias de violencia y sexo que parecen opacar otros rasgos de su carácter y de su forma de habitar el mundo.

Jaime de los Santos (Madrid, 1978), historiador del arte, escritor y político, publica El evangelio según Caravaggio (Contraluz), una biografía novelada con la que quiere saldar deudas con algunas de las “mentiras” y difamaciones vertidas sobre el pintor a lo largo de la historia.

En esta ambiciosa segunda novela, el diputado y vicesecretario de Educación e Igualdad del PP se adentra en la carne viva y en las sombras de Caravaggio, uno de los genios más disruptivos de la historia del arte.

En sus casi 700 páginas, profundiza en su vida y en su obra, explora los márgenes, la luz, la violencia y la “profunda humanidad” del pintor. Y lo hace en un sugerente juego de espejos con otro artista tan incómodo como esencial, el cineasta Pier Paolo Pasolini.

La conexión entre ambos, cuenta, es inevitable: “Siempre me ha interesado todo lo que se encuentra en lo que llamamos los márgenes. Y con eso de “márgenes” no me refiero ni a Caravaggio ni a Pasolini sino a la mayoría de los personajes que retrató uno y filmó el otro. Hombres y mujeres casi siempre anónimos con historias dramáticas de verdad, a los que no pretendían embellecer ni hacer pasar por víctimas. A los que plasmaban tal y como eran porque esa es la única manera de dignificar al ser humano”.

Portada de 'El evangelio según Caravaggio', de Jaime de los Santos (editorial Contraluz)

Portada de 'El evangelio según Caravaggio', de Jaime de los Santos (editorial Contraluz)

Para combinar todo lo que se sabe con todo aquello que pudo ocurrir, Jaime de los Santos ha revisitado no solo los libros de la universidad sino también archivos históricos. Además, ha regresado a las iglesias en cuyas capillas aún se pueden ver sus pinturas.

“La ficción solo pretende dar una imagen de lo que pudo ser y que, en muchos casos, encaja a la perfección con lo que sí sabemos”, apunta.

Entre la ficción y la historia, construye un relato que busca iluminar algunas tinieblas biográficas que se consideran ciertas tras siglos de interpretaciones. “Lo que se dice de él no son más que mentiras y consideraba necesario ‘ajustar cuentas’ con todos sus difamadores”, afirma.

Por supuesto, a lo largo de las páginas hay detalles que permiten una lectura dinámica como las técnicas pictóricas del pintor, el estudio de biografías de personajes secundarios como el cardenal Borghese o detalles como el del placer que Clemente VIII experimentaba bebiendo café.

Caravaggio, un joven en Roma

En la novela conocemos a un joven Caravaggio que llega a Roma en 1592, ciudad en la que se convierte en uno de los protagonistas de un periodo histórico tan rico como peligroso y avanza por las distintas etapas que vivió recreando el contexto sociocultural que moldeó al artista.

Retrato de Caravaggio por Ottavio Leoni, h. 1621

Retrato de Caravaggio por Ottavio Leoni, h. 1621

“De Caravaggio se sabe muy poco y lo que todo el mundo repite no son más que interpretaciones malintencionadas y reconstrucciones romantizadas”, asegura el escritor.

En realidad, arguye, conocemos lo que en unas pocas líneas cuenta Mancini, los relatos hostiles de su enemigo Baglione o lo que Bellori escribe “de oídas” años después de su muerte. “El resto son las actas de los procesos judiciales por los que pasó y las recreaciones que la historiografía del siglo XX ha ido haciendo desde que su figura es descubierta por Roberto Longhi”, añade.

Para completar todos los vacíos que existen en su biografía, Jaime de los Santos ha reconstruido las vidas de las personas que le acompañaron, como el Cardenal del Monte al Papa Paulo V, el pintor Orazio Gentileschi o Olimpia Aldobrandini.

Además, se ha sumergido en la Roma del Jubileo de 1600, en la Nápoles del virreinato español o en la Malta del caballero Wignacourt.

'Ecce Homo' de Caravaggio.

'Ecce Homo' de Caravaggio.

Por supuesto, no ha querido olvidarse de algunas figuras clave con las que el pintor compartió gran parte de su tiempo: Anna Bianchini y Fillide Melandroni, dos prostitutas jóvenes que “vivían en la masculinizada Roma y le sirvieron de modelo para muchas de sus pinturas”.

Y, por supuesto, Constanza Colona, protectora discreta y constante del artista sin la que no se entendería su trayectoria, o Susanna Colussi, tan vital en la trayectoria de Pasolini. “La una y la otra fueron mujeres de un carácter indómito que no se conformaron con lo que el mundo hubiera esperado de ellas; y volcaron una parte de sus vidas en permitir que ambos genios pudieran desarrollar su arte”, sostiene De los Santos.

El deseo y la muerte

Además de su inclinación por los márgenes, la luz y la violencia, Caravaggio y Pasolini exploraron en su obra el deseo y la muerte. En El evangelio según Caravaggio, el escritor narra varios episodios sexuales de forma directa y sin escatimar en detalles, consciente de que el erotismo fue uno de los motores esenciales de ambos creadores. Aunque, incide, no solo se trata de “la fuerza del Eros sino también la de Tánatos. Vida y muerte, deseo y búsqueda”.

Sin embargo, Jaime de los Santos rechaza las etiquetas simplistas sobre la sexualidad del pintor: “Parece mentira que en 2025 haya quienes todavía pretendan etiquetar al pintor desde un punto de vista sexual solo mirando a los lánguidos modelos de sus primeros cuadros”.

Pasolini durante el rodaje de 'Saló o los 120 días de Sodoma'

Pasolini durante el rodaje de 'Saló o los 120 días de Sodoma'

Para De los Santos, Caravaggio se sentía atraído por la belleza de una manera global, sin etiquetas. En este mismo sentido, el autor rechaza la fama de violento con la que históricamente se le ha etiquetado.

Era tan violento como cualquier otro ciudadano de aquella época. Siempre se ha querido ver al pintor como ese genio maldito tan del romanticismo cuando lo que sabemos, sí, es que fue condenado por ese asesinato —en defensa propia y todo indica que sin ser consciente de que acababa con su vida—”, considera.

Muchos olvidan —continúa— que unos años después Caravaggio fue recibido en Nápoles como un héroe o que, incluso, “sería nombrado caballero de la Orden de Malta sin tener sangre aristócrata —algo impensable— y, con los años, perdonado por el Papa que acaba por permitirle que regrese a Roma. Y que un hombre tan perverso es difícil que sea capaz de pintar niños como lo hacía él”, destaca.

Jaime de los Santos no solo ha excavado en los archivos de la época para completar el relato sobre la vida de Caravaggio, también ha convertido a la ciudad de Roma en un personaje con pulso propio.

“Sin Roma no se entendería el barroco ni a Caravaggio ni a la mayoría de los artistas de todos los tiempos”, asegura. Con el rigor de quien conoce la urbe italiana al detalle, “quería que cualquier lector pudiera recorrer la ciudad con una mirada distinta, si no nueva, sí complementaria”.

Pero si a Jaime de los Santos aún le queda alguna pregunta sin responder, esa es la identidad de quienes acabaron con la vida de ambos creadores: “Nunca me he creído que Caravaggio muriera por no sé qué fiebres en no sé qué playa ni que a Pasolini lo matara Pino Pelosi”.