Image: La XVI edición de Madrid en Danza vuelve a marcar el ritmo

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Teatro

La XVI edición de Madrid en Danza vuelve a marcar el ritmo

La gramática del cuerpo

16 mayo, 2001 02:00

Todavía con la resaca de los actos del Día Internacional de la Danza, Madrid se atreve a dar otra vuelta de tuerca en torno a la gramática del cuerpo. Desde mañana, y hasta el 9 de junio, la capital concentra en escenarios como el Teatro de Madrid, el Albéniz, la Abadía, Cuarta Pared y Pradillo las principales tendencias coreográficas. Cerca de cuarenta compañías (con Israel como país invitado) estarán en una edición en la que podrán contemplarse los orígenes del flamenco en Pura Pasión, la nueva jota aragonesa de Miguel ángel Berna, la ruptura de Ido Tadmor, la diversión acústica de Sheketak, el hip-hop de Black Blanc Beur, la psique de Danzadas, la confusión deliberada de Castafiore, el baile arquitectónico de Flamand y el "cine mudo" de Gelabert, entre otros.

Dieciséis años se dicen pronto pero para un festival representa tiempo suficiente para nacer, reinventarse y, si se plantea bien y hay suerte, afianzarse en las costumbres del público. "Madrid en Danza" nació con alma contemporánea y se ha reencarnado con carácter plural con una programación a veces tan nutrida que algunos espectáculos excelentes corren el riesgo de perderse entre tantos nombres y fechas. Treinta y cuatro compañías (distribuidas en diversos escenarios de la Comunidad de Madrid, principalmente en el del Albéniz) en poco más de tres semanas son muchas. En la danza española la fuerza del intérprete juega un papel primordial a la hora de llegar a los espectadores.

La productora de Pino Sagliocco y Joaquín Cortés está detrás de Pura Pasión (desde mañana al día 22), creación que une a figuras como Lola Greco o la bailaora Rafaela Carrasco. Bajo la dirección de Cristóbal Reyes -quien interviene como bailaor- el programa de piezas breves de Cortés, el propio Reyes y la coreógrafa cubana Dagmara Brown, está diseñado para enseñar las múltiples fuentes de inspiración del flamenco.

Solombra (del 25 al 27), de Miguel ángel Berna, es un espectáculo algo insólito ya que su coreógrafo se desarrolla dentro del género de la jota aragonesa. El juego escénico está en manos de dos intérpretes de lujo, el propio Berna y Mayte Bajo, acompañados por siete músicos, una cantante y dos cantaores. Ganador del Primer Premio del último Certamen de Coreografía de Danza Española y Flamenco, Berna se dedica a investigar el terreno común de la jota, y otras raíces de nuestra danza. El resultado es una obra de estética actual y de gran fuerza capaz de llegar a la última fila del Albéniz.

El eclecticismo israelí

Israel es el país invitado al festival este año y está representado por tres compañías muy distintas entre sí. La gran ola de inmigración europea de los años treinta y cuarenta dotó a la danza israelí de fuertes raíces en las corrientes estéticas de la época y de grandes profesores. Como resultado, el país cuenta con una nutrida y variada danza contemporánea representada por tres producciones que se presentan en España por primera vez y que demuestran un verdadero abanico de estilos. Rina Schenfeld, con su interés por la incorporación de objetos variados como elemento coreográfico, representa una conexión con las fuentes de danza moderna estadounidense a través de la escuela de Martha Graham. En Madrid presenta un programa de cuatro solos, Wings, Shafirit, Light y Woman in White (el 30 de mayo), que ilustra más de veinte años de trayectoria.

Por su parte, Ido Tadmor, ex-bailarín de la compañía Batsheva y de la neoyorquina compañía de Lar Lubovitch, ha cosechado varios premios como intérprete y coreógrafo en su país natal. En España estrena Ta (Celda) (6 y 7 de junio), acerca de la necesidad de los seres humanos de crear marcos para definir su vida y de romperlos para encontrar su libertad. Los bailarines/percusionistas de la compañía Sheketak (6 y 7 de junio) no buscan grandes mensajes sino el puro placer del ritmo en el cuerpo a través de un enérgico y divertido juego coreográfico con música en vivo en un montaje del mismo nombre . Sus creadores, Zahi Patish y Danny Rachom, comentan que su meta era simplemente "pasarlo bien y no buscar grandes mensajes". Para conseguirlo utilizan una variedad de técnicas: claqué, hip-hop, percusión corporal, voz, una gran dosis de humor y ganas de pasarlo bien.

