Image: Muere el escritor y periodista Tom Wolfe

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Letras

Muere el escritor y periodista Tom Wolfe

16 mayo, 2018 02:00

Tom Wolfe en Barcelona en 2013. Foto: Joan Manuel Baliellas

Considerado padre del Nuevo Periodismo, por sus reportajes donde mezclaba reporterismo y narrativa, y autor de reconocidas novelas como La hoguera de las vanidades, el escritor estadounidense ha fallecido a los 87 años

"Los novelistas americanos, a menudo atrapados en los dramas íntimos más triviales, siguen necesitando a Tom Wolfe al frente de su equipo", escribía Thomas Mallon en el New York Times con motivo de la publicación de Bloody Miami, la última novela del periodista y escritor americano publicada en España en 2013 por Anagrama. De ser esto cierto la novela norteamericana se ha quedado huérfana de uno de sus más polémicos y afamados popes, el dandi de la literatura, que ha fallecido en Manhattan a los 87 años tras haber sido ingresado en el hospital por una infección.

Nacido en Richmond (Virginia, Estados Unidos) en 1931 Wolfe soñaba desde niño con ser escritor, pero antes de escalar al Olimpo de las letras estadounidenses la fama le llegó como periodista en las décadas de los 60 y los 70 cuando creó una nueva corriente que se llamó Nuevo Periodismo. En realidad, Wolfe se aprovechó de la férrea frontera que existía en la prensa anglosajona ente fiction y non fiction. Desde las páginas de la revista Esquire, el New York Herald Tribune y el Washington Post desarrolló sus primeros reportajes experimentales, básicamente añadiéndole a sus trabajos periodísticos elementos literarios, haciéndolos parecer novelas escritas en primera persona donde el periodista intervenía en la acción que relataba, algo insólito en la época.

Posteriormente revistas como New Yorker o Rolling Stone llevarían este nuevo estilo, que se consolidó en Estados Unidos a partir de 1973, a sus últimas consecuencias. La literatura y el periodismo habían quedado superados a un mismo tiempo por un nuevo género que tiene sus vectores propios y además se apodera del libro. La estrella de este nuevo mundo era Tom Wolfe, que siempre afirmó que "hasta los 32 años no escribí nada más largo de 1.000 palabras" y "gracias a una larga huelga de periódicos en Nueva York que me obligaba a escribir por mi cuenta".

Entre sus múltiples publicaciones de estos años destacan títulos como El buen género, donde relata la personalidad humana de un astronauta con motivo del primer viaje a la Luna. Otras obras suyas son antologías como La banda de la casa de la bomba, La palabra pintada, donde la que ironiza acerca del mundo actual del arte, El Nuevo Periodismo, La izquierda exquisita & Mau-Mauando al parachoques o El periodismo canalla. Con Las décadas púrpuras (1985), Wolfe definió los años ochenta como la expresión de las ambiciones, frente a los narcisistas años setenta calificados como "la década del yo".

Vanidad de novelista

Decidido finalmente desde 1984 a invertir los términos y aplicar a la ficción las bases del periodismo escribiendo una novela, Wolfe alcanzó la fama como narrador con La hoguera de las vanidades, publicada por primera vez en 1987 mediante 29 entregas en la revista Rolling Stone. En esta obra cumbre, Wolfe relata de forma satírica el ascenso y la caída de un especulador de Wall Street en el ambiente neoyorquino de los años ochenta, que despliega como un nítido fresco a lo largo del libro. La novela sería adaptada a la pantalla en 1990 por el director Brian De Palma con Bruce Willis, Tom Hanks y Melanie Griffith en los papeles protagonistas.

"En realidad mi súbita entrada en la novela fue tan sorprendente para mí como para los demás", explicaba el periodista años después. "Yo quería escribir una obra de no ficción sobre esos amos del Universo que poblaban ciertas áreas de Manhattan en los años 80. Un buen día conseguí ser invitado a una cena por todo lo alto en un espectacular apartamento de tres plantas en Tribecca, donde estaba todo Nueva York. Lo que vi y oí durante esa fiesta me dio pie a una serie de anotaciones muy jugosas y, cuando empecé a trabajar en ellas, me dí cuenta de que de ahí podía salir una novela, así es que escribí La hoguera de las vanidades".

Habría que esperar una década para su nueva novela Todo un hombre, publicada en 1998 y recibida como un acontecimiento literario. En este libro describe la vida de los años 90 en el sureste de Estados Unidos, desde el mundo de los negocios hasta la política, el deporte o la universidad. Ya con 73 años, publicó en 2004 su tercera novela, Yo soy Charlotte Simmons, en la que narra en primera persona la experiencia de una joven que consigue una beca para asistir a la Universidad.

El fin de su carrera novelística llegaría en 2012 con Bloody Miami, la que ya advirtió que sería su última novela. Tras toda su vida narrando Nueva York, Wolfe puso su irónica mirada y su pluma mordaz en Miami, la ciudad más latina de los EEUU, movido por el deseo de plasmar cómo vivían y cómo se habían asentado las comunidades inmigrantes en el gigante americano. "Pensé al principio en escribir sobre la comunidad vietnamita en California, pero desestimé en seguida la idea. Miami me pareció una alternativa llena de atractivos, dado que es la ciudad norteamericana donde más se ha desarrollado y más poder ha conseguido una comunidad no estadounidense, en este caso la cubana", recordaba en una entrevista a El Cultural.

Acusado de elitista y de escritor de la aristocracia, desdeñado por su esnobismo y un carácter algo histriónico y criticado escritores como Norman Mailer, John Updike y John Irving, Wolfe ha sido objeto de culto por varias generaciones de escritores y periodistas y, a lo largo de medio siglo, uno de los grandes cronista de de la sociedad norteamericana. Como decía otro gran esteta, Francisco Umbral: "Tom Wolfe quedará como el príncipe del esnobismo, el hombre que trajo algo nuevo: una nueva literatura y un chaleco blanco de lino".