Hace tiempo que quedó claro que todo lo que toca Bizarrap se convierte en oro. El actual rey Midas de la música urbana en español, en el que se ha apoyado Shakira para despellejar a Piqué, catapultó a la fama unos meses antes a Quevedo, el cantante canario de peculiar voz ronca que firmó el mayor éxito del verano de 2022 gracias a su colaboración con el productor argentino.

Aunque había cosechado un notable éxito con Cayó la noche remix (junto a paisanos como Bejo y Cruz Cafuné), Quevedo se convirtió en un auténtico fenómeno viral con aquella Bzrp Music Sessions, vol. 52, más conocida como Quédate, superando incluso a Despechá de Rosalía. El tema alcanzó 10 millones de reproducciones en YouTube en un solo día y se colocó en el número 1 en la lista de Spotify Global. Dicho de otro modo: para millones de personas, la primera referencia al oír la palabra “Quevedo” ya no es el genial escritor del Siglo de Oro. De desconocido a estrella mundial, la vida le ha cambiado por completo en menos de un año.

Este viernes, 18 de enero, Quevedo ha publicado su primer disco, Donde quiero estar, en medio de una gran expectación, demostrando que es, a sus 21 años, un hijo de su tiempo: se convirtió en una estrella antes de lanzar su primer larga duración. Otro hecho lo confirma: ya están agotadas las entradas de sus únicos cuatro conciertos anunciados hasta ahora para la gira de presentación del disco esta primavera (Gran Canaria, Madrid y dos fechas en Barcelona).

El disco contiene 16 cortes, de los que ya se conocían cuatro adelantos: Sin señal (con el productor colombiano Ovy On The Drums), Playa del inglés (con el puertorriqueño Myke Towers), Vista al mar y Punto G, que ha sido objeto de polémica por el plagio de una parte de la letra de la canción homónima de Brytiago, y que Quevedo ha denominado “homenaje” aunque finalmente ha decidido prescindir de ese fragmento. También hay otros tributos explícitos a la primera ola del reguetón, por ejemplo a Don Omar en la letra de Cuéntale.

El disco contiene otras dos colaboraciones más: Dame, con Omar Montes, y Muñeca, con J. C. Reyes, y en la producción han participado, además de Linton, su productor habitual, Gio, BlueFire, KIDDO, Garabatto, Pedro Calderón y Marlku. 

Minutos antes de la medianoche, en un acto de presentación del disco retransmitido en directo, Quevedo explicaba que Donde quiero estar tiene un doble significado: geográfico y musical. “La isla (Gran Canaria) es donde me siento cómodo, pero también habla de dónde quiero estar musicalmente”.

El disco arranca con un discurso de otro gran nombre de la música urbana hecha en Canarias: Cruz Cafuné. “Lo soñé hace diez años: que un canario sacaba el disco del año”. La afirmación, con trasfondo de épicas trompetas, podría hacerse realidad. La declaración de amor a su tierra natal queda patente también en los videoclips, rodados en paisajes de Gran Canaria.

Los no aficionados a la música latina urbana actual recibirán el disco como un puñado de canciones que suenan todas igual, y no les faltará razón. El disco empieza y acaba con rap melódico (Ahora qué y Donde quiero estar), pero en la mayoría de temas la fórmula es simple: melodías sencillas con el clásico “pum… papumpa” del reguetón de fondo (eso sí, revestido por una capa de arreglos más propios de la música dance y el pop electrónico actual) y letras que hablan de los temas habituales del género: perreos en la noche, lances sexuales, Dom Perignon y Versace. Nada nuevo bajo el sol. Pero el conjunto da en el centro de la diana de lo que se esperaba del debut de Quevedo. 

Si echamos un vistazo a la lista actual de éxitos de España, está claro que este disco romperá las pistas de los clubes, los altavoces de los coches y las plazas de los pueblos este verano. Y demuestra algo que puede marcar un antes y un después en la música urbana contemporánea: España sabe, quiere y puede hacer buen reguetón.