
Escena de 'L'heure espangole'. Foto: Miguel Lorenzo / Mikel Ponce / Les Arts
Risas, engaños y herencias: Ravel y Puccini se dan cita en el Palau de les Arts
El programa doble está compuesto por 'L'heure espagnole' del compositor francés y 'Gianni Schicchi' del italiano. Dos óperas magistrales e irresistibles.
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Dos óperas bien distintas se dan cita, en una sola función, desde este viernes al 4 de mayo en el escenario del Palau de les Arts. Fueron estrenadas con siete años de diferencia: L'heure espagnole de Ravel el 19 de mayo de 1911 en la Ópera Cómica de París; Gianni Schicchi de Puccini el 14 de diciembre de 1918 en el Metropolitan de Nueva York; junto a sus dos compañeras del llamado Tríptico, Il tabarro y Suor Angelica. Son obras, pues, casi coetáneas, pero muy distintas en estilo, circunstancias, estética y significado.
Podríamos considerar la ópera raveliana, que ilustra un texto de Franc-Noain, como un opera buffa a la francesa inspirada por una España ensoñada. La trama gira en torno a los devaneos de Concepción, que pretende engañar a su marido, el inocente relojero Torquemada, y dársela con queso con el poeta Gonzalvo. Un arriero y un banquero intervienen también en la bufonada. Hay relojes, idas y venidas, cuernos, puertas que se abren y se cierran. A lo largo de sus XXI escenas todo discurre en un suspiro revestido de una maravillosa orquestación y un juego vocal en el que impera el recitativo.
Ravel se tomó muy en serio el reto de hacer una ópera: "Es apasionante hacer una obra de teatro. La historia de Franc-Noain era deliciosa". Y se pertrechó adecuadamente para abordar un género nuevo para él y que en principio parecía alejado de sus gustos y sensibilidad. Nadie ha discutido, sin embargo, la extrema habilidad del músico para sacar partido de un asunto tan endeble a partir de una construcción impecable por su minuciosidad y rigor. Y a un lenguaje musical altamente eficaz presidido por un recitativo quasiparlato que da a cada frase un valor singular.
Aparte, luce una orquestación prodigiosa, salpicada desde un punto de vista rítmico por danzas de origen español, como la jota, la habanera, el fandango o el bolero. Es la habanera el ritmo sobre el que se construye el final, un quinteto vocal de escalas vertiginosas y florituras al viejo estilo belcantista.
Hay un equipo vocal de garantía presidido por la mezzo francesa Eve-Maud Hubeaux, de voz consistente y sustanciosa, no especialmente timbrada y en exceso tremolante. Muy apta para el cometido. Destaquemos a su lado al tenor peruano Iván Ayón Rivas (Gonzalo), un lírico de buena pasta y agudo firme, todavía en formación, ganador de Operalia en 2021. El relojero será el siempre eficiente tenor lírico-ligero Mikeldi Atxalandabaso. Dos voces graves de buena pasta, Armando Noguera (Ramiro) y Manuel Fuentes (Don Íñigo) completan el elenco.

Escena de 'L´heure espagnole'. Foto:Miguel Lorenzo-Mikel Ponce-Les Arts
La segunda obra del programa es la tercera del conocido Tríptico pucciniano, Gianni Schicchi, sin duda más acabada, concisa, fluida e inspirada que las otras dos, Il tabarro y Suor Angelica, la primera melodramática y de un verismo reconcentrado y casi violento y la segunda en exceso sensiblera y de un misticismo algo rancio.
La gracia, el ritmo casi cinematográfico que el músico de Lucca supo imprimir a esta farsa, que tanto debe al Falstaff verdiano y que fue compuesta en los oscuros años de la Primera Guerra Mundial, hicieron de ella una obra que puede estimarse maestra.

Escena de 'Gianni Schicci'. Foto: Miguel Lorenzo-Mikel Ponce-Les Arts
Nada falta, nada sobra en este cuento aleccionador extraído del Inferno de Dante y que requiere un movimiento escénico preciso y fantasioso, claro y ágil; y una dirección musical vitalista, transparente, de rápida acentuación y nítido subrayado de los cortos temas, de las frases breves que van construyendo la narración, entremezcladas con episódicos y amplios fragmentos líricos, tan propios del compositor. Así ese célebre O mio babbino caro de Lauretta o la irónica cantilena Addio, Firenze de Rinuccio.
Schicchi, un fresco redomado, y muy listo, se erige en auténtico hacedor al suplir al ya fallecido Buoso Donati y dictar, como moribundo, un testamento en el que lega toda la riqueza del ricacho a él mismo ante el chasco de los avariciosos pretendidos herederos.
"Ravel muestra una España ensoñada y bufonesca. Puccini sigue la estela cómica del 'Falstaff' de Verdi"
Obra magistral sin duda, que creemos estará bien atendida por las voces elegidas. Schicchi será un experto en este personaje, el barítono Ambrogio Maestri, que tiene ahora mismo 55 años, edad ideal para ese cometido y el del Falstaff verdiano, otro gran papel para una voz como la suya, de un lirismo rotundo y en sazón. Gran caricato y actor consumado.
A su lado la esplendente voz de lírico-ligera de Marina Monzó, perfumada y cálida, ideal para Lauretta, y la fácil y en punta del citado tenor peruano. Un buen equipo de cantantes los rodea. Citemos sus nombres: la veteranísima Elena Ziglio (83 años), Giacomo Prestia, Damián Augusto Fernández, Bryan Sala, Laura Fleur, Tomeu Bibiloni, Daniel Gallegos, Irakli Pkhaladze, Javier Agudo y los mencionados arriba Atxalandabaso y Fuentes.
Gobernando desde el foso estará Michele Spotti, un joven maestro de 33 años, que bebió de las influencias de directores como Noseda, Gelmetti y Gatti. La producción, en colaboración con el Teatro de la Maestranza de Sevilla, viene firmada por Moshe Leiser y Patrice Caurier. Su trabajo es apreciado por su enfoque contemporáneo de las óperas, cercano al espectador de ahora, sin desviarse de la dramaturgia original.