El hip-hop también tiene éxito en Francia, donde la compañía Black Blanc Beur, fundada en 1984 y dirigida por Christine Coudun, refleja en sus ritmos urbanos la riqueza de un mestizaje cultural que acerca fronteras. Dentro del programa se presentan Wartane y Lambarena (24 y 25 de mayo). En esta última, una partitura basada en una pieza de Bach comparte escena con la música sacra de Gabón para crear un diálogo entre el hip-hop y otras técnicas y tendencias coreográficas. Transgresora y divertida también es la compañía francesa Castafiore, con Anthrop (Módulo 1) (los días 19 y 20) de la brasileña Marcia Barcellos y Joseph Biscuit.

Nuevas culturas

Es un espectáculo que va más allá de la danza con un original hilo argumental. Con esta imaginativa creación, Castafiore sorprende con su mezcla de fantasía y "confusión deliberada de géneros, humor ácido, proyectos anarquistas de vida, ambientes aventureros y nuevas culturas".

Las flamenquísimas bailaoras de Contratiempo Flamenco Con-fusión trasladan su compás, humor y color a una carpa circense para su nuevo y esperado espectáculo Circo Paya S.A.(del 26 al 10 de junio). Humor e ironía también tiene, y mucho, Fruta Madura, la última creación de "Las hormonales", como se les conoce a Margaret Jova, Denise Perdikidis y Elisa Morris, y su nuevo fichaje, Alicia P. Mantaras. Este cuarteto analiza a través de una serie de "sketches" la situación vital de la mujer madura. Con Metápolis-Project 972 (del 24 al 26) el creador belga Fréderic Flamand y su compañía Charleroi/Danses -Plan K se presenta en España con su proyecto Danza y Arquitectura.

Propuestas sorprendentes

En este montaje, el coreógrafo propone, junto con la arquitecta irakí Zaha Hadid, una ciudad utópica llena de contradicciones inspiradas en el concepto del "metapole" o el más allá de la ciudad. El objetivo es "hacer bailar el espacio". Las propuestas visuales de Flamand, elaboradas en una antigua fábrica de azúcar, son impresionantes. Estreno absoluto es Psique (19 de mayo en San Lorenzo de El Escorial), de Danzadas, que llega etiquetado como "nueva danza española". Carlos Chamorro protagoniza totalmente un montaje que dirige e interpreta junto a Ester Carrasco.

El bailarín y coreógrafo alemán Gerhard Bohner falleció antes de poder estrenar en Madrid sus dos solos Im (Goldenen) Schnitt I y II (22 y 23 de mayo) a cargo de Cesc Gelabert. Creados a raíz del interés de Bohner por los artistas plásticos y encargados por la Academia de Bellas Artes de Berlín, la reconstrucción de estas piezas ha encontrado en Gelabert una sensibilidad afin además de un gran bailarín solista. Además, su compañía Gelabert/Azzopardi presenta en Madrid un programa doble, Useless (Information Meets Boy) y Kinema (18 y 20), inspirada en el cine mudo americano de los años veinte.

De Portugal llega su coreógrafo más internacional, Rui Horta. Forjó una sólida identidad a la cabeza de su compañía SOAP Dance Theatre Frankfurt durante una década y se ha ganado un gran respeto tanto como coreógrafo como docente. Ahora ha vuelto a su país natal para encargarse de un nuevo proyecto, el Centro Coreográfico de Montemor o Novo. El estreno de Zeitraum, con su fuerte carga de poesía y violencia, nos sitúa frente al constante fluir del tiempo. Además, el festival ofrece dentro de las actividades paralelas una serie de películas que nos devuelven las figuras de Martha Graham, Carmen Amaya o La Argentina, además de descubrir nuevas facetas de Sylvie Guillem.