Elle Fanning y Dimitrius Schuster-Koloamatangi, en el filme
'Predator: Badlands': Disney infantiliza al salvaje cazador y culmina la traición a la saga
Dan Trachtenberg convierte a uno de estos temibles alienígenas en el protagonista y antihéroe de la cinta, que descubrirá por el camino nada menos que el poder de la amistad y el verdadero significado de la palabra familia.
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Con Predator: La presa (2022), Dan Trachtenberg (Filadelfia,1981) logró revitalizar una saga que llevaba décadas dando tumbos, aferrada a la nostalgia por un filme original, Depredador (John McTiernan, 1987), que ocupa con justicia un lugar sagrado entre los clásicos de culto de los 80.
Sus grandes valores residían en la acertada fusión de ciencia ficción y acción pura con toques de terror, en la deconstrucción de la masculinidad testosterónica que triunfaba en la época, en el inigualable carisma de Arnold Schwarzenegger y en el impactante diseño de la criatura, que acecha a un grupo de mercenarios hipermusculados perdidos en la selva centroamericana.
El director deCalle Cloverfield 10 (2016), otra inesperada secuela, apostaba en La presa por mantener el esquema narrativo del original, pero realineando el concepto con sensibilidades contemporáneas. Así, era una joven indígena en la América del siglo XVIII, que intenta demostrar su valía como cazadora a unos hombres que la miran con condescendencia, la que se enfrentaba a uno de estos feroces y crueles alienígenas.
Todo resultaba familiar y, al mismo tiempo, nuevo en el filme, que contaba con un ritmo trepidante y unas eficaces secuencias de acción. Un blockbuster muy disfrutable que, lamentablemente, se estrenó directamente en Disney Plus+.
Igual de divertida, y más brutal y sangrienta, era Predator: Asesino de asesinos (2025), película de animación dirigida por el propio Trachtenberg y Joss Wassung y lanzado también directamente en streaming, en el que veíamos a nuestros cazadores favoritos acechando a una vikinga, un ninja y un piloto de la Segunda Guerra Mundial.
Por tanto, el estreno de Predator: Badlands, esta vez sí en cines, de nuevo con Trachtenberg al frente –al que Disney le ha dado las llaves de la saga–, resultaba bastante esperanzador, vistos los precedentes. Y, sin embargo, esta nueva entrega resulta una dolorosa traición, con un tratamiento absolutamente infantil de quien hasta ahora era uno de los villanos más amorales y salvajes de la historia del cine.
Trachtenberg, en una jugada que pretende emular a la de Terminator 2 (James Cameron, 1991), convierte a uno de estos temibles alienígenas en el protagonista y antihéroe de la cinta. Se trata de Dek (Dimitrius Schuster-Koloamatangi), que sufre porque es el depredador más enclenque de su clan. Pero, para demostrar su valentía y ganarse su camuflaje, se compromete a cazar a una de las bestias más peligrosas del universo, que vive en un planeta hostil. Por el camino, descubrirá el poder de la amistad y encontrará el verdadero significado de la palabra familia junto a una emocional androide (Elle Fanning) y una simpática criaturita. Mickey Mouse debe de estar orgulloso.
Dek, en un momento de 'Predator: Badlands'
Más cine de aventuras familiar que cualquier otra cosa, Predator: Badlands al menos tiene un diseño de producción bastante sólido, unos intérpretes entregados y alguna secuencia de acción pasable. Pero es un paso en falso de Trachtenberg del que veremos si la saga se recupera.
Predator: Badlands
Dirección: Dan Trachtenberg.
Guion: Dan Trachtenberg, Patrick Aison.
Intérpretes: Dimitrius Schuster-Koloamatangi, Elle Fanning.
Año: 2025.
Estreno: 7 de octubre.