Image: Miles Davis, un verano azul

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Música

Miles Davis, un verano azul

Jimmy Cobb lidera los homenajes a los 50 años del Kind of Blue

10 julio, 2009 02:00

Davis, en la grabación de Kind of blue

El baterista del disco lidera una gira a la memoria de Davis que recalará en los festivales de Vitoria, Peñíscola y Almuñécar.

Este año se cumple y celebra el 50º aniversario de una de las obras capitales de la memoria discográfica del jazz: Kind of Blue (Columbia-Sony/BMG). Su autor, Miles Davis (Alton, Illinois, 1926-Santa Mónica, California, 1991), pasa hoy por ser el único músico que ha sido capaz de protagonizar y abanderar las distintas revoluciones estilísticas que el jazz ha experimentado a su paso por la segunda mitad del siglo XX, desde el nacimiento del bebop hasta sus más recientes prolongaciones a través del rock. Hoy es el padre de todos los trompetistas y el padrastro de todos los jazzistas, porque su huella creativa, fijada en la memoria permanente del género hace ahora tres lustros, sigue acompañando el caminar de las nuevas generaciones.

Así se demuestra en los titulares que arrojan algunos de los festivales de jazz veraniegos, donde se rinde explícito homenaje a este monumento discográfico a través del proyecto que lidera el baterista Jimmy Cobb, único superviviente de la histórica grabación. El proyecto incluye para su plasmación en directo a los saxofonistas Javon Jackson y Vincent Herring, al pianista Larry Willis, al contrabajista Buster Williams y al trompetista Wallace Roney, haciendo las veces de Miles Davis. La gira española de la banda, que arrancó el viernes en el Auditorio de Tenerife y el fin de semana recaló en Las Palmas de Gran Canaria (Auditorio Alfredo Kraus) y Valencia (Palau de la Música, 12), ahora llega a Vitoria (Polideportivo Mendizorrotza, 14), Peñíscola (Palacio de Congresos, 17) y Almuñecar (El Majuelo, 18).

Kind of Blue es uno de los grandes patrimonios musicales, no sólo del jazz, sino de la cultura popular universal. Su aparición supuso una ruptura con el lenguaje dominante del bebop, pero al mismo tiempo abrió una ventana de múltiples y variados paisajes expresivos que todavía hoy sirven de estímulo para las nuevas generaciones. Luego, en el movimiento, la grandeza de esta joya adquiere dimensiones incontestables al ser, por derecho propio, el disco más vendido de toda la historia del jazz.

Vitalidad y equilibrio. Acotado en ese nuevo latido estilístico que supuso el jazz modal, Kind of Blue es mucho más que una negación de los patrones establecidos y mucho más que un anticipo de las músicas que nos habrían de visitar. La verdad de esta magna obra reside en la universal y arrebatadora vitalidad de todos sus pasajes, desde el hipnótico So What hasta los subyugantes All Blues y Flamenco Sketches. Y, por supuesto, en el delicioso equilibrio de las líneas rítmico-melódicas y el vértigo de sus improvisaciones.

El aniversario ha traído consigo una nueva reedición discográfica, anunciada como la definitiva, aunque seguro que habrá más. El álbum incluye dos cedés en los que, además del material original, se han añadido tomas alternativas curiosas y un documental con atractiva información. Como justo complemento a la celebración, ahora también se antoja necesario el libro que escribiera el periodista Ashley Kahn, Miles Davis y Kind of Blue. La creación de una obra maestra (Alba Editorial), en el que se da cuenta de todos los detalles y sucesos de la grabación. Y para completar la jugada, igualmente recomendables son Miles Davis: la biografía definitiva (Global Rhythm), escrita por el trompetista y reputado periodista escocés Ian Carr, y Miles, la autobiografía (Ediciones B), del escritor y poeta Quincy Troup.

Con todo, el gran atractivo de estos días reside en el proyecto a cargo de esa leyenda viva de las baquetas que es Jimmy Cobb, que rememorará a los otros protagonistas del disco: los saxofonistas Cannonball Adderley y John Coltrane, los pianistas Bill Evans y Wynton Kelly y el contrabajista Paul Chambers. Sus nuevos acompañantes cuentan con igual predicamento musical, pero queda claro que el listón musical está muy alto. Casi inalcanzable